Los perros de la guerra se desatan (nunca mejor dicho) en nuestras impresiones de King’s Bounty II. Es que los perros están rotísimos.
Antes de hablar sobre las impresiones de King’s Bounty II debo remarcar una cosa. Y es que yo conocí la saga justamente en su evento de presentación de esta entrega, momento en el que me llamó poderosamente la atención la mezcla de la que hacía gala. Hoy, por fin, os traemos un avance de este título que, la verdad, promete. Y mucho.
Los ángeles de Adrian
Lo primero que nos entra por los ojos es la importante decisión de qué camino elegir. Porque King’s Bounty II ofrece hasta tres personajes distintos con sus propia historia. Lo bueno que he visto de esto es que realmente hay un personaje para cada tipo de jugador, hablando del trasfondo del mismo.
De esta forma podemos elegir entre un guardia real caído en desgracia, una condesa maga o una campesina. Aunque parezca que ya están bien definidos por su rol en el mundo, esto no es así. Y no voy a entrar más en detalle para no aguaros la sorpresa de cara a que lo juguéis vosotros mismos.
Después de haber elegido a nuestro héroe comenzamos una épica epopeya en la que conseguimos un ejército propio, ganamos habilidades y hechizos y completamos misiones. Sí, esto es muy resumido pero es que me voy a centrar más en mi experiencia jugando que en lo que ofrece el título. Eso ya vendrá en el análisis, no os preocupéis.
No voy a mencionar las cosillas a mejorar ni nada por el estilo debido a que el juego le queda todavía unas semanas por salir. Hablemos mejor de lo que he podido disfrutar del título, y una de las cosas es el combate táctico. Nuestros batallones se dispersan por el mapa mediante cuadrículas, y los más rápidos actúan primero. Y he aquí una cosa que me ha flipado sobremanera.
El mapeado de combate es exactamente el mismo que el de la exploración. Es decir, si estás en un pueblo con sus casas, estatuas y demás, éstas son representadas en el combate. Creedme si os digo que eso es un currazo que flipáis a la hora de implementarlo y desarrollarlo en un juego.
Por otro lado, hay muchísima variedad en cuanto a unidades. Tenemos los típicos soldados equipados con diferente armamento, pasando por perros de guerra (geniales en su trabajo). Por supuesto, también hay criaturas fantásticas. Es decir, podemos formar un ejército personalizado siempre que nos dé el dinero para contratarlos claro.
Aparte, tenemos las habilidades y hechizos del personaje protagonista, muy importantes a la hora de darle la vuelta a una situación peligrosa. Estas técnicas las iremos consiguiendo mediante árboles de habilidades, con un fuerte componente RPG.
El influencer definitivo
Uno de los mayores atractivos de este King’s Bounty II es la capacidad de influir tanto en el mundo como en sus gentes sólo con nuestros actos. Y es que dependiendo del camino que tomemos a la hora de completar misiones ocurrirán ciertos sucesos o la opinión pública tendrá diferentes cosas que contar.
Por ejemplo, si alguien requiere nuestra ayuda podemos simplemente ignorarle, ayudarle a recuperar lo que busca, destruirlo porque nos está bloqueando nuestro cometido principal… Dependiendo de lo que decidamos hacer, iremos consiguiendo o perdiendo cosillas por el camino. Pero nada de quejas eh, que si eliges algo hay que apechugar con ello.
Por otro lado el componente de exploración es muy importante en este título. En los entornos 3D en los que se maneja el juego, hay muchas tareas y misiones que requieren que solventemos puzzles, busquemos cierto lugar y encontremos pistas, o simplemente para descubrir más localizaciones y personajes.
En definitiva, este tiempo que he podido probar el juego me ha servido para tener una cosa clara: me he quedado con ganas de más. De momento la jugabilidad y equilibrio de poder está bien conseguido, y el tema de decisiones tiene muy buena pinta. Sólo queda esperar mes y medio para probar el juego completo y pulido y ver si ser un cabroncete me trae represalias. Espero que sí.