Si hay algo por lo que Nintendo siempre se ha caracterizado es por el mimo y detalle que pone en todas y cada una de sus IP más emblemáticas. Y es por eso que parece haberse puesto manos a la obra, entre otros, con el mismísimo Yoshi y el juego que nos ocupa, Yoshi’s Woolly World para sacar del profundo pozo en que se encuentra Wii U.
Aunque disfrutamos de su compañía con anterioridad a la salida al mercado de Super Mario World 2 Yoshi’s Island, este fue el punto de inflexión que elevó a nuestro dinosaurio favorito al mismo nivel de otros personajes de la casa como Donkey Kong o el mismísimo Mario.
Fue entonces cuando Nintendo se dio cuenta del filón que acababa de descubrir y no dudó en deleitarnos con todo tipo de secuelas, spin-off y remakes entre los que destaca el reciente New Yoshi’s Island de la portátil Nintendo 3DS.
Con la fecha de publicación todavía por determinar tendremos que esperar algún tiempo para poder comprobar cual será la repercusión de este juego en el mercado y si se convertirá en un “vendeconsolas” como lo ha sido recientemente Mario Kart 8.
No obstante sí que es de esperar que haya voces que afirmen que estamos ante más de lo mismo, y no lo podemos negar. Como he dicho al principio, Nintendo trata con mucho mimo y detalle este tipo de juegos pero no quita para que a veces de la impresión de que quieran estirar el chicle más allá de donde alcanza.
Afortunadamente los juegos de Yoshi y sus oníricas ambientaciones son una baza muy importante con la que Nintendo no dudará en jugarse el todo por el todo.
Dejemos de especular y centrémonos en lo que hemos podido ver y todo lo que puede dar de sí. En primer lugar no podemos pasar por alto el rediseño gráfico del que hace gala el juego ya que fue planteado como una secuela directa de Kirby’s Epic Yarm.
En este Wooly World nos encontraremos como su nombre indica con un “mundo lanudo” en el que absolutamente todo está hecho a base de lana, protagonista y enemigos incluidos.
Este aspecto otorga una personalidad propia a un juego en el que nos encontraremos con ciertos detalles que cambian para la ocasión, pero a pesar de esos cambios no tendremos ninguna duda de que nos encontramos ante todo un Yoshi gracias al diseño cute (lo que vendría siendo “monísmo”) del que hacen gana todos sus juegos.
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Este nuevo grafismo, entre comillas, no ha de pasar desapercibido si tenemos en cuenta que actividades relacionadas con la costura (patchwork o crochet entre otras) están de moda desde hace varios años. Todo este nuevo diseño luce magníficamente en unos entornos bidimensionales sin que ello suponga renunciar a gráficos tridimensionales en el que unos profundísimos escenarios gozarán de un nivel de colorido y detalle simplemente sublime.
Otra de las características que nos encontraremos gracias al nuevo material del que está hecho Woolly World es que cada vez que devoremos a un enemigo este se deshilachará y podremos expulsar como un ovillo de lana en lugar de los típicos huevos. Estos ovillos nos permitirán ir creando nuevos caminos ya que con ellos podremos recrear plataformas perdidas o partes de escenario dependiendo del color que tengamos.
Estos ovillos de hilo también nos servirán, como en otros juegos de yoshi, para abrirnos camino destrozando enemigos o partes del escenario que están cerradas e incluso creando caminos en el aire de «nubes de hilo» en según qué fase. En enemigos grandes lo podremos usar para apresarlos o mantenerlos quietos, como en los jefes.
Pero igual que podemos construir (o coser, vaya), también podemos deshilachar determinados elementos que estarán cerrándonos el camino o zonas secretas u ocultas y que en función del hilo que traguemos podremos “crear” ovillos de un tamaño muy superior al habitual que nos servirán para tapar agujeros, entre otras cosas.
A expensas de que vaya pasando el tiempo y podamos descubrir las nuevas habilidades lanudas, no podemos pasar por alto el impresionante modo para dos jugadores. Se jugará con un Wii U Gamepad y un mano normal de Wii y en él podremos devorar y convertir en ovillo al otro Yoshi, además de lanzarlo por los aires para llegar a otras partes del escenario. También podremos empujar desde abajo al otro personaje y si, por cualquier motivo intencionado o no, uno de los dos desaparece de la pantalla, se convertirá en un huevo de hilo y volverá con nosotros.
A pesar de que esto es lo poco que se ha visto de este modo queda bastante claro que no es un mero añadido ya que esa habilidad entre los dos Yoshis será indispensable para lanzar a nuestro compañero-Yoshi-ovillo y alcanzar lugares que sería imposible de cualquier manera jugando en solitario.
Sin duda me atrevo a aventurar que el cómo planteen el aspecto jugable será lo que determine el futuro de este título, y si al final triunfa que no os extrañe que publiquen Yoshi’s Eurowooly World con una torre Eiffel de lana mientras nos cosemos unas baguettes y unas omelettes.
Pero como todavía no sabemos cuando podremos disfrutar de este juego podéis ir practicando haciendo unos Yoshis de crochet.