Tras una primera entrega algo regulera y con críticas muy dispares, llega esta secuela con la intención de resarcirse de lo que supuso el juego anterior y así hacerse solo con las buenas críticas, limpiando su nombre. En este análisis de RAGE 2, os explicaremos si esto se ha logrado o no.
Siempre me gusta empezar los análisis por la historia del propio videojuego. Considero que es un factor importante, porque es el motor y da sentido a todo lo que acontece en dicho videojuego. Obviamente, no puedes exigirle la misma carga y calidad narrativa a DOOM que a Metal Gear Solid, pues estarías enfocando muy mal el juego en sí. Por ello, a RAGE 2 hay que abarcarlo desde el punto de vista de un shooter en el que la trama y todo lo relacionado con ella, es secundario. El problema es que, dentro de ese margen, lo hace terriblemente mal.
La trama es mala. Sencillamente mala. Simple, predecible y con unos personajes que nos dan tremendamente igual. El desarrollo de personajes, de hecho, es nulo. Se nos plantea una historia que cuenta con un villano malo malísimo que tiene un ejército y una tecnología asombrosa, y nuestro objetivo será matarlo. Sencillo, como debe ser en un juego de estas características. Deberemos aliarnos con tres personajes que nos ayudarán a cumplir este objetivo. Tres personajes que no pueden darnos más igual y el juego no hace ningún esfuerzo por hacer que nos interesemos por ellos. Y el desenlace, mejor no contar nada claro, pero hacia tiempo que no jugaba algo tan mal resuelto.
El juego también cuenta con las típicas notas de voz y registros en textos que nos expanden un poco el universo en el que se desarrolla RAGE 2, pero lo cierto es que no importan tan poco lo que pasa a nuestro alrededor que las explicaciones que dan al principio para ponernos en contexto son más que suficiente.
Otro lastre es el sistema de misiones. Realmente creo que, principales, habrá unas diez misiones, más o menos. El juego, narrativamente hablando, es muy corto, simplemente se alarga porque al final te entretienes en cosas secundarias propias del mundo abierto. Porque no, no hay misiones secundarias. Tenemos encargos, los típicos de coger un tablón, y localizaciones que nos dirán los NPC si hablamos con ellos, pero llamar misión secundaria a eso sería un insulto para los juegos que sí se preocupan por hacer eso bien.
Una cosa que se criticó mucho de Anthem y que RAGE 2 adapta a su juego, es el corte que se le pega a la narrativa para forzarte a explorar el mundo y “limpiar” localizaciones. Me explico: los tres personajes que he mencionado antes que nos ayudan en nuestra misión, solo lo hacen si previamente hemos llegado a nivel 5 de confianza con ellos. ¿Qué como llegar a ese nivel? Fácil, ve a las localizaciones que encuentras por el mapa y límpialas para ir subiendo en confianza. Realmente no es algo que lastre la aventura como sí lo hacía en Anthem, pues son cosas que harás prácticamente sin querer, pero bueno, hay que remarcar que el juego corta su narrativa por obligarte a hacer esto, por muy poco lastrante que sea, narrativamente es un tiro al pie.
En lo que respecta a las misiones en sí mismas, estas son poco (muy poco) variadas y bastante de recadero. De hecho, hasta el propio juego bromea con eso diciendo que “ve un patrón claro”. Lo bueno es que podremos elegir el orden en el que hacer las misiones principales.
Por finalizar este apartado, la duración del juego yendo más o menos a saco a por la trama, es de unas 12 horas. Una duración perfecta, pues alargar más la trama principal, sin variar el apartado jugable, sería un error.
Las bases del gameplay de RAGE 2 son muy simples. Podemos decir que el juego se resume en disparar, conducir y… disparar. Lo cierto es que tiene poca variedad jugable, pero esto no tiene que ser per se algo negativo, hemos visto muchos grandes títulos cuya base jugable es esa. El problema que pasa con RAGE 2 es que tenemos un producto cojo en este sentido. Hablamos de un juego magistral en su faceta shooter, pero muy poco en todo lo demás.
