Dos de los soulslike más exitosos llegan a la nueva generación y a PC. Os traemos el análisis de The Nioh Collection para PlayStation 5.
La saga Nioh nació en 2017 en pleno auge del género souls. Era un título que a la dificultad habitual de estos juegos añadió varios elementos que dotaron al primer juego de una personalidad única. En 2020 salió su segunda parte y ahora, en 2021, nos llega una recopilación con mejoras. Vamos con el análisis de The Nioh Collection.
Recientemente el Team Ninja ha aclarado que va a dejar descansar la saga un tiempo. Y se agradece, pues en 3 años han lanzado dos entregas y un total de 6 DLCs, lo que se traduce en un agotamiento patente en su ultima entrega. Ahora llega a PS5 y PC este recopilatorio bajo el nombre de “remastered” pero… ¿qué tiene de mejora?
Nioh 1, vuelta al origen
El primer Nioh llegó en 2017 y bajo la lupa de los amantes del género soulslike, que empezaban a buscar vida más allá de la saga de FromSoftware. Y la encontraron de forma muy gratificante.
Nos encontramos ante un juego muy peculiar. Con un protagonista definido, nos sitúa en una época de una Japón en guerra, con personajes reales interpretados de forma muy libre. Un mundo de soldados y demonios que sirvieron de pretexto perfecto para soltarnos a sobrevivir.
Lo cierto es que el Nioh original presentó un gameplay tremendamente ágil y rápido. Varios tipos de armas bien diferenciados y tres posturas para cada arma, además de combos y tipos de ataques, se traducen en un gameplay profundo pero no excesivamente complejo.
También añadía una barra de ki o energía para los enemigos, gracias a la cual sabíamos cuando podíamos realizar un ataque especial a nuestros enemigos. Esta barra fue, sin lugar a dudas, lo que inspiró la barra de postura del posterior Sekiro.
También prescindía de un mapa abierto y apostaba por misiones autoconclusivas que siempre terminaban con un jefe. Esto, generalmente, se tomó como algo negativo… pero lo cierto es que a la larga resultó ser un acierto. Y lo fue por la filosofía del propio Nioh.
Nioh no busca ser un juego lineal. A su sistema de misiones, le acompaña un sistema de niveles delimitando cada una de ellas. A esto hay que sumarle un sistema de looteo similar a lo visto en juegos como Diablo o Borderlands, por lo que, al final y por la forma de construir su evolución, se entiende como algo perfectamente lógico.
Al juego base hay que sumarle tres DLCs que añaden al conjunto un puñado de horas que superará fácilmente las 100 horas de juego. Nuevas misiones, armas y modos de juego, sumados a los diferentes NG+, se traducen en un título con muchísimo contenido.
En lo referente a la historia y narrativa… pues bueno, no reinventa nada. Un personaje más o menos interesante dentro de una trama que podría ser peor, pero tampoco es una maravilla. Lo cierto es que tampoco se le puede pedir mucho más, ya que en estos juegos se busca más el reto que la historia, y en eso cumple con creces.
Nioh 2, un pasito más allá
La salida de Nioh 2 pilló a todos un poco por sorpresa. No hacía mucho desde el lanzamiento del ultimo DLC del primer juego y eso se notó, pues Nioh 2 pese a ser un excelente título, resultó ser demasiado continuista.
Sobre el papel, añade un protagonista personalizable que es medio humano medio yokai, y tiene la habilidad de transformarse en demonio cuando reúne la amrita suficiente. Esto, que suena muy bien, no resultó ser muy diferente al estado de arma viva del primer Nioh.
Aunque lo cierto es que sí añadió algo de variedad, permitiendo al jugador realizar ataques de los yokais a los que nos enfrentamos y añadiendo un nuevo parry especial, muy útil para contrarrestar un nuevo ataque poderoso de los enemigos.
Respecto a lo demás pues se puede resumir en un “lo mismo, pero mejor” de manual. El sistema de misiones y niveles se mantiene exactamente igual. Lo mismo con las armas, pues se añadieron las de los DLC del primer Nioh más dos adicionales, como lo son la guja y las hachuelas. Posteriormente con los DLC llegarían los puños y la vara doble.
En lo que sí notamos mejora es en el diseño y variedad de niveles. Sin ser nada realmente revolucionario, Nioh 2 apuesta un poco más por la luz y los templos que por las cuevas y espacios cerrados. Pero tampoco esperéis maravillas.
