Dying Light 2

Análisis de Dying Light 2: Stay Human para PlayStation 5

Por fin os traemos nuestro Análisis de Dying Light 2: Stay Human, la secuela del genial título de zombis y parkour.

El camino hasta aquí no ha sido fácil. Sin llegar ni de lejos al nivel de problemas de Dead Island 2, su tortuoso desarrollo, que ha incluido numerosos retrasos, nos ha hecho esperar más de lo deseado para echarle el guante. Por suerte todo tiene un final y ya ha llegado el momento de traeros nuestro más completo análisis de Dying Light 2: Stay Human. 

Los chicos de Techland han tardado más de lo esperado, pero al fin nos han ofrecido su particular visión sobre un apocalípsis zombi. Si bien no es perfecto, el resultado arroja muchas más luces que sombras, pese a que se ha quedado algo lejos de lo que se nos vendió en su momento. Aún así, estamos ante un genial trabajo, que encantará a los fans del título original y de los mundos abiertos en general.

Tenemos una enorme ciudad como patio de recreo

Adiós a Harran, bienvenidos a Villedor

Esta secuela tiene lugar 15 años después de los sucesos de Harran. Ahora encarnamos a Aiden Cadwell, un joven que se dedica a ejercer de mensajero en este peligroso nuevo mundo. El Peregrino, que es como se conoce a quienes arriesgan su vida con este tipo de encargos, sufrió junto a su hermana diversos experimentos en su niñez. Estos le han hecho más fuerte y resistente, pero han dejado algunas terribles secuelas en su cuerpo.

Ahora y tras varios años desde tan terrible suceso, llegamos a una de las pocas ciudades que quedan en pie, Villedor. Nuestro objetivo principal es encontrar a Mia, de la que nos separamos en la época en la que nos usaban como cobayas humanas. Para ello estamos siguiendo la pista de Waltz, el médico que dirigía estos terribles experimentos con el virus en niños.

Con esta premisa, nos encontramos ante un argumento muy básico que no sorprende en exceso. Aún así, posee algunos puntos de interés y varios personajes de diversa importancia, los cuales cuentan con sus propios conflictos e intereses personales. De hecho, yo he empatizado más con algunos de ellos en esta secuela que con los de la entrega original. Quizá, el hecho de tener los rostros de conocidos actores como Rosario Dawson o David Belle haya ayudado. Como dato curioso, este último en la vida real es el fundador de la Parkour Worldwide Association.

Rosario Dawson es uno de los rostros más conocidos que veremos

Si algo funciona no lo toques

En cuanto al apartado jugable, las geniales mecánicas que nos encandilaron en el primer Dying Light continúan vigentes. Combates cuerpo a cuerpo y parkour se dan la mano en una simbiosis casi perfecta, sobre todo cuando vamos mejorando las habilidades de nuestro protagonista. De esta manera, nos encontraremos saltando de azotea en azotea, mientras lanzamos espadazos y patadas voladoras con mucha fluidez. Si el título original era sobresaliente en este apartado, su secuela no se queda atrás.

Incluso mejora en algunos aspectos como la caja de impactos, o la sensación de que nuestros golpes realmente se sienten. El hecho de que se aprovechen un poco las bondades del DualSense también ayuda a ello. La resistencia del gatillo al tensar el arco, o la dureza del mismo cuando gastamos nuestra resistencia en combate, ayudan mucho a la inmersión.

En cuanto al parkour, se mantiene la inmejorable base vista en la primera entrega, añadiendo un nuevo elemento como el parapente y cambiando un poco la mecánica del gancho. Con la primera, podremos planear para alcanzar lugares inaccesibles o salvarnos de una caída mortal. El segundo, en cambio, nos permitirá balancearnos a lo Tarzán, e incluso efectuar un pequeño impulso en la dirección deseada. Eso sí, en ningún caso del modo que vimos en el original. Esta vez se encuentra programado de una manera más realista, y depende en mayor medida de nuestra habilidad.

El parapente nos permite llegar a sitios inaccesibles y de paso disfrutar con unas hermosas vistas

Al caer la noche

Un punto importante del que hacía gala el primer Dying Light era la enorme diferencia entre el día y la noche. No sólo de manera visual, sino también en lo jugable. Y es que los coléricos, que únicamente hacían acto de presencia al caer la oscuridad, eran unos enemigos temibles y casi imbatibles al comienzo de la aventura. Con el tiempo y la mejora de nuestro personaje, conseguíamos llegar a hacerles frente con garantías, pero seguían siendo muy peligrosos. Esta secuela cambia un poco esta mecánica.

