La franquicia Shin Megami Tensei no echa el freno y con este análisis de Soul Hackers 2 profundizaremos en la secuela del título de Saturn.
No es pegar un tiro errado el decir que Shin Megami Tensei es, al día de hoy, la franquicia de JRPG más sólida y madura que existe. Aunque hay mucho mérito concentrado en spin offs de la misma como Persona, Shin Megami Tensei V llegó siendo un título más que sobresaliente. En la redacción nos flipó de sobremanera, como bien puedes apreciar leyendo su análisis. Ya nos había encantando también otras entregas pretéritas como Nocturne o Digital Devil Saga, por lo que no es ninguna sorpresa que esperábamos con bastante expectación la secuela de Soul Hackers. Así pues, la sorpresa ya ha llegado a su fin y hemos podido jugarlo de inicio a fin para contaros lo que nos ha parecido en el siguiente análisis de Soul Hackers 2.
Devil Summoner vuelve a la vida
El juego que hoy os traemos es la continuación de un título que vio la luz en 1997 para Sega Saturn. Shin Megami Tensei: Devil Summoner Soul Hackers nos ponía en la piel del de un grupo de hackers en una ciudad japonesa futurista condenada por un inminente apocalipsis. Dieciséis años más tarde, aparecería un remake para Nintendo 3DS que estilizaría el apartado artístico, añadiría matices a la trama y mejoraría gran parte del gameplay.
Esta secuela, sin embargo, se desmarca muchísimo de la entrega original, dándonos una historia nueva ambientada en un universo totalmente diferente. Incluso el concepto del juego cambia casi radicalmente, pasando de la novela visual con combates a un JRPG más tradicional, con ciudades que recorrer hablando con NPC o explorar mazmorras mientras nos curtimos en batallas por turnos.
Algunos elementos de la saga Shin Megami Tensei siguen presentes, como los demonios, los COM — dispositivos para invocar y esclavizar a los citados —, una historia atizada por un inminente fin del mundo y personajes cimentados en experiencias oscuras y traumáticas. Porque Soul Hackers 2 es más SMT que Persona y quiere dejarlo claro, aunque sus diseños difieran bastante del resto de juegos de la franquicia, acercándose más a un dibujo colorido, recargado y amable.
El arte del combate de Soul Hackers 2
Una de las cosas que me han atrapado de Soul Hackers 2 es como nos obliga a entender y aceptar su filosofía de juego. Quiero decir, por mucho JRPG que sea, tiene unos ritmos muy marcados y una forma de jugarse más inelástica que la de otros juegos de la franquicia. No es algo que nos pille por sorpresa, pues SMT V le ocurría lo mismo, siendo muy severo con aquellos jugadores que quisieran enfocar la batallas fuera de la doctrina impuesta.
Soul Hackers 2 no es tan inclemente como SMT V, pero se apoya mucho en su sistema de debilidades y fortalezas, siendo imperante que el jugador busque explotar los puntos flacos de los enemigos para así conseguir puntos de combos con los que desatar poderosos sabbats (agrupaciones de demonios atacando en masa) al final de cada turno. Por ende, las batallas de Soul Hackers 2 buscan solucionarse de forma rápida y sin dejar tregua al enemigo, pues en el momento que estas se estiren, empezarán a darnos problemas.
Dentro de la fórmula entran las habilidades activas y pasivas de la protagonista, Ringo, allanando la experiencia en las situaciones más peliagudas pudiendo cambiar de demonios durante las batallas, otorgando regeneración de vitalidad o defensas contras estados perjudiciales de manera automática una vez mejoramos su COM en el taller de armas.
La rutina de juego de Soul Hackers 2
Aunque al inicio iremos de la mano mientras nos hacemos con sus diferentes sistemas de una manera loable y agradecida, llegará un punto donde entenderemos cómo funciona Soul Hackers 2. Básicamente, el juego nos llevará por un viaje en la que repetiremos la siguiente rutina: exploraremos un fragmento de una mazmorra hasta que la salud y el PM no de para más, retornaremos a nuestra guarida para comer y curarnos, daremos una vuelta por las diferentes tiendas para mejorar a los personajes y volveremos a la acción.
En este caso, sí que podremos adecuarnos según mejor nos convenga, pudiendo cargarnos con mucho objeto de curación para no tener que volver demasiadas veces a la guarida o acumulando objetos de mejora hasta la saciedad para mejorar todo de golpe cuando nos apetezca. No obstante, la demora que supone los tiempos de carga (sobre todo en la versión de consolas de la pasada generación) hacen que repetir la susodicha rutina sea algo muy cargante. Incluso en la versión de PS5 (la que hemos usado para este análisis) adolece de unos tiempos bastante caprichosos.
Por suerte, el sistema de combate está lo suficiente refinado para que valga la pena pasar por el aro. Hacer nuestras estrategias en función de los demonios que vayamos reclutando, o consiguiendo mediante fusiones, sigue sintiéndose fresco pese a ser una mecánica que lleva empleándose en SMT desde tiempos inmemoriales.
