Uno de los mejores Hack & Slash de la pasada generación llega vía retrocompatibilidad a Xbox One. Y encima señoras y señores tengo que recordar que la versión de Xbox 360 fue la mejor, así que si tenéis una Xbox One y veis el Bayonetta, ¡a por él de CABEZA!
Desarrollado por Platinum Games y SEGA, Bayonetta nos pone en la piel de una bruja que no recuerda nada sobre su pasado, los enemigos son ángeles y todo es tan molón que solo SEGA la cagó. La cagó con un port horrible para PlayStation 3 (la cosa olía mucho porque en toda presentación siempre era la versión de Xbox 360 la que se podía probar) donde los tiempos de carga eran hasta de un minuto, bajadas de framerate espectaculares y unos gráficos con dientes de sierra que podrían cortar un Baobab en 27 segundos.
Wii U con el lanzamiento de Bayonetta 2 también tuvo ración del primer Bayonetta. Esta versión tenía algunas introducciones (trajes y armas) y es una digna versión aunque para mi gusto no supera la fluidez y bondades de la versión de Xbox 360.
Es un juego que de gustaros el género Hack & Slash lo tenéis que probar. Viene de la mano de Platinum Games y SEGA como ya he dicho, pero la mente pensante de Bayonetta es ni más ni menos que Hideki Kamiya, el padre de Devil May Cry. Que no os asuste el aspecto de Bayonetta (el juego, no la protagonista) con esos escenarios recargados, enemigos y personajes vestidos de forma algo hortera… Lejos de eso Bayonetta tiene un sistema de combate espectacular con el que podremos hacer auténticas virguerías y que a día de hoy aun sigue siendo uno de los mejores que he visto.
Otra cosa que me gustó en su día de Bayonetta es que no tuvo ni un DLC. Parece mentira pero sí. Todas las armas de la bruja y modos de juego están disponibles en el juego y no tuvimos que pasar por caja para tenerlo todo. Armas y «sorpresas» se desbloquean jugando, jugando y jugando. Más curiosidades es que pese a que te saques todos los logros/trofeos del juego, aun hay muchas cosas que descubrir. Sobre todo armas y un jefe final difícil donde los haya.