En esta crítica de la serie Netflix de Resident Evil, sin spoilers, dejamos las polémicas a un lado y te contamos lo que nos ha parecido sin pelos en la lengua.
Después de un par de años de información que nos llegaba con cuentagotas, no fue hasta el último Netflix Geeked Week que pudimos echar el primer vistazo real a la serie de Resident Evil a la que Netflix planeaba dar vida. Estrenada el pasado 14 de julio, el showrunner Andrew Dabb nos trae su particular visión de lo que es una historia de Resident Evil adaptada a nuestro mundo. En GuiltyBit ya te adelantábamos todo lo que necesitabas saber antes de ver la serie de Resident Evil la semana pasada. Sin embargo, ya la hemos visto y nos ha gustado, pero lejos de quedarnos en esa afirmación te traemos hoy nuestra crítica de la serie Netflix de Resident Evil, argumentando sus pros y contras (y sin spoilers).
¿Qué pasaría si Umbrella existiese en nuestra realidad?
La premisa más interesante que nos propone esta serie de Resident Evil es hacernos la pregunta de cómo sería una Umbrella adaptada a unos tiempos donde las redes sociales y el dominio de internet son las herramientas que controlan nuestras vidas. Aunque ya se avisó de que no estamos ante unos sucesos canon de los videojuegos, la preocupación por encuadrar acontecimientos y fechas con estos es bastante loable, llegándonos a generar un escenario de plausibilidad bastante acertado y agradecido, sobre todo si eres conocedor del «timeline» al detalle de los videojuegos (caso de un servidor).
Por ende, volviendo a Umbrella, estamos ante una empresa farmacéutica que tiene como visión la de competir en popularidad con referentes como Amazon, Facebook o Google, luchando por llevarse todo el pastel del control de masas en base a la manipulación de estímulos y emociones. Así, se da lugar a la droga que ocupa el papel principal de la novela: Joy, la cual ya se autopresenta con su nombre como un fármaco capaz de generar felicidad en aquel que lo consume, haciéndole más manipulable y evasivo a conductas racionales.
Pero para que Joy funcione hay un secreto: su compuesto se erige con una cepa del Virus-T, la misma que ocasionó el colapso de Raccoon City. Y es aquí donde la serie triunfa en su afán de generar misterio y tensión en el espectador: sabemos que algo saldrá mal, pero no cuándo ni por qué.
Neo Raccoon City, la zona cero
La acción se presenta en dos frentes: 2022 (actualidad) y 2036 (futuro post-desastre). La idea de la serie es hacernos conocedores del origen que llevó a la humanidad a un cataclismo que también vamos a presenciar. Realmente no veo acertada esta idea, pues resta tiempo para desarrollarse a la primera parte (la que de verdad es interesante) y nos mete metraje de un futuro que no aporta y es difícil que entretenga en muchos momentos.
Ver el día a día de Jade y Billy Wesker con sus problemas de adolescentes en Neo Raccoon City otorga una chispa de humanidad y despreocupación sobre los problemas propiamente «residentevilianos» que le sienta bien a la trama. Ser testigos de la evolución de las dos hermanas, y como poco a poco van descubriendo que esta ciudad idílica es realmente un infierno encubierto, se hace ameno y nos engancha a la pantalla. Es placentero observar verlas madurar y optar por diferentes caminos. Sin duda, otro de los puntos musculosos del show.
También lo son los giros de guion, bien madurados y presentados, artífices de los problemas más propios de un Resident Evil y de los que se evaden, de forma inconsciente, las protagonistas en los primeros capítulos. Aquí hay que darle el mérito a Lance Reddick, quien lo ha bordado dando vida a un Albert Wesker científico lleno de matices y con una interpretación sobresaliente, hasta el punto de hacernos creer que es un auténtico camaleón de la interpretación.
En contraposición, la trama del futuro se siente más complaciente con el espectador serie B, siendo más plana y vaga en guion, con una acción que avanza a trompicones y que por momentos recuerda a las cintas de Paul W.S. Anderson, en el peor de los sentidos.
Inteligente a la hora de meter guiños y referencias
Una cosa que detesté de la película de Bienvenidos a Raccoon City es que se preocupaba más por meter escenas, referencias, personajes y momentos de los videojuegos que de tejer una trama que realmente tuviese algún sentido. La serie de Netflix funciona al revés: hay muchísimo guiño a los videojuegos, pero introducidos de tal forma que no pisan a lo que realmente se quiere contar aquí, siendo recursos que ayudan a construir momentos muy chulos pero para nada ajenos a la atmósfera que teje el show.