La variedad de enemigos y situaciones también se ve mejorada con la inclusión de los reinos yokai. Estos reinos son zonas del mapa donde nuestro ki verá mermada la velocidad de recuperación hasta que eliminemos al enemigo u objeto que mantiene la zona así. Esta nueva mecánica también se aplica a los jefes finales, que podrán sumirnos en este mundo beneficioso para ellos y perjudicial para nosotros.
En lo referente a la historia y narrativa encontramos también pocas diferencias. El uso de cinemáticas “dibujadas” para contarnos cosas de los espíritus guardianes de los personajes es fabuloso y muy recurrente. Como precuela, cumple muy bien y nos regala momentos muy buenos que enlazan con la obra original y con sus DLC, pero tampoco es gran cosa.
Se agradece mucho la posibilidad de personalizar nuestro protagonista y la forma en la que encaja en la narración. La mudez de nuestro personaje ayuda a que sobresalgan los secundarios, dejándonos algunos realmente memorables. Sigue sin destacare en este apartado, pero tampoco es que lo haga mal.
Mejoras, pero no mucho
La principal novedad de este recopilatorio es su salida en PlayStation 5 con sus respectivas mejoras. Lo primero, destacar que podemos elegir hasta 3 modos de vídeo diferente. El estándar, que funciona a 4K no nativos y 60fps. El modo 4K que funciona de forma nativa y a 60fps. Y, finalmente, el modo 120fps que funciona a esa tasa de fotogramas por segundo pero a resoluciones más bajas.
Si bien estas posibilidades se agradecen y los 60 fps son muy sólidos, no encontramos mayores mejoras, en concreto para el primer Nioh. Esto se traduce en que sí, el juego se ve un poquito mejor que en su versión de PS4 pero la mejora no es muy palpable. Por ejemplo, Nioh 2 sigue viéndose mejor.
También encontramos un modo algo engorroso de pasar nuestros saves de una versión a otra. La PlayStation 5 diferencia entre los Nioh de PS4 y los de PS5, por lo que los trata como juegos diferentes. Si queremos pasar nuestra partida de la versión de PS4 a la de PS5, deberemos entrar en la versión de PS4, ir al apartado Sistema, buscar la opción de cross-save y subirla a la nube para poder descargarla desde la versión de PS5. Algo innecesariamente complicado.
En lo que sí notamos bastante mejora es en lo referente a los tiempos de carga, que se ven tremendamente reducidos y agilizan mucho las partidas en un juego donde morir y cargar se hace mucho. Un punto muy positivo, motivado por el uso del SSD.
También notamos mejora con el uso del DualSense. Una mejor vibración y un uso más definido del altavoz se suman al uso de los gatillos hápticos para el disparo con arco o con rifle. No es que sea gran cosa, pero son detalles que se agradecen.
Finalmente, también se hace uso de las tarjetas que incorpora el sistema de PlayStation 5, permitiéndonos ver nuestro progreso en los trofeos o dándonos acceso a niveles concretos, para jugar sin tener que pasar por menús. De hecho, pasar de la pantalla inicial de PS5 a la misión seleccionada de las tarjetas, no nos llevará ni 10 segundos.
Una colección imperdible
The Nioh Collection resulta ser un pack imperdible para los amantes del género souls que todavía no hayan jugado a esta saga. Muchísimo contenido por delante y de muy buena calidad, me parecen noticias muy satisfactorias para cualquier jugador que busque adentrarse en la saga.
La mala noticia, o la noticia menos buena, nos llega con motivo de ese subtitulo “remastered”… que bueno, se queda a medio gas. Quizás es que no hacía falta añadirlo, pero ahí está y debemos hablar de ello. Los juegos se quedan algo vagos en sus mejoras y merece más la pena por su adaptación a los sistemas y funcionalidades nuevos de PS5 que por la mejora gráfica en sí.
No obstante, esta colección supone la mejor puerta de entrada para los nuevos, y la mejor excusa para volver de los que ya jugaron debido a la gratuidad del upgrade a PS5. Nos hubiera gustado alguna mejora gráfica más, sí, pero lo cierto es que eso no empaña la experiencia jugable de dos títulos que merecen mucho la pena.