Bueno, vamos a ver. Ha sido divertido echarse unas risas estos meses al ver que Wii U no despegaba ni a la de tres, pero eran risas medidas, risas que en el fondo esperaban que, al igual que pasó con 3DS, toda la situación catastrófica creada alrededor de la sobremesa de Nintendo, se resolvería mágicamente, con algún descuentillo, un programa embajadores o vaya usted a saber qué…
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Lamentablemente, cada vez parece más lejano ese punto de inflexión, y los balones de oxígeno parece que no llegan, ni en forma de avalanchas de videojuegos, ni en forma de apoyo institucional. Y sí, me estoy refiriendo a las desalentadoras palabras de Satoru Iwata en la reunión de beneficios del segundo cuatrimestre:
A excepción de la retrocompatibilidad con los títulos y accesorios de Wii, hemos fracasado en nuestra propuesta de una Wii U digna como sucesora de Wii.
Lo malo del asunto es que en el horizonte no hay un número de juegos suficiente para paliar o variar el curso de esta situación, y estas voluntariosas declaraciones, no lo pueden ocultar, ni siquiera maquillarlo:
Hace un tiempo dije que es difícil cambiar nuestro porvenir con solo un juego. Nuestro objetivo para Wii U para las ventas finales del año es cambiar drásticamente el panorama que rodea a Wii U, con múltiples juegos clave que puedan atraer a un amplio rango de consumidores.
Aunque la intención de Iwata sea buena, no creo que un juego Party, un Wii Fit U y un Mario 3D World muy similar al que vimos en 3DS sea capaz de variar esta penosa situación. La cosa no mejora cuando te das cuenta que las balas que quedan para el año que viene son el consabido Mario Kart, un Donkey Kong y un Smash Bros. Estoy muy preocupado por Nintendo, y no es broma.
Fuente: Nintendo