Square Enix demuestra en nuestro análisis de Final Fantasy VII Remake Intergrade la potencia por enseñar de la nueva generación para la franquicia.
Midgar necesita volver a ser salvada… otra vez. Hace apenas un año del lanzamiento de uno de los remakes más esperados de la generación. En ese tiempo hemos podido asentar la trama, la jugabilidad y las promesas que vienen por delante. Nos pilla por sorpresa que entonces tengamos pendiente un análisis de Final Fantasy VII Remake Intergrade.
La versión actualizada para PlayStation 5 es una razón magnífica para volver a vivir el comienzo de la aventura de Cloud y compañía. El título ya era magnífico visualmente en PS4: lo que han hecho con el nuevo hardware es magia negra. ¿Tiene más razón de sí para ser adquirido? No si tienes el original de 2020. Ese incluye la actualización gratuita a esta versión, aunque sin la expansión de turno.
Revisa el original
Antes de arrancar con este análisis de Final Fantasy VII Remake Intergrade: leed el publicado sobre el original aquí en Guiltybit. El compañero Marcos Casal hizo un excelente trabajo hablando de sus virtudes como la recreación de Midgar o las tareas secundarias. Lo tenéis en vídeo si preferís el formato, pero recomiendo encarecidamente echar un vistazo antes al texto.
Nuestro análisis va a seguir la línea de aquel: es innecesario repetirnos dos veces cuando destacaba todo lo bueno. Intergrade no hace grandes cambios que contradigan los puntos negativos que ya destacaba. Con eso dicho, sí quiero hacer hincapié en estos con otra perspectiva. En dos aspectos al menos: el combate, del que hablaremos más adelante, y el controvertido final.
No entraremos en materia de spoilers, pero el arco final de Final Fantasy VII Remake es clave para inspeccionar toda la obra. Es una declaración de intenciones como pocas hemos visto en la industria, un movimiento atrevido e incluso descarado. El mensaje que pretende dar no es en absoluto sutil. Los elementos nuevos introducidos se entienden en varios niveles narrativos sin necesidad de que nadie lo explique.
Eso no quita la gigantesca controversia que surgió a su alrededor en el lanzamiento. Tengo que admitirlo, yo tampoco estaba muy contento cuando me informé sobre los giros introducidos antes de jugarlo. Maldito seas, Nomura es una frase que me viene a la cabeza más de lo que debería cada día.
El tiempo, sin embargo, te hace ver las cosas de otra forma. Y cuanto más pasa, más me gusta el desenlace. Los combates finales son magníficos, las oportunidades narrativas a partir de aquí son innumerables y da un cierre como es debido al juego como pieza individual. Este título va a ser recordado como una obra propia en toda regla y no como una pequeña parte de un todo. Eso es algo impagable.
Tráelo a la actualidad
Replantear ese aspecto del juego es más fácil cuando tienes razones para volver a él. Desde luego la rejugabilidad está servida: si no atendiste en su momento al modo Difícil tras completar la aventura tienes una razón de peso. No es simplemente un aumento de dificultad, sino una forma de replantear tu progreso, el camino hasta él y cómo enfrentarse a los jefes finales.
Si ya lo completaste realmente no hay más por ahora para repasar la historia. Final Fantasy VII Remake Intergrade hace poco para elevar la experiencia de juego. La actualización gráfica fácilmente puede quitar el hipo, pero es algo que también hacía el original en PS4.
La mayor razón de volver es el modo Foto. Ese es el auténtico contenido postgame. En cualquier momento puedes pausar la aventura y mover la cámara para sacar tus fotos ideales, e incluso ponen facilidades para hacerlo en ciertas escenas. Tengo demasiadas capturas guardadas en mi PS5 que no quiero ni pensar en empezar a borrar.
¿Cómo iba a hacerlo cuando hay tanto que admirar de Midgar? Cada minuto está hecho para detenerse, disfrutar de las vistas y sacar capturas para tus fondos de pantalla. Este es uno de los pocos juegos en los últimos años con el que he detenido todo mi progreso para simplemente apreciar lo que veo. El modo Foto realza la pasión de los desarrolladores por esta ciudad y sus habitantes.
Cuenta lo que se olvidó
La razón principal por la que volvemos a trabajar en un análisis de Final Fantasy VII Remake Intergrade no es para dar otra perspectiva en ese final. El peso recae sobre la expansión que acompaña al título como DLC de pago. Con el nombre Intermission entramos en una nueva campaña compuesta por dos capítulos, nuevos minijuegos y una fantástica protagonista.
