El modo desarrollador nos permite instalar Windows 98 en Xbox Series S y X de forma sencilla y disfrutar de sus videojuegos.
Si al día de hoy eres uno de los afortunados que tiene en su posesión una Xbox Series S o X te gustará saber que puedes hacer muchas mas cosas con ellas que simplemente jugar a videojuegos. Aunque ya como cacharros centro multimedia valen la pena, hay una opción que es interesante echarle un vistazo: el Modo Desarrollador. Se trata una funcionalidad que nos permite instalar cosas que de forma normal no podríamos, como emuladores o juegos hechos por la comunidad que no tienen presencia en la tienda de Xbox. Pero lo mas interesante es lo que os traemos hoy: se puede instalar Windows 98 en Xbox Series S y X mediante esta funcionalidad.
La forma de acceder a este Modo Desarrollador es suscribiéndonos al programa de Partners de Microsoft, una vez nos den de alta, podremos entrar en esta modalidad como nos demuestran en el presente vídeo nuestros compis de Digital Foundry:
La instalación se hace mediante DOSBox Pure, una máquina virtual que «engaña» al sistema de instalación del sistema operativo para hacerle creer que nuestra Xbox es un ordenador de la época. Una vez instalado, podremos navegar por su escritorio tras haber mapeado nuestro Xbox Controller y así instalar juegos mediante pendrives y otros formatos.
Así podréis usar vuestra flamante Xbox Series para jugar a cosas como Age of Empires, los primeros Quake o incluso a aventuras gráficas que marcaron historia como Maniac Mansion, el cual pudiste haberlo conseguido gratis si eres miembro de Prime Gaming. Pero no olvidemos que un Sistema Operativo nos deja más cosas además de jugar, por lo que es interesante para echar un vistazo arqueológico a uno de los SO más históricos del mundillo de los PC. Podréis sacar provecho a aplicaciones como Paint, el Microsoft Office de la época o echar un vistazo a la famosa Encarta ’98, ¿quién no quiere saber cuánto puede comer una rana toro africana antes de irse a dormir?
De todas formas, si no conseguís el acceso por la vía del programa de Partners de Microsoft, o si os da miedo trastear con las tripas del software de vuestra maquinita, no está demás recordar que la capacidad de la retrocompatibilidad de Xbox Series deja en pañales a la de la competencia y podéis jugar a cientos de títulos de la Xbox Original, de Xbox 360 y otros muchos de Xbox One. Todos (o casi todos) con mejoras en la resolución, en la respuesta del mando e incluso en el framerrate, pasando muchos títulos de jugarse a 30 frames por segundo a 60, o incluso los que ya iban a 60 pudiéndose jugar a 120 frames por segundo. Una locura, vaya.
Por otro lado, si queréis ver cómo es desempaquetar una Xbox Series X, os dejamos aquí nuestro unboxing particular y bien bonito.