Arabia Saudí sigue queriendo despegarse del petróleo y por ello invertirá 13.000 millones de euros en un gran publisher.
Llevo un tiempo observando los movimientos de Arabia Saudí en el mercado de los videojuegos. El país, en su empeño de reducir la dependencia que tiene con el petróleo, está explorando el audiovisual en aras de expandir su modelo de negocio. El próximo movimiento nos asusta un poco; resulta que pretenden gastar 13.000 millones de euros en un gran distribuidor, aún desconocido… Pero la cifra ya asusta y da alguna que otra pista.
En un comunicado, el país ha asegurado pretender gastar casi 38.000 millones de euros en empresas relacionadas con videojuegos. La inversión se realizará, como no, a través del Fondo de Inversión del territorio; y con ello, pretende convertirse en el mayor agente de videojuegos de la escena política en el mundo.
Estos 38.000 millones se dividen en dos partes; una primera, cifrada en 18.6, que forma parte de un plan de adquisición de «compañías clave» que apoyen al país -compras de desarrolladores, entiendo-; y otra, de 13, que, como decimos, irá destinada a adquirir un «publisher líder en el mercado».
La cifra da un poco de miedo
Lo cierto es que si pensamos en la cifra de dinero que tenemos delante y la ponemos en perspectiva… Nos manda al rincón de pensar. Microsoft adquirió Bethesda (¡Bethesda!) por 7.500 millones de euros, casi la mitad de lo que pretende invertir Arabia en el distribuidor. Ridículos suenan los apenas 300 millones que gastó Sony en Insomniac, un reputado equipo con bagaje a las espaldas.
Importante destacar y rescatar los últimos movimientos del país en este mercado. Arabia pilló el 5% de las acciones de Nintendo, una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta la empresa de la que se trata. Asimismo, ha comprado en su práctica totalidad a SNK y ha adquirido acciones por valor de 1.000 millones de dólares de Capcom y Nexon. Vamos, que han venido para quedarse.