Os pongo un ejemplo que, en lo personal, me ha gustado mucho: la vestimenta de las fuerzas de seguridad de Umbrella. En recuerdos o grabaciones que se ven de 1998, vemos que siguen la línea a como vestían Hunk o Carlos Oliveira en los videojuegos, evolucionando a uniformes más funcionales en el presente 2022 y en equipamientos más futuristas en la trama de 2036. Otro que me ha complacido es cuando aparece el famoso Don Diego de Resident Evil 4. Sí, el capullo de motosierra en mano y bolsa en la cabeza. Aquí aparece en un momento de la trama lógico y diegético, mientras que su contraparte en la película de Anderson -Resident Evil: Ultratumba- sale sin explicación ni coherencia ninguna para dejarnos un combate épico sin fundamento.
En general los guiños y referencias aparecen en pequeños detalles e incluso frases (los fans de Barry vais a estar encantados) pero, como digo, bien introducidos. Incluso se han atrevido a emular la sensación laberíntica de los videojuegos, metiendo a las dos protagonistas en un escenario donde tienen que utilizar su ingenio para ir abriendo puertas y resolviendo puzles ¡con la canción del piano incluida!
Constante preocupación por ser un producto actual
Aunque desde mi perspectiva no lo veo un problema, sino un acierto el dar cabida a estos puntos, no negaré que puede llegar a notarse una serie demasiado preocupada con querer ser un producto actual para un público muy concreto. Esto lo digo porque no pierde ni una oportunidad para meter una alusión a productos de la cultura popular o incluso hacer referencia a problemas muy en boca de las redes sociales. Sin ir más lejos, la escena donde hablan de la Covid ha generado un aluvión de críticas, estúpidas si me preguntáis a mí.
También el uso de la fotografía o la música tienen un un rollo muy «chill» que sirve para realzar esa dicotomía que existe entre lo que hace Umbrella a las sombras y la vida acomodada que presencian las protagonistas la mayor parte del tiempo. Supongo que la mayoría de los fans esperarían que algo se saliese de madre ya en el primer capítulo para tener un apocalipsis zombi en los siete capítulos restantes. Ya os aviso que la vaina no funciona así aunque os parezca un precepto inviolable de las series/películas de zombis.
La trama del presente consiste en ir descubriendo misterio tras misterio e ir destapando a Umbrella como la villana que todos conocemos, mientras tanto, la trama del futuro es donde se concentran las escenas de acción con zombis desatados y otras criaturas de pesadilla (o de ensueño para los fans). Como dije y volveré a repetir, es aquí donde Resident Evil de Netflix no funciona, sino que es en la construcción del misterio y la tensión, donde sabe hacer las cosas bien.
Crítica de Resident Evil de Netflix – Una serie positiva y que sabe adaptar el material maldito
Creo que la serie ha sabido absorber lo que es Resident Evil y entenderlo para que funcione: horror de baja categoría que es consciente de lo que es. No estamos ante una serie de terror, ni pretende serlo, sino un thriller de tensión como son los videojuegos. Criaturas exageradas, construcción de una atmósfera de misterio pasito a pasito y compañías farmacéuticas malévolas se dan la mano en los videojuegos y, por supuesto, aquí también. ¿El resultado? Si te ha gustado la franquicia me resulta difícil de entender que no te vaya a gustar esta serie.
Vamos, como fan incondicional que he sido de Resident Evil desde que era un enano, ver que al fin han hecho bien a los lickers (a pesar de que les falta desarrollo narrativo), presenciar una black tigger en acción o que incluso se hayan atrevido a meter un gusano gigante como en Resident Evil 3, me ha levantado una sonrisa de oreja a oreja. Incluso la sorpresa final me ha parecido fascinante y me ha dejado entusiasmado para una posible segunda temporada.
No obstante, creo que ha sido un error bastante gordo el querer hacer dos tramas paralelas. Lejos de que tanto salto y retroceso, entre una trama y otra, pueda llegar a resultar confuso, creo que lo que nos cuenta en la parte de 2036 está muy poco inspirado y no se separa de lo que podría ser una serie o película de zombis muy justita. En cambio, si se hubiese aprovechado el metraje de esta para desarrollar más aspectos de la trama del presente nos habría dejado una serie bastante más redonda y sólida.
Veremos como la continúan, si es que hay una segunda temporada. Realmente considero que estamos ante la primera adaptación aceptable de Resident Evil después de tantas películas catastróficas. Sería una pena que le echasen el pestillo ahora, cuando no podría estar más interesante.