Dejando para más adelante la cara shooter del juego, hablemos de todo lo demás. Primeramente, la conducción. Como todo universo postapocalíptico, los coches al estilo Mad Max están a la orden del día. Tenemos nuestro vehículo personal que podremos ir mejorando, añadiendo todo tipo de armamento, desde ametralladoras hasta lanzamisiles. Podremos coger otros vehículos del yermo y podremos añadirlos a nuestra colección, pero en muy rara ocasión serán mejores que el principal. En lo referente a la conducción, quizás esta no es lo mejor que debiera ser, pero tampoco es mala en absoluto. Simplemente, y casi como todo el título, no destaca. Está ahí, está bien y no molesta, pero no aporta nada. Acelerar, disparar, turbo, freno de mano y esquiva, resume lo que ofrece la conducción.
El resto de lo que podemos considerar parte de la jugabilidad, se sustenta sobre las mejores que hay en general. El juego se basa en que todo lo que hagamos y todo lo que recojamos, sirva para mejorar a nuestro personaje. Cualquier acción, zona completada o misión finalizada, nos dará una serie de objetos que servirán para mejorar una cosa o la otra. A ver, por partes. Tenemos dos tipos de moneda: los billetes de toda la vida y la feltrita. Con lo primero, podremos comprar munición y demás consumibles, así como objetos de mejora, en los distintos mercaderes. Con la feltrita, podremos desbloquear el acceso a desbloqueo de habilidades. Lo sé, suena un poco engorroso.
La feltrita la usaremos para mejorar dos cosas: los nanotritos (es decir, las habilidades especiales) y las armas. En ambos casos, invertiremos ese material para poder acceder a los árboles de habilidades y desbloquear, si tenemos el objeto pertinente, la mejora que queramos. En el caso de los vehículos y los proyectos (mejoras relacionadas con el equipo, generalmente), necesitaremos el objeto de mejora correspondiente. Y sí, acertáis si pensáis que todo este sistema es un poco sindiós nada interesante que contrasta demasiado con lo frenético que resulta el juego. Los objetos necesarios se podrán comprar a mercaderes, encontrar en los cofres arcas y matando ciertos mutantes enormes, entre otros.
Pero bueno, vayamos a la chicha del juego. El gunplay es simple y llanamente espectacular, recordando indudablemente y por motivos lógicos al de DOOM. El avance por el juego y las distintas tareas, que tal y como las plantea RAGE 2 en otros juegos sería tedioso, aquí hace que disfrutemos. Porque sí, solo dispararemos a infinidad de enemigos, sin tener mucho contexto siquiera, pero lo bien planteada que está su faceta jugable hace que uno disfrute disparando y disparando. Escopeta en mano, puedes sentirte como dios abriéndote paso entre los enemigos. La velocidad, el frenetismo y lo rápido que el juego te hace pensar es lo que te hace seguir jugando. Vas con tu coche, ves una localización random que te da bastante igual, pero decides pararte y masacrar a los tipos que haya dentro simple y llanamente por el placer de hacerlo.
Lo bueno que tiene el juego, es que con las tres armas que obtienes por guión en los primeros compases del juego, te puede valer de sobra para completarlo. Una pistola, un fusil y una escopeta, sirven para todo, si tu habilidad es la suficiente. Claro que durante el resto de la aventura nos haremos con más y mejor armamento, pero lo cierto es que te lo tendrás que buscar tú, por lo que puedes terminar el juego sin haber desbloqueado algunas armas.
No todo es plomo, también hay habilidades especiales. Se tratan de poderes hablando pronto y mal. Desde el doble salto que facilitará nuestros movimientos, hasta el típico esquive rápido para agilizar nuestra acción. Por supuesto, veremos otros poderes como el desfribilador, que nos dará una segunda oportunidad si caemos, o lanzar una barrera que nos protegerá durante un tiempo. También hay otro muy importante: la sobrecarga, que potenciará a nuestro personaje y que podremos usar cuando hayamos llenado el indicador matando enemigos.
A todo esto, hay que añadirle el uso de objetos como las granadas o el wingstick, una especie de boomerang. También podremos usar un dron que nos acompañe en combate y tendremos a nuestra disposición las infusiones de salud, que no darán vida cuando más lo necesitemos.
