Wim Wenders, un director de cine alemán, dijo una vez que un autor es quien tiene algo que decir y sabe expresarlo con su propia voz. Es una frase muy interesante para reflexionar en torno a los videojuegos, un medio en el que las discusiones entre discurso y forma todavía no se dan. ¿Es posible que encontremos autores y expresiones artísticas en los videojuegos cuando el marketing, la publicidad y los billetes son los que tienen la hegemonía? ¿Es posible que haya autores, cuando en un videojuego participan tantísimas personas? Y si no hay autores, ¿pueden los videojuegos aspirar a tener algo que decir?
Precisamente estas preguntas, sobre todo en lo que respecta al discurso y la forma, son las que me he hecho constantemente al jugar a Youtuber’s Life. Tantas horas encarnando a un personaje que pretender ser el mayor triunfador de Youtube en su día a día, y todavía me sigo preguntando cuál es el mensaje que quiere transmitir el juego.
La idea que más me convencería es que el juego entero es una parodia. Un reflejo sobre la superficie de un lago que ha quedado deformado con las ondas del agua. Es una parodia porque es totalmente inocente e idealista. En Youtuber’s Life solamente puedes ir hacia arriba: subir vídeos regularmente te hace ganar más suscriptores y cada vez más dinero. No es un juego difícil o que suponga un reto, es un juego mecánico. Las situaciones se van repitiendo en espiral y el deseo del jugador de querer más y más es lo que acaba hilvanando todo y dándole una coherencia global.
Pero sobre todo es una parodia porque no representa a la mayor parte de Youtube. En el juego sigues el camino de un youtuber de éxito, pero no existe la posibilidad de vivir la vida de la mayor parte de quienes se dedican a subir vídeos a Youtube. Centenares de canales que sobreviven con muy poquitas visitas y cuyo mayor valor es ser activos en las interacciones con su audiencia. Esa es “la vida del youtuber”, en referencia al título del juego, y no la de la estrella que asiste a fiestas, presentaciones y acaba en poco tiempo con millones de visitas y suscriptores.
Decía que la idea de la parodia es la que más me convencería. Y lo decía en condicional porque dudo que ese sea realmente el mensaje. Más bien creo que los desarrolladores han creado un juego bastante naíf, y el que todos esos jóvenes que conforman la audiencia de los youtubers de moda de hoy puedan ver representados a sus ídolos. Y no solo eso, sino que también pueden pretender vivir la idealizada vida que se han montado en su cabeza sobre ellos.
Pero mi valoración no va solamente por esto que comento. La ausencia de un mensaje claro o la pura focalización en las mecánicas no son algo malo per se. Dos ejemplos tan dispares como Super Mario o el último Star Wars Battlefront son la prueba fehaciente de ello. El espectáculo por el espectáculo o el entretenimiento por el entretenimiento son decisiones perfectamente válidas a la hora de crear cultura.
Los videojuegos no son arte, son productos culturales. Unos optan por una vía más artística y otros optan por crear algo que simplemente se conforme con gustar, con total humildad. Podríamos discutir durante horas sobre qué es lo más conveniente para el medio en general, pero al final de día, acabas volviendo a jugar un rato a Youtuber’s Life. Y te lo pasas bien.
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