Yuffie da un paso adelante y es el centro de todas las miradas en esta historia. La ninja adolescente no aparecía en el videojuego original hasta salir de Midgar, pero su historia no estaba hasta ahora completa. Otras entregas como Crisis Core nos dejaron ver su pasado y motivación para ayudar a su nación. ¿Qué hizo antes de entrar en contacto con Cloud y compañía?
Intermission quiere rellenarnos ese hueco a la vez que nos enlaza con otros capítulos de la saga. Su trama conecta con los futuros eventos de Dirge of Cerberus, el spin off de Vincent Valentine. Da la sensación de que tenemos en nuestras manos una pequeña historia con potencial para contestar muchas incógnitas.
El problema está en que la expansión no sabe qué quiere contarnos. Es una aventura alternativa que, simplemente, se deja llevar por los eventos de turno. No nos ofrece otra perspectiva acerca de Yuffie ni de los villanos de Dirge of Cerberus. Simplemente los eventos suceden y estamos ahí para presenciar y olvidar. Nada se gana ni se pierde.
Moldea el potencial
Donde más evidentes son los problemas de trama del DLC es en el compañero de Yuffie, Sonon. Este nuevo personaje parece tener su historia que contar, pero los desarrolladores no se atreven a contarnos nada desde su perspectiva. Nuestra relación con él es prácticamente nula, al contrario que con cualquiera de nuestros otros acompañantes en el juego base.
Su poca aportación a la jugabilidad no ayuda. Es en teoría un ninja al igual que Yuffie, pero su rol es el de un tanque con toques de combate semejantes a las de Cloud. Tampoco podemos tomar control sobre él durante las batallas. Es simplemente un soporte para hacer las batallas más llevaderas que si tuviésemos a nuestra protagonista sola.
Ahora bien, en ese sentido Yuffie funciona a la perfección. Mencionaba antes que no estaba de acuerdo con que el sistema de combate de Final Fantasy VII Remake sea uno fallido: nuestra ninja lo demuestra. Sus técnicas de combate manejan a la par los ataques físicos a distancia y la magia elemental. Es el personaje más fácil de controlar de todo el título.
Yuffie no se limita a depender de sus habilidades. Las opciones de batalla rezuman personalidad. Es muy distinta de manejar con respecto a cualquier otro miembro del juego base y es fácil imaginar cómo encajará con los demás cuando llegue la secuela. Intermission destaca en ese aspecto: es un campo de pruebas para ver cómo funciona el sistema de combate desde esta perspectiva.
Lo hace de fábula. Cloud puede hacerse a un lado, porque fácilmente Yuffie es la mejor luchadora sobre la que tomar el control en siguientes partes.
Yuf queen
La excusa está dada para una expansión: ir más allá es cosa de los desarrolladores. Intermission es una campaña ligera, pero eso no significa pequeña. Dos capítulos completos de historia, el modo difícil para revisitar, varios minijuegos y unos tres jefes (cuatro con el secreto) nos dan unas ocho odiez horas sólidas de juego. Elevadlo a veinte si buscáis completar todo lo que nos ofrece.
Además de disfrutar de los combates tenemos otras tantas cosas con Yuffie para perder el tiempo. El minijuego principal al que se le saca partido es una reimaginación de Fuerte Cóndor. El tower defense del juego original queda apartado a un lado para realzarlo como un pequeño MOBA con tableros y unidades desbloqueables. Hay un buen número de horas y estrategias que sonsacar.
Sumad a esto puntos adicionales de Intermission, como el jefe secreto agregado para Cloud y compañía. Es una llamada al fanservice, pero ofrece un fantástico desafío opcional como ningún otro. Incluso tiene su propio tema musical, aunque siendo justos es algo que tampoco falta en los demás lados.
El volumen de la banda sonora original de esta campaña es espectacular, con un número de canciones difícil de creer. Todos son excelentes y merecen escucharse por separado. En general, hay un nivel de mimo y cariño puesto en este DLC que podríamos decir que es innecesario, pero lo hace simplemente mejor. Especialmente si eres fan del título de 1998.
Conclusión
Estoy algo confuso en este análisis de Final Fantasy VII Remake Intergrade. La campaña original sigue siendo igual de brillante, ahí no hay nada nuevo. Intermission es otra historia: vine esperando más de la trama, pero lo que ha acabado enamorándome es su jugabilidad. Square Enix ha puesto mucho esfuerzo y cariño en esta pequeña aventura de Yuffie para ser una expansión digna.
Lo que a continuación venga es potencial por explotar. La secuela de Final Fantasy VII Remake tiene un telón muy alto para dar la talla, pero lo que demuestra esta expansión es que pued confiar en los desarrolladores para darnos, cuanto menos, una magnífica segunda parte. No puedo esperar a ver de nuevo a mi ninja favorita en Costa del Sol.