Lo cierto es que la mezcla de estas dos facetas, la de las armas y la de las habilidades, hace que el juego sea tremendamente adictivo cuando estamos sumidos en un tiroteo, y eso los desarrolladores lo saben, por eso han basado todo su gameplay en ello. Además, lo gore del juego con sus desmembramientos, hace que sea una verdadera fiesta. Que esto sea bueno o malo, ya depende de vosotros porque, para nosotros, pese a lo excelente de su gunplay, seguimos notando al juego cojo.
El mundo abierto de RAGE 2 no innova absolutamente nada. Tampoco lo hace mal. Como venimos diciendo, el juego se preocupa constantemente por darte algo que hacer y que la recompensa sea algo más o menos inmediato. El mapa del juego no es de lo más grande que probarás, pero sí es lo suficientemente compacto como para no sentirse alargado por alargar. Esto es algo que hace realmente bien.
Respecto al mapa en sí, tenemos algunos pequeños enclaves en forma ciudades, donde podremos coger misiones y comprar mejoras para poder mejorar (si tenemos suficientes) nuestro equipo, habilidades o lo que sea. En estas ciudades también encontraremos encargos (o más bien notas que nos localizan cosas) y hablando con determinados personajes desbloquearemos puntos del mapa. Por lo demás, poco hay que hacer en ellas.
Pero el yermo resulta que no está tan yermo como podría parecer. Puestos de bandidos, guaridas de monstruos, Arcas (que contienen mejoras y armas), gasolineras y un largo etcétera llenarán de puntitos el mapa. Incluso podremos disfrutar de carreras aleatorias o ver como cae un meteorito para, posteriormente, ir hasta la ubicación de impacto. ¡Si hasta hay un mercader ambulante!
Algunas de estas zonas estarán marcadas por un nivel de los enemigos, que no es otra cosa que el numero y la resistencia, así como el tipo, de enemigos a los que nos enfrentaremos. Como se ha dicho antes, al final todo depende más de tu habilidad que de otra cosa.
Por otro lado, es cierto que no presenta una gran variedad. No es todo un desierto árido, pero tampoco es un alarde de originalidad los distintos biomas que tratan de meter en el mapa. Pero, lo cierto es que por las características postapocalípticas del juego no puede dar lugar a otra cosa. A modo de apunte personal, me ha gustado ver algún barrio o restos de construcciones semi enterradas por la arena, son pequeños detalles que se agradecen.
Otra cosa muy buena que tiene el mapa es la aleatoriedad que presenta. Veremos enfrentamientos entre las distintas facciones mientras vamos por ahí con nuestro coche. También veremos carreras entre otros coches y, en general, todo tipo de interacciones entre los distintos elementos del mundo. Ahora, es cierto que esto tampoco es que lo haga especialmente vivo.
Finalmente, podremos poner a prueba nuestras habilidades con las armas y con los vehículos en las arenas y los circuitos que hay, lo que dota al juego de un pasatiempo que no implique limpiar el mapa y hacer cosas que se le dan realmente bien al título.
La versión que se ha probado es la de PlayStation 4 normal. Se puede decir que el juego iba a unos muy sólidos 30 fps y que nunca hemos sufrido una ralentización o caída de frames. Por lo que, en líneas generales, el rendimiento es muy bueno en esta versión salvo en el menú de gestión, el cual va terriblemente lento y mal. Lo cual, dicho sea de paso, fastidia la experiencia doblemente porque tendremos que echar un rato en los menús si queremos mejorar a nuestro personaje.
Es cierto que la tasa de frames es sólida, pero va en detrimento de la resolución o las propias texturas. En la versión de PlayStation 4 normal, se puede decir que el juego se ve bastante regulero e incluso a veces feo. Las versiones para las consolas más potentes, ya es otra historia, pues ahí podemos ver mejor el acabado de las texturas y la iluminación.
En cuanto al sonido, poco que destacar salvo el de las armas. Estas suenan y se sienten muy muy bien. Como se viene diciendo durante todo el texto, el trato de las armas y todo lo relacionado con ellas, es inmejorable. El doblaje, nada destacable, en la misma línea que el resto de doblajes de los juegos bajo el amparo de Bethesda. Sin ser malo, tampoco es la panacea.
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