La saga de automovilismo y conducción de Sony vuelve por todo lo alto. Te lo contamos en nuestro análisis de Gran Turismo 7.
La saga Gran Turismo es una de las más míticas de la historia de los videojuegos. Con 25 años a las espaldas, siempre ha sabido mantener el nivel, con juegos mejores o peores, pero siempre ha estado en la cresta de la ola. Ahora regresa, debutando en una nueva generación y volviendo a los orígenes que tanto amamos. Os traemos el análisis de Gran Turismo 7 para contaros nuestras sensaciones.
Un café tranquilo
El tiempo que he pasado jugando a Gran Turismo 7 me lo he tomado siempre como mi momento de relax. Tras una jornada de trabajo, nada me apetecía más que sentarme frente a la consola, poner el juego y hacer la maratón diaria que proponen. Todo en Gran Turismo es relajación y disfrute, de ahí la predominancia de la música clásica en su banda sonora o de los silencios, solamente rotos por el rugido del motor.
El ejemplo perfecto de esta sensación de tranquilidad es el Café. Este es el modo mediante el cual iremos desbloqueando carreras, circuitos y coches. A través de menús Luca, el dueño del café, nos irá proponiendo pequeñas misiones a cambio de coches. Estas misiones vienen en forma de menús que, por lo general, consistirán en competir en circuitos para quedar entre los tres primeros y conseguir un coche de un tipo determinado. Cuando hayamos desbloqueado los tres coches de ese tipo, habremos conseguido completar el menú que propone y nos dará otro.
Este loop jugable es el que a mí, personalmente, me ha enganchado. Siempre me ha apetecido meterme a jugar a Gran Turismo para completar un menú, comprar algún coche con el que subir mi nivel de coleccionista, o competir en alguno de los circuitos que propone por puro placer.
Y es que Gran Turismo 7 está repleto de cosas por hacer. Al ya mencionado Café, le tenemos que sumar las Misiones, el Centro de Licencias, el modo Sport y los Circuitos del mundo, a modo competición. Luego tenemos tres tipos de concesionarios (coches usados, coches nuevos o coches clásicos), un taller de componentes y un taller de tuning, para modificar el coche a nuestro gusto. Finalmente, en el modo Scapes podremos sacar fotos a nuestros coches en diferentes sitios del mundo, dando como resultado estampas preciosas.
En la variedad está el gusto, y esa es una de las grandes bazas de este juego. Un día puede apetecerte competir contra la máquina en diferentes circuitos del mundo pudiendo elegir tú mismo las normas y los ajustes de carrera. Otro día puedes meterte en el centro de licencias a intentar conseguir el oro en cada disciplina (algo realmente desafiante) o querer tunear tu coche favorito. Todo vale, todo suma y todo da una sensación de progreso y mejora como pocos juegos lo hacen.
Para todo tipo de jugadores
Yendo de frente, hay que dejar claro que Gran Turismo tira más por la simulación que por el arcade. Afortunadamente, el juego cuenta con un gran sistema de ayudas para que cualquier jugador pueda sentirse cómodo a los mandos de cualquier tipo de coche. Eso sí, no esperéis nada similar a la conducción tipo arcade, pues este jamás ha sido el objetivo del juego.
Precisamente es en la conducción y en el mimo que se le pone a los coches, a cada trazada, dónde más se demuestra que Gran Turismo 7 es una carta de amor al automovilismo y todo lo que ello conlleva. Aquí no tiene cabida la conducción sucia, el echar al rival de la calzada o el tomar pequeños atajos. Aquí se premia el saber cuando frenar antes de una curva y cuando acelerar al salir de ella para aprovechar al máximo la trazada y arañar unas milésimas al rival.
Es por esto por lo que el juego cuenta con un profundo sistema de modificaciones. Desde los neumáticos hasta las pastillas de freno o la rigidez de la carrocería, podremos comprar piezas para nuestro coche y así mejorar (o empeora, según necesitemos) el rendimiento general del coche. Dicho rendimiento se mide en puntos PR, un sistema que nos sirve para saber si nuestro coche es apropiado para la carrera que vamos a hacer o si, en cambio, necesitamos mejorarle los neumáticos o los frenos para poder competir dignamente.
Y es que si algo hay en Gran Turismo es respeto por la competición. Afortunadamente, ese respeto es algo que también se traslada al modo multijugador, dónde con un sistema de dos clasificaciones, seremos emparejados con jugadores de nuestro nivel. Así pues, la puntuación CP medirá nuestras habilidades como piloto, mientras que la puntuación CD medirá nuestra deportividad. Estos indicadores servirán para, poco a poco, perfilar nuestro nivel y así hacer las carreras más divertidas y justas, y que un tonto de turno no te saque de la carretera.