Ahora, aventurarnos al amparo de la noche no es tan descabellado ni mortal como en el original. Eso sí, no esperéis tampoco ningún paseo, ya que hay varios factores a tener en cuenta. Por un lado los enemigos pueblan la ciudad en mayor cantidad y aparecen algunos de ellos mucho más poderosos. Además, Aiden está infectado, lo que nos da un margen de tiempo hasta que se transforme por completo, algo que no pasa a la luz del día. De este modo, deberemos estar pendientes de consumir productos que aumenten nuestra inmunidad.

Aún así, podremos recorrer el mapa con relativa facilidad mientras nos mantengamos en los tejados. Incluso el juego nos empuja a explorar de noche, ya que muchas actividades están restringidas para llevarlas a cabo en esa franja horaria. Además, algunos materiales indispensables para la mejora de ciertos objetos solo los conseguiremos de enemigos que únicamente hacen acto de presencia de manera nocturna. Si a eso le sumamos el bonus de experiencia recibido durante esas horas, no nos costará tanto salir a pasear tras el crepúsculo.

Por la noche deberemos estar atentos a nuestra infección además de a los enemigos

Armas y mejoras

Al igual que en la primera parte, nuestro protagonista irá adquiriendo habilidades a lo largo de la aventura. Tendremos dos ramas principales que serán combate y parkour. El nivel de cada una ascenderá en función de nuestras acciones y nos permitirá desbloquear nuevos movimientos y ataques, lo que nos facilitará la vida cada vez más. Algunas de estas destrezas, necesitarán de una puntuación específica de vida o resistencia si queremos adquirirlas. Para ello, deberemos encontrar los inhibidores que hay repartidos por toda la ciudad.

Del mismo modo, Aiden podrá equiparse con diferentes armas y equipamiento que le permitan afrontar con mayores garantías sus incursiones. En este aspecto hay que recalcar que en esta secuela, aparte de una pequeña escopeta, no existen armas de fuego como sí tuvimos en el original. Para hacer daño a distancia, el arco o la ballesta serán nuestras opciones. Esto da más peso al combate cuerpo a cuerpo y una mayor consistencia a la historia. Al fin y al cabo, estamos en una especie de edad media.

Así que el armamento cobra una especial importancia en esta secuela. Espadas, hachas, tuberías, machetes, martillos… Existe una enorme variedad de armas de diferentes rarezas y particularidades. Además, y al igual que en el primer Dying Light, podremos mejorarlas con distintas modificaciones que iremos comprando a lo largo de la aventura. Añadir elementos como veneno y fuego, aumentar su durabilidad o elevar su daño, serán algunos de sus posibles añadidos.

El título posee una buena cantidad de elementos RPG como el equipamiento o la subida de niveles

A la moda

Por otra parte, al realizar este análisis de Dying Light 2: Stay Human, hemos podido pertrecharnos con partes de armadura de diferentes tipos y con sus propias estadísticas. Esto nos permitirá crearnos builds especializadas en nuestro estilo de juego, o crear una híbrida. No hay ningún tipo de limitación más allá de nuestras preferencias.

Tampoco podemos olvidarnos del resto de herramientas que nos facilitarán la vida, como cuchillos arrojadizos, botiquines, granadas, cebos o la mítica linterna ultravioleta. Casi todos ellos podremos crearlos nosotros mismos si disponemos de los materiales y el plano correspondiente. De igual manera, podrán ser mejorados para aumentar sus efectos, por lo que tocará revisar a fondo cada edificio o rincón del mapa, en busca de los recursos necesarios.

Las mejores armas y armaduras suelen encontrarse en los comerciantes, aunque no todas

No hay tiempo para el aburrimiento

Cuando Techland aseguró que tendríamos unas 500 horas de juego quizás exagero un poco, pero no andaba muy desencaminada. Al menos si queremos completar el título al 100%. Y es que tenemos infinidad de misiones secundarias o actividades para entretenernos en Villedor. Atrapar o eliminar enemigos específicos, capturar estaciones de Metro, reactivar centrales eléctricas o liberar torres de agua, serán algunos de los variados trabajos que tendremos por delante.

