Análisis de Evil Dead: The Game. Un viaje por un sinsentido de juego con un despilfarro de recursos que me ha puesto muy triste.
Análisis de Evil Dead: The Game. Corría el año 2004, cuando un joven y apuesto Kosacker de 14 años descubrió el turbulento mundo de Evil Dead. Su fascinación por lo esotérico, la magia negra, el gore desenfrenado y las criaturas retorcidas me volvieron un fan consagrado a la imaginería de Sam Raimi. Es por ello, que después de varios intentos fallidos de que la franquicia cinematográfica penetrase en los videojuegos, veía con ojos vidriosos la llegada de este último título de Evil Dead: The Game. Sin embargo, no es para nada lo que me esperaba y ha resultado toda una patada a mis recuerdos maravillosos con Bruce Campbell y compañía.
Evil Dead, el alumno aventajado del género de las posesiones demoniacas
La historia de Ash Williams ha pasado por mil y un caminos y hasta ha tenido representaciones nuevas, a manos de Fede Álvarez, que han intentando darle un lavado de cara para prolongar su legado, pero con Ash vs Evil Dead se demostró que los verdaderos seguidores de Evil Dead solo quieren ver a Bruce Campbell cargándose a Deadites que se cuelan en cuerpos humanos en busca de sembrar el mal a través de un anfitrión.
Evil Dead: The Game partía de unas bases un tanto quemadas en el ámbito de los videojuegos, llegando con el rebufo de títulos como Left 4 Dead, Back 4 Blood, Dead by Daylight o Friday the 13th: The Game. Sin embargo, a pesar de tener un cóctel de elementos que ya hemos visto en el pasado (cuesta bastante innovar en ese aspecto a día de hoy) es una fiesta de gore y risas con mil y un guiños a la saga de Raimi que tiene elementos buenos.
No lo voy a negar, las primeras partidas son muy divertidas y vamos a sentir una predilección oscura por tirar de la motosierra. No obstante, acaba siendo repetitivo más pronto que tarde y el que sea un multijugador asimétrico, del estilo citado arriba, hace que me plantee si de verdad era necesario un juego así de Evil Dead.
Muchos objetivos mientras la tensión no te suelta de la mano
En la aventura terrorífica de Ash tendremos varios objetivos a completar en cada partida y deberemos explorar un mapa de dimensiones un tanto grandes (la exploración es buena, pero tanto mapa puede llegar a cansar un poco teniendo en cuenta que una vez tengamos los ítems que necesitamos ya podemos pasar a la batalla en sí) a la par que cumplimos una serie de objetivos, que son siempre los mismos, para acabar con los Deadites.
Podremos seleccionar qué personaje queremos usar en un depurado sistema de clases que tampoco aporta demasiado, porque a grandes rasgos la mayoría de personajes pueden hacer lo mismo, aunque hay variaciones: uno será más poderoso en el cuerpo a cuerpo, otro a distancia, etc.
Es una obra para jugar con amigos, desde luego, así que lo suyo es que cada uno elija una clase (con su personaje favorito) y empiece la aventura. La gracia de Evil Dead: The Game es que aquí no hay que escapar constantemente de un monstruo al que no se le puede hacer frente.
Aquí es donde entran el juego esos elementos de Left 4 Dead y Back 4 Blood sumando mil y un enemigos en pantalla que a veces hasta se hacen bola, porque hay tantos que no sabes a quién atacar para sobrevivir. Y justo en ese momento es donde el factor estrategia sale a relucir, obligando a los jugadores a tener que elegir a qué villano se enfrenta antes o dónde se emplean más recursos para sobrevivir.
Sensaciones de supervivencia en un mundo infernal bien desarrolladas
No es que Evil Dead: The Game sea un survival horror per sé (a pesar de tener los elementos necesarios para que lo sea, no se siente así en multijugador) pero aunque tengamos mucho terreno que explorar los recursos no brillan precisamente por su abundancia, por lo que habrá que que tener cuidado con qué gastamos las balas si no queremos estar todo el rato blandiendo espadas, palas, martillos o palas para acabar con nuestros enemigos en el cuerpo a cuerpo.
En ese sentido, el sistema de combate es variado en cuanto a arsenal pero un poco limitado en mecánicas. Las ejecuciones (brutales todas ellas) y combos ayudan a poder ir sumando animaciones en mitad de los combates, pero en líneas generales es un proceso que ya se siente como algo muy repetitivo. El clásico atacar y esquivar con un remate al final cuando el enemigo está lo suficientemente débil.
Como demonios, la experiencia sí que será mucho más parecida a lo que teníamos en Friday the 13th: The Game, por ejemplo. Con un abanico de habilidades que nos permiten acechar y acosar a los jugadores para que sientan el miedo en sus manos a cada pequeño rincón que acceden. En Evil Dead: The Game, eso sí, podremos invocar monstruos, poseer incluso a usuarios o vehículos (u objetos inanimados) y en general molestar tanto como queramos.
Jugar como el malo de la película es más una experiencia casi cómica que otra cosa, porque en este modo sí es mucho más complicado salir airoso de la partida y al estar en solitario el título se deshincha un poco.
Análisis de Evil Dead: The Game – ¿Juego para fans? ¿Para amantes de los multijugadores asimétricos?
Realmente no es que pueda decir que sea un mal juego pensándolo fríamente, pero no puedo evitar sentirme decepcionado por no ser lo que realmente me imaginaba en mis sueños como fan del universo de Sam Raimi. Técnicamente me parece un monstruo, los guiños a las películas, cómics y serie están geniales así como también lo está su sentido de la supervivencia.
No obstante, tal y como está planteado considero que le iba mejor una experiencia de un jugador, quizás hasta una especie de mundo abierto controlado donde poder ir desbloqueando zonas e ir, poco a poco, mejorando al personaje. Tal y como ha salido el juego lo veo óptimo para echar unas risas con los amigos de cuando en vez, pero no va ser un juego que deje huella ni que enganche pasado una semana.
Una pena, pero al menos me han dejado claro que si hay interés y un poco de recursos, se pueden hacer cosas interesantes y que molan visualmente con la licencia de Evil Dead.