¡¡Alerta!! Las autoridades sanitarias advierten que una extraña patología se extiende rápidamente entre los jugadores a videojuegos. Las pruebas iniciales indican que puede afectar a cualquier tipo de jugador, aunque el mayor número de casos se está produciendo entre los “gamers” más veteranos y con mayor historial a sus espaldas. Parece ser que los sujetos con menores índices de “aborregamiento y casualismo” son más propensos a desarrollarla. La denominación provisional que se le ha dado a este trastorno es la de “Retro Síndrome”.

El cuadro clínico se caracteriza por una serie de síntomas iniciales como son hastío e indiferencia hacia las últimas novedades del mercado y se va complicando progresivamente con otros indicios más graves como son criticar abiertamente algunas compañías, no cumplir el mandato de adquirir los “must have” anuales o, lo que es mucho peor, dejar de consumir la ración semanal de DLC´s.
En estados muy avanzados, se han dado casos en que el síndrome llega a provocar demencia. El jugador, incomprensiblemente, abandona sus maravillosas consolas con tecnología del siglo XXI y se refugia en una especie de “cueva imaginaria” haciendo uso únicamente de “primitivos instrumentos de juegos” que se creían extintos.
Son aparatos tan tecnológicamente obsoletos que casi todos carecen de conexión a Internet y si la tienen, es tan arcaica que utiliza banda estrecha. Esto, como es obvio, hace imposible el juego en línea y la descarga de copias digitales con lo que se incumplen tanto la Ley 360/2012 (en la que, en su artículo 27 redactado a instancias de su señoría Cliff Bleszinski, claramente se especifica que “sin modo online no hay diversión”) como las directrices del Pacto para la Eliminación Radical del Soporte Físico celebrado entre los tres grandes Partidos: Microsoft, Sony y Nintendo.

Lo más curioso, es que los análisis realizados a los sujetos afectados revelan unos valores de diversión por hora de juego y de satisfacción por título finalizado muy superiores a la media. Algo que resulta inexplicable si tenemos en cuenta además que estos “cacharros” son incapaces de mover millones de polígonos y de mostrar texturas en Alta Definición.
A día de hoy, se desconoce una vacuna eficaz contra este síndrome pero los expertos en marketing de las compañías apuntan que altas dosis de Hype en títulos Triple A o sesiones intensivas de baile con Kinect Star Wars ayudan a su prevención. También pueden resultar útiles un tratamiento de choque con “Activisionina” por la vía de suscripción de por vida al servicio Call of Duty Elite o recitar de memoria la lista (conocida recientemente) de los 50 DLC´s del próximo título de Capcom que saldrá el año que viene.

Es posible que el síndrome sea contagioso así que, si nota el más mínimo síntoma de que se aburre jugando a su consola de nueva generación, tiene un ligero “deja vu” de haber vivido la situación antes mientras juega a Call of Duty Black Ops II o al FIFA 2013 o simplemente observa que no le apetece tirarse jugando online hasta las tantas de la madrugada; acuda inmediatamente a su tienda de videojuegos más cercana o descargue las novedades del Bazar Xbox Live / PS Store y bajo ningún concepto se acerque al armario donde guarda las consolas de la infancia ni lea los artículos de Jesús54.