Mecánicas soulslike dentro de un rogue like envueltas de un contexto naturalista. Esto y mucho más os espera en el análisis de Arboria.
Con un mercado abarrotadísimo de propuestas rogue lite y like, se hace difícil para los estudios destacar aunque sea un poco en este género. Por suerte, la gracia de combinar géneros rara vez resulta en fracaso y creo que ese es el punto fuerte de el juego que hoy se nos presenta. En este análisis de Arboria comprenderemos que picar de muchos elementos tiene su recompensa.
Raciocinio versus fe
Arboria nos transporta a un mundo donde las máquinas y la naturaleza se han unido en una simbiosis de respeto y prosperidad. Un gran árbol da vida a todo este universo donde seres compuestos por ramas, savia y energía conviven gracias a los poderes del alma de este, un alma a la que consideran un dios.
Sin embargo, un extraño artefacto encontrado en las ruinas de lo profundo de sus raíces convierte en escépticos a aquellos que lo portan. Cuestionar la inteligencia de Dios es algo que no pueden dejar pasar por alto la tribu de los Trollz y perseguirán a aquellos que se dejen guiar por las conductas del artefacto.
¿Y qué pintamos nosotros en todo esto? Pues todo, culpables. Seremos los trollz a los que el Árbol insufle vida y se nos encomendará la tarea de perseguir a los herejes por las peligrosas mazmorras que yacen bajos las raíces de nuestro Dios.
Por ende, la trama de Arboria es una que se nos dispensa mediante escuetos diálogos y muchísimos archivos de audio y hologramas. Estos últimos nos permitirán saber las últimas novedades de nuestra presa, que se irá abriendo paso por las mazmorras para saber más y más sobre la verdad de nuestro Dios.
Elementos clásicos Rogue Like y Souls Like
Lo que nos trae este juego para que brille tanto es una conjunción de mecánicas de estos dos géneros que funcionan como un cirujano. Por un lado tenemos la configuración de niveles propia de un rogue like, es decir, fases procedurales que cambiarán cada vez que reiniciemos la aventura.
Porque, como todo rogue like, estamos ante un título donde morir y volver a empezar es una constante. Por suerte, sus sistemas de progresión están lo suficientemente bien elaborados para que el proceso no se vuelva un camino frustrante.
Por otro, tenemos el santo y seña de los souls like. Combates donde esquivar bien, golpear en el momento preciso y tener mucha paciencia son la clave para salir victoriosos. Combinando ataques normales y fuertes (realizados con los gatillos del mando, como en todo souls like), habilidades especiales, combos elementales y el uso de objetos.
La reacción y la velocidad dependen mucho de las builds que vayamos desarrollando, siendo un juego muy pulido en este aspecto y que nos dejará con multitud de formas de jugar. Y sí, todas óptimas que serán más o menos eficaces en función de la clase de jugador que seamos.
Arboria, nuestro nexo particular
El juego podríamos decir que se divide en dos secciones generales. La primera es la superficie de la corteza de Arboria, donde se levanta un pequeño pueblo Trollz que sirve de punto neurálgico para nuestras gestiones. Cada vez que muramos y un nuevo trollz nazca, lo hará en este pueblo y aquí tendrá que realizar los preparativos antes de la siguiente incursión.
Por ende, el juego se sustenta en la siguiente rutina: Ahonda lo que puedas en las mazmorras, consigue energía -a través de cristales azules- y sana las raíces del árbol que te vayas encontrando. Con el primer elemento, que actúa de moneda, podremos comprar mejoras en los distintos trollz que irán apareciendo en el poblado y hacer ofrendas a Dios para que los próximos trollz que engendre el árbol sean más fuertes.
Mientras tanto, con las raíces sanas del árbol, desbloquearemos nuevas tiendas en el poblado y podremos acceder a mejoras más avanzadas en las mismas. De esta forma, combinando los desbloqueables que nos brinda la energía y las raíces saneadas, en cada run nueva que empecemos seremos más fuertes y el camino se allanará, aunque se genere de forma procedural.
Entender los elementos y el arte de saquear
Una cosa que hay que tener clara es que Arboria no es un juego que sea fácil así de primeras. Hay ciertas filosofías que hay que entender antes de lanzarse a lo loco. Por ejemplo, los enemigos se presentan de colores y formas diferentes y eso actúa como señales para saber cómo debemos enfrentarlos.
Si nos atacan avispas, estos enemigos son muy rápidos pero fácilmente predecibles, por tanto, esquivar en el momento justo (para tener un bonus de daño) y golpearlas con ataques rápidos será la mejor estrategia. A mayores, si las mismas se presentan de color azul (elemento hielo), podremos finiquitarlas de un golpe si nuestra arma está imbuida con elemento fuego.
Esto permea también a los escenarios, los cuales nos acosarán con trampas de todo tipo, puntos de teletransporte, salas secretas y diversas pruebas. Estas últimas suelen centrarse en aguantar oleadas de enemigos, limpiar áreas concretas, aguantar penalizadores o activar determinados mecanismos a cambio de jugosas recompensas.
Cada vez que superemos una mazmorra, bajaremos al nivel inferior, habiendo una sala de descanso donde podemos mandar la energía recolectada al poblado (si morimos, la perdemos), equipar habilidades pasivas al personaje, ver el progreso de nuestra presa e incluso atajar pisos si encontramos baterías para hacer funcionar un ascensor.
Repetir, mejorar y disfrutar de nuestra evolución
Ciertamente, Arboria es de los rogue like que más he disfrutado. Donde otros exponentes te dejan con una sensación constante de frustración, Arboria se equilibra a la perfección con pequeñas palmaditas en la espada en forma de mejoras. Cuanto más aguantemos y más energía recuperemos, más mejoras podremos adquirir en el poblado.
Sin embargo, aunque nuestras travesías sean efímeras, siempre tendremos algo que aportar para seguir mejorando el poblado. Claro está, a medida que mejoremos, más pisos podremos acortar para que el hastío de repetir siempre lo mismo no nos atice. Aunque eso es decisión nuestra.
¿Queremos repetir el primer nivel e ir de forma ordenada para así cosechar más energía y objetos? El juego lo permite. ¿Te sientes seguro y prefieres pasar directamente al nivel 4? Si tienes la batería para el ascensor del primer nivel, allá que vas.
Esto, sumado a la satisfacción que da un combate tan pulido gracias al feedback de sus golpes, las esquivas al límite o su generosa variedad de poderes, hace que Arboria sea una experiencia agradable dentro del caos que pretende ser.
El equilibrio perfecto entre géneros sí se puede
Arboria llegó sin hacer ruido pero ha sido una sorpresa con todas las de la ley. Su combinación de géneros nos deja con un cóctel majestuoso del que poco se puede reprochar. Cierto es que hay algunas ideas que necesitan un repasito (como el uso de los teletransportes) pero en tintes generales estamos ante un rogue like muy robusto, original y que sabe apropiarse de elementos de otros géneros con sabiduría.
Incluso, como buen rogue like, nos pondrá las cosas tensas contra diversos jefes, cuyos combates rezuman el espíritu Soulsborne en pequeñas dosis. En resumen, estamos ante una experiencia que hará las delicias de los jugadores a los que les apasionen ambos géneros.
Además, el estudio hacedor de esta propuesta, Dreemplant, promete seguir dándole soporte con actualizaciones muy jugosas tras es el estreno del videojuego. Hasta ahora estaba en acceso anticipado pero su evolución ha sido de las que quitan el hipo.
Si lo aquí leído os ha encandilado, sabed que podéis conseguir Arboria por 16, 79€ en Steam.