Según Toshiba, la escasez de componentes empujará la falta de stock de consolas hasta 2023. Sed raudos cuando veáis una, culpables.
La falta de componentes semiconductores, necesarios para la fabricación de consolas como PS5, Xbox Series, Nintendo Switch o tarjetas gráficas de ordenador, se extenderá hasta finales de 2022, ha advertido Toshiba. Sí, culpables, estaremos sin stock de consolas hasta 2023.
El director encargado de la división de chips semiconductores de la gigante japonesa ha asegurado que esa cantidad de componentes continuará muy por debajo de la demanda de los fabricantes. Hasta, por lo menos, septiembre de 2022. De hecho, en algunos casos pronostica el año 2023.
En declaraciones a Bloomberg, Takeshi Kamebuchi, director a cargo de dicho departamento, no se muestra optimista con el mercado de la alta tecnología.
Estos chips son también vinculantes a la fabricación de smartphones, vehículos, electrodomésticos… “El suministro de chips seguirá siendo igual de escaso hasta, al menos, septiembre del año que viene”, comenta. Y agrega: “En algunos casos, es posible que algunos clientes no tengan servicios completos hasta 2023”.
El mercado de las consolas de videojuegos es uno de los más resentidos por esta circunstancia. Nintendo asegura tener reservas de chips para toda la distribución de envíos de consolas Nintendo Switch en 2021. Sin embargo, otros como Sony ya dejaron claro a comienzos de mayo curso que la situación era crítica y que la falta de stock podría alargarse hasta 2022.
Un pronóstico similar ofreció Foxconn, el mayor fabricante de componentes electrónicos del mundo, el pasado mes de abril, dirigiéndose a los principales conductores del mercado tecnológico como son Microsoft, Google, Apple y otras firmas asiáticas como Samsung.
Sony estimó en febrero, antes de conocer el devenir del presente año, que el stock de PS5 mejoraría en la segunda mitad de 2021. AMD, por su parte, fabricante de algunos componentes gráficos de PS5 y Xbox Series, también apuntó a la segunda mitad de 2021 para la mejora del abastecimiento en la segunda mitad de 2021. Ambos pronósticos se han quedado cortos.