Como ya hemos dicho, existen diferentes modos de juego. Si competir online no es lo nuestro o ya estamos cansados de la competición offline, podemos probar el modo misiones que hemos mencionado antes. Aquí nos propondrán pequeños retos a cumplir de una manera concreta. Ya sea alcanzar una velocidad máxima o ganar una carrera de Fiats 500F de 17 CV, la variedad de retos hará que nos piquemos al volante por conseguir siempre el mejor premio porque, eso sí, siempre hay recompensas.
Y fuera de todo esto tenemos el modo Rally de música, una curiosa modalidad que nos permite conducir al ritmo de una canción tratando de hacer el máximo de metros posibles antes de que la música acabe. Una vez más, buscar que el jugador desconecte tranquilamente es uno de los pilares fundamentales del juego.
Los coches como forma de arte
Ya lejos de la competición, las carreras o lo tiempos, donde más se nota el cariño por los coches es en, precisamente, los vehículos del juego. Todo tipo de coches se dan la bienvenida aquí. Todo coche incluido en el juego cuenta con unas características tremendamente detalladas, así como una explicación ligera pero a la vez profunda de la historia y las características esenciales de cada vehículo. Y es que al final, la sensación de que cada coche es único es más notoria que nunca. La atención al detalle que ponen a cada vehículo es digna de mención, ya sea por el manejo del mismo o por el cuidado de su carrocería o interiores, sentiremos que cada coche está fielmente representado.
Además, tenemos la posibilidad de tunearlo a nuestro gusto. Cada coche tendrá ciertas limitaciones a la hora de aplicar piezas nuevas, pero gracias a la amplísima gama de colores ya, los diseños de la comunidad, podremos apañar nuestro coche de tal manera que resulte único. Y lo mismo podremos hacer con nuestro casco y nuestro mono de carreras. Que esto sea un juego serio no quiere decir que debamos perder la oportunidad de destacar, ¿no?
Y lo mejor de todo es que, tras dejar nuestro coche bonito, podremos sacarle una foto con el complejo modo foto de Gran Turismo 7. Colocar nuestro vehículo en una de las miles de localizaciones mundiales y sacarle una foto digna de fondo de pantalla, es algo que se agradece mucho.
En lo referente al apartado gráfico, estamos ante un juego que luce espectacular. Quizá no esté el top de lo que ha conseguido la industria hasta ahora, pero tampoco le hace falta. Lo que hace, lo hace de manera impecable y lo que vemos es asombroso como pocos. Alejándose de juegos más efectistas que efectivos, la sobriedad de Gran Turismo 7 viene dada por el tono que inunda todo el videojuego.
Una carretera sin fin
No obstante, pese a todas las bondades que presenta el juego, tiene algunas cosas a mejorar. La primera de todas y la más obvia es la necesidad de permanecer siempre conectado para jugar aunque sea a los modos offline. Esta decisión es del todo absurda y puede generar grandes problemas como los que sucedieron cuando los servidores estuvieron caídos unos días. No poder acceder al grandísimo contenido offline del juego no se entiende, ya que precisamente es dónde más y mejor chicha hay.
Otro de los problemas que algunos usuarios pueden señalar es el precio de los coches. Si bien el ritmo en el que el jugador va ganando coches gratis es muy alto (te da coches por prácticamente todo) es cierto que a la hora de comprar nuevos vehículos nos va a costar más reunir el dinero necesario, sobre todo porque parte de ese dinero se nos irá en mejorar nuestros vehículos para hacerlos competitivos en las pruebas más duras del campeonato. Por suerte, se espera que ajusten los precios y las recompensas de manera paulatina.
¿Te gusta conducir?
Hablar de Gran Turismo 7 es hablar de amor por los coches y la competición, pero también es hablar de relajación y disfrute. Seas fan o no de este tipo de género, es muy probable que encuentres algo que te atrape y que te llame la atención como ningún otro juego del género lo ha conseguido. El fuerte de Gran Turismo 7 reside en tratar de llegar a todo tipo de jugadores con propuestas de lo más variadas, casi siempre basadas en la competición, pero de formas muy diferentes.
Su modo Café es una forma sublime de llevar al jugador de la mano para conocer y desentrañar todo lo que Gran Turismo 7 ofrece. Las licencias de conducir o las misiones son la forma perfecta de hacer que el jugador compita consigo mismo, mejore en la conducción y supere sus tiempos. Y, finalmente, el modo Sport está pensado para todos aquellos que adoren la competición al más alto nivel y quieran medirse contra otros jugadores. Seas el tipo de jugador que seas, aquí encontrarás el refugio perfecto para alejarte del ruido que a veces generan los videojuegos actuales porque, sobre todo, Gran Turismo 7 es un clásico dentro de una industria pasada de revoluciones.