Más allá de servirnos para ganar experiencia o equipamiento, algunas de estas edificaciones cobrarán mayor importancia al tener que decidir a cuál de las dos facciones del juego se la entregamos. Aquí, que es donde Techland nos prometió una de las mayores novedades de Dying Light 2, está una de los pequeños fiascos de esta secuela.

Y es que, aparte de conseguir distintas mejoras para la ciudad en función de si escogemos a Pacificadores o Supervivientes, poco más varía en sí el desarrollo de la aventura. Cierto es que también se desbloquean diferentes opciones de diálogo, lo que a su vez puede repercutir en la aparición o no de ciertas misiones. Pero a la larga no hay más de dos finales en el juego, con un par de variaciones en cada uno de ellos. Al final nuestra decisión se basará principalmente en si preferimos tener trampas en la ciudad, o más opciones para hacer parkour.

El mapa esta lleno de actividades que podremos descubrir mediante nuestros binoculares

Gráficos

Gráficamente estamos ante un título con luces y sombras. Por un lado, la ambientación y el nivel de detalle que nos encontramos en la ciudad es digno de admiración. Algunas de las estampas que se logran, sobre todo en los atardeceres, son como para hacer una postal. El problema radica en que en algunos aspectos se nota el hecho de que Dying Light 2 estaba pensado para la anterior generación. Texturas en ocasiones algo pobres, o una resolución más baja de lo deseado en el modo rendimiento, lastran un poco este apartado.

Por lo demás, tenemos los tres modos de visionado que se están convirtiendo en estándar de la next-gen, Calidad, resolución, y el ya mencionado rendimiento. El primero mejora algunos efectos y añade el tan cacareado trazado de rayos. Visualmente resulta bastante espectacular. Del mismo modo y como su nombre indica, el segundo nos permite mantener los ansiados 4K sin fluctuaciones. En ambos casos, nos toca sacrificar la tasa de refresco si queremos mantener estas mejoras visuales.

Por este motivo, no puedo sino recomendar la modalidad que nos permite jugar a unos estables 60 fps. Perdemos algo de la belleza que ofrecen los otros modos, pero ganamos en jugabilidad. Y creedme, no es lo mismo recorrer la ciudad o pelear a 30 frames. Por desgracia, es lo máximo a lo que aspira el título en PlayStation 5. Si queréis conocer cómo luce la versión de PC en este aspecto, pasaos por el gameplay de mi compañero Marcos Casal.

El diseño artístico es una de sus mejores cualidades pese a descuidar un poco el resto de apartados gráficos

Sonido

En cuanto al apartado sonoro, contamos con un perfecto doblaje a nuestro idioma, realizado por actores profesionales del mundillo. Reconoceremos sin mucho problema a la gente que suele poner voz a estrellas como Chris Evans, Sam Worthington, Russell Crowe o Tessa Thomson, entre otros. Cierto es que no todos los personajes cuentan con ese nivel de calidad, pero en general es un punto muy positivo.

Eso, unido a la genial ambientación que ofrecen los distintos gruñidos de los infectados, o los sonidos que pueblan la desolada ciudad, consiguen un nivel de inmersión pocas veces logrado. Un gran trabajo que nos sumerge más en este post apocalíptico mundo.

Durante el día tampoco estaremos a salvo

Dying Light 2: Stay Human ya se encuentra disponible en PlayStation 5, Ps4, PC, Xbox One y Series X/S. La versión para Nintendo Switch que se jugará a través de La Nube, aún no posee fecha de lanzamiento.

Allons-y!

Análisis de Dying Light 2: Stay Human para PlayStation 5
Conclusiones
Como habéis podido comprobar en este análisis de Dying Light 2: Stay Human, estamos ante un más y mejor de manual, aunque algo por debajo de lo esperado y prometido. La buena base que ya poseía se mantiene intacta, consiguiendo un título francamente divertido. Sin embargo, se nota que sus retrasos lo han perjudicado, y que el estudio se ha dejado cosas por el camino. Sobre todo en lo referente a las consecuencias de nuestras decisiones. Aún así, es un gran videojuego que encantará a los fans de la primera entrega y de los mundos abiertos en general.
Nos gusta
Hacer parkour es sumamente divertido
Infinidad de actividades para realizar
El diseño de la ciudad y su ambientación
A mejorar
Las consecuencias de nuestras decisiones apenas afectan al desarrollo de la aventura
Gráficamente está algo por debajo de lo esperado
El argumento no pasa de correcto
9.1
Conserva tu humanidad
Topofreeman

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