Un segundo Wind Waker pudo haber llegado a nuestras consolas, pero el lobo se lo comió por el camino.
¿Y sí Twilight Princess no hubiera sido Twilight Princess? Pues eso es lo que pudo haber pasado. El juego que acabó siendo The Legend of Zelda: Twilight Princess fue originalmente concebido como la secuela de Wind Waker.
Durante el GDC de 2004 el productor de la saga, Eiji Aonuma, llegó a anunciar que la compañía trabajaba en dicho proyecto. Incluso, se mostró una diapositiva que daba a entender que tendríamos la secuela de Wind Waker.
Cómo todos sabemos, los planes de la gran N cambiaron, y nunca vimos la secuela de la aventura marítima animada de Link. Recientemente, gracias a unas declaraciones incluidas en el libro The Legend of Zelda: Art and artifacts, hemos conocido los detalles y motivos de este giro radical. Esta es la cara que se le debió quedar al pobre Toon Link cuando se enteró de la noticia.
Satoru Takizawa, uno de los ilustradores de la saga, ha explicado en dicho libro los motivos de la decisión. Según Takizawa, el equipo tenía en mente que el supuesto Wind Waker 2 se desarrollará, en su mayor parte, en tierra y no en el mar, como su predecesor. Entre otras cosas porque querían incluir a Link a lomos de un caballo, uno de los rasgos definitorios de la saga. Pues bien, el problema llegaba con las pequeñas medidas del Link animado de Wind Waker, las cuales hacían muy difícil que este montara a caballo. ¿Os imagináis? Hubiera quedado algo similar al Lord Farquaad de Shrek.
Además, el publico demandaba un retorno al Link adulto, y a la estética más realista de la saga. Por estas razones, Nintendo, se decidió a abandonar la idea de Wind Waker 2. El ilustrador Yazuke Nakano se puso manos a la obra para crear al nuevo Link, al que veríamos transformarse en lobo, y con una estética mucho más oscura y sombría.
Por estas razones, Nintendo deicidió abandonar el proyecto.Podríamos decir que un segundo Wind Waker fue posible, que durante un tiempo estuvo vivito y coleando, pero el lobo se lo comió por el camino, ya me entendéis.