Los maestros del boxeo se abren paso a la fama a base de golpes en nuestro análisis de Big Rumble Boxing: Creed Champions.
Las películas de Rocky Balboa son dignas de estudio. No lo digo por cómo marcaron la industria sus dos primeras entregas, cambiando las convenciones de lo que debía ser el cine de deporte. Lo digo porque sus secuelas eran de una muy menor calidad y que sobrepasaban lo que era creíble para el cine. No es una franquicia que se celebre en su conjunto. Y eso es algo que apreciamos en nuestro análisis de Big Rumble Boxing: Creed Champions.
Al igual que en la saga secuela compuesta por dos entregas, Big Rumble Boxing: Creed Champions abraza el pasado de Rocky. Lo bueno, lo neutral y lo absurdo. En vez de rechazar lo que se hizo con la franquicia después de la segunda entrega, asume su pasado e incluso se enorgullece de ello. Creed lo hacía como película: Big Rumble Boxing lo hace como videojuego, donde lo absurdo se multiplica por diez.
El resultado no es excelente, pero brilla con luz propia.
Campeones del boxeo
No sabía qué esperar exactamente cuando me puse manos a la obra con este análisis de Big Rumble Boxing: Creed Champions. Vi las películas de Rocky en su día, pero nunca había tenido la ocasión de ponerme al día con la saga secuela del hijo de Apollo Creed. Iba siendo hora de que me pusiera al día con la cronología completa si quería apreciar al máximo lo que tenía por delante.
Ver algunas de las películas pendientes que me quedaban ha ayudado. Ni con esas ha sido suficiente para de verdad decir que he podido apreciar cada pequeño detalle del juego. Big Rumble Boxing: Creed Champions es un gigantesco guiño a todas las películas de la franquicia, las ocho completas. Todos sus boxeadores, por pequeños que sean, regresan para combatir unos contra otros y demostrar que son los campeones del deporte.
Lo sorprendente no es el hecho de meterles a todos juntos y hacerlos viables en un juego de lucha. Lo que realmente sorprende al arrancar el juego es ver que hay un modo historia, y más allá de eso, que todos los personajes tienen su propia trama argumental. Seleccionas tu boxeador favorito y tienes a continuación toda una película sobre sus aventuras.
No todos los luchadores están disponibles de inmediato, claro. La mitad de ellos están reservados para desbloquear, la mayoría relativos a la parte pasada de la saga. Los boxeadores clásicos de las primeras cintas quedan relegados a más adelante. Primero tenemos que conocer a los relacionados con Creed, una manera acertada de llamar la atención sobre sus películas.
Glorias del pasado y el presente
Todos se han reunido para Big Rumble Boxing: Creed Champions. Veinte personajes de toda la saga en diferentes rings para demostrar que ellos son los auténticos maestros del boxeo. Desde los más pequeños y desconocidos hasta las leyendas como un resurgido Apollo Creed, el campeón original. Nadie se queda sin aportar sus movimientos, resistencia y habilidades al ring de batalla.
Siendo justos cada personaje no se diferencia en exceso de los demás a la hora de pelear. Nuestro repertorio de movimientos es bastante limitado, pero suficiente para aprender las mecánicas de ataque, defensa, gancho bajo. Un piedra papel y tijera de toda la vida. Que pone a prueba tu concentración y, más importante todavía, tu resistencia.
Cada vez que te derriban cuesta más tiempo volver a levantarte. Al final de cada encuentro las batallas se resumen en ver cuál de los oponentes es capaz de demostrar mayor duración y saber encajar mejor los golpes. No es sólo rebajar la barra de vida del enemigo lo antes posible, es calcular cuándo será el mejor momento para derribarles y contar con cuándo sonará la campana para salvar un poco tu barra de vida. Si aguantas, será tu momento.
Esto es especialmente cierto con los ataques superiores cargándose poco a poco. Golpe tras golpe se recarga una barra especial que al ser liberada muestra la auténtica potencia de nuestro boxeador con una serie de movimientos únicos con los que destrozar al rival y su barra de vida. Pueden bloquearse, así que sumado a todo lo anterior es clave saber cuándo defender y cuándo atacar. Esta mentalidad estratégica es la mitad de tu camino a la fama.
El ojo del tigre
La otra mitad es, por supuesto, preparar a tu personaje para que se vuelva más fuerte. ¿Cómo podríamos tener un videojuego de Rocky y Creed sin que haya un debido montaje musical de entrenamiento? De ninguna manera. De vez en cuando, entre batalla y batalla, se nos mete de lleno en una se estas sesiones con nuestro maestro en el gimnasio. Y ya puedes prepararte para ir mejorando tus tiempos partida a partida.
No es algo que añada mucho al título a la hora de la verdad. Hasta donde sabemos, no cambia estadísticas visibles o nos deja empezar con ventaja los siguientes encuentros. Pero aumenta la experiencia que buscas como fan de la franquicia. Es un espectáculo de botones en el que notas que mejoras sesión tras sesión, y eso cuenta en tu camino a la cima. Eres el campeón.
Ya lo habréis notado: no hay mucho que que destaque como juego de lucha competitivo en este análisis de Big Rumble Boxing: Creed Champions. ¿Pero como obra contextualizada en la franquicia de Rocky? Ese es un precio que no podremos pagar nunca. Es divertido, memorable y cada una de los modos historia tiene cierto cariño y encanto que se le ha metido en vena.
Conclusiones
Tienes que tener claro qué es lo que quieres cuando entras a jugar a Big Rumble Boxing: Creed Champions. Ni es un juego deportivo con altos niveles de realismo ni mucho menos es el siguiente Street Fighter. El resumen es que no se convertirá en uno de los mejores juegos de su género. Pero a quién le importa. Como juego de la franquicia de boxeo por excelencia, es la mejor experiencia a la que los fans pueden adherirse. El mimo con el que está hecho vale más que cualquiera de esas otras experiencias.