¿Introspección de la humanidad? Nos desmarcamos de la salsa de SMT
La historia, en fin, supongo que todos estaréis pensado que tenemos otra historia que sigue por los mismos derroteros de su saga. La verdad es que yo no estaría muy de acuerdo. Las historias de SMT tienden a la seriedad, a la construcción y desarrollo de personajes en ambientes traumáticos y situaciones desesperantes, a generarnos una incomodidad constante de que nada está bien ni todo es lo que parece. Soul Hackers 2 se desmarca también de esto, cogiendo ciertas pinceladas de lo citado pero edulcorándolas con personajes más generalistas, casi sacados de cualquiera anime de ciencia y ficción del montón.
Hay un esmero importante en querer que los cuatro personajes de nuestro grupo se diferencien unos de otros, con personalidades muy exageradas, rozando casi lo absurdo y abrazando clichés demasiado manidos del manga y anime. Una de las cosas por las que SMT es tan atractiva es precisamente por presentar personajes mostrando una cara diferente a la que estamos acostumbrados, cosa que aquí no se cumple. La historia tampoco es harina de otro costal, siendo bastante costumbrista en esto de hablar de lo que es un ser humano o IAs entendiéndose así mismas como tal. También dedica su tiempo desgranando el concepto del alma y del más allá además del temor del avance de la tecnología por encima del control del ser humano.
De todas formas, tanto la trama como los personajes están lo suficientemente bien escritos como para que notemos que estamos presenciando una historia sólida y donde sentimos interés por lo que se nos cuenta pese a que no invente la rueda. Y es que hay momentos, como cuando los personajes principales se reúnen en el bar a tomar unas cervezas y a hablar de la vida, donde de verdad nos metemos en el mundo y empatizamos con los personajes, hasta el punto de sentirnos ahí también bebiendo con ellos.
Shirow Miwa, el sustituto de Kazuma Kaneko
Lo primero que más os llamará la atención de Soul Hackers 2 son sus diseños. Como dije, Atlus apostó aquí por dar más color a sus protagonistas y al mundo, con importante hincapié en los verdes y violetas fosforitos, colores con los que se asocia a las dos protagonistas de la aventura: Ringo y Fige. El encargado de ello es un nuevo conocido en SMT: Shirow Miwa, quien da cara y cuerpo a los diferentes personajes que controlaremos, siendo muy exagerado y hortera a la hora de vestirlos. Por otra aparte, los demonios conservan sus diseños originales, solo que está vez están recreados con un tono más «cell shading» y menos realista.
En lo demás, no es que destaque, más bien al revés. Estamos ante un juego que es cumplidor a la hora de presentar sus ciudades y recorrerlas realizando nuestros quehaceres, aunque se queda por debajo de lo visto en la mayoría de JRPGs de gran tamaño. Pero en donde sí flaquea es en las mazmorras, siendo pasillos con diseños paupérrimos, delimitada por puertas y «triggers» que requieren un poco de backtracking dentro de las mismas para seguir avanzando. Aunque no todo es malo, pues lo guay de esto son el uso que hacemos de los demonios fuera de la batalla, pudiendo otear las instancias para encontrarnos objetos, dinero e incluso otros demonios que quieran unirse a nuestras filas.
Pues básicamente esto abarca la totalidad del videojuego, siendo este una exploración continua de mazmorras, una detrás de otra, solo frenados por la historia cuando esta desea desarrollarse. Claro esta, esto es un peñazo, pues con semejante diseños tan lamentables, las mazmorras son un calvario. Vuelvo a destacar el papel de los combates, pues son los encargados de hacernos algo ameno el recorrido de las mismas.
Análisis de Soul Hackers 2 – Un gran JRPG que puede que no contente al fan de Shin Megami Tensei
Pues para concluir este análisis de Soul Hackers 2 puedo deciros que, pese al tono algo negativo del texto, considero que el juego es bastante robusto, interesante y emocionante para cualquier fan del género que se precie. Ahora, si eres un entendido de la materia de Shin Megai Tensei, puede que te pase como a mí y veas que algunos elementos se sienten más descafeinados en un esfuerzo de querer contentar a un espectro de público diferente del usual.
En algunas cosas, como el recorrido de mazmorras, es hora de que Atlus se ponga las pilas, porque no hay punto de comparación a lo visto en Persona 5 o SMT V con lo que aquí se nos dispensa. La historia y diseño de personajes contentará a los más adeptos del shonen, aunque se queda insuficiente tras ver como se desarrolló la narración en títulos como SMT III: Nocturne o la mayoría de exponentes de la saga Persona.
Por lo demás, los sistemas de progreso de los personajes y demonios, sumado a su más que hermético sistema de combate con sus diferentes sinergias, hacen de Soul Hackers 2 un título estupendo al que convendría que no quitaseis el ojo de encima.