La ficción futurista de HBO avanza con lentitud por sus tramas, introduciendo nuevos misterios y personajes sin contestar a ninguna de las grandes preguntas.
Podríamos decir que hay dos tipos de espectadores de series, los que necesitan que los misterios se resuelvan lo antes posible y los que disfrutan del paseo mientras la trama avanza pasito a pasito. Si estás en el primer grupo seguramente estés desesperado perdido con Westworld, ya que la cosa no podría ir más lenta.
Tras el quinto capítulo, «Contrapasso«, seguimos casi igual que al principio. Se ha presentado a los personajes y se han situado las tramas, pero de momento no tenemos respuesta a nada de lo que está sucediendo. Esto no es una crítica en sí, ya que es el ritmo característico de la serie, pero solo quedan cinco capítulos y como no empiecen a resolver algunos misterios se avecina un caos narrativo de la leche al intentar explicar todo a última hora. Esperemos que sus creadores hayan previsto esto y tengan algunos ases en la manga para resolverlo, porque como se quede todo en un cliffhanger para la siguiente temporada lo llevamos claro.
Lawrence, Teddy y El Hombre de negro
El Hombre de negro continua su búsqueda del famoso laberinto escondido en el parque, acompañado del pobre Lawrence. Tras encontrarse a Teddy moribundo en el anterior capítulo, el personaje interpretado por Ed Harris decide llevárselo con ellos. Es más, llegado un punto, se da cuenta de que este es mucho más valioso que Lawrence para su misión, por lo que, ni corto ni perezoso, rebana el cuello a su «fiel» acompañante con la intención de realizar una transfusión de sangre de este a Teddy (supongo que los robots no tienen grupo sanguíneo). Una vez este último está más despierto, el Hombre de negro le convence para acompañarle en su aventura, a pesar de no saber a qué narices se refiere.
Un dato interesante es que, justo antes de la traicionera muerte de Lawrence, vemos al crío que ya había aparecido hace unos capítulos, cuando Ford decide darse una vuelta por el parque en solitario. Una vez más aparece solo, y no tenemos ninguna información sobre quién es, de dónde viene y cuáles son sus intenciones. ¿Estará metido en el ajo de alguna forma? Algo de importancia tiene que tener, ya que es la segunda vez que aparece de repente e interactúa con algunos de los personajes principales.
Lo que si es intrigante es la conversación que mantienen el Hombre de negro y Ford en el bar casi al final del episodio. Son dos de los personajes más misteriosos de la serie, y ya iba siendo hora de que compartiesen alguna escena. Aunque el diálogo, al final, deja la sensación de que se han dicho muchas cosas pero en realidad no se ha dicho ninguna. Como en muchas de las tramas de Westworld, vaya.
¿Qué esta pasando con los anfitriones?
Desde que Maeve se levantó en medio de su «operación» y amenazó a los técnicos, las cosas se han puesto un poco tensas en las oficinas de mantenimiento. Felix Lutz, uno de los trabajores, está llegando a obsesionarse con la conducta de los anfitriones, llegando a robar una de las tablas de conductas para practicar programación con un pájaro animatrónico, sin que sepamos bien qué quiere conseguir con ello. Lo que tampoco sabemos es qué querrá contarle Maeve, que al final del episodio se despierta inesperadamente para decirle que tienen que hablar de algunos asuntillos. Esto no traerá nada bueno, seguro.
Por otro lado, Elsie sigue investigando qué está llevando a algunos de los anfitriones a volverse tarumbas. Tras conseguir colarse en las salas de mantenimiento (chantajeando «sutilmente» a uno de los trabajadores con un vídeo necrófilo), descubre que el cadáver del leñador que se destrozó la cabeza a si mismo escondía algunos secretos. Una luz roja dentro su brazo desvela que su cuerpo contenía una especie de mecanismo con el que se pueden robar datos del parque. ¿Quién se lo habrá puesto? ¿Será está la razón por la qué muchos anfitriones están actuando raro?
Por último, otra de las escenas más misteriosas que suceden en el mundo real es la protagonizada por Dolores y Ford. El jefazo de Westworld interroga a la rubia para sonsacarle información acerca de Arnold, y descubre que este se comunicó con ella por última vez hace 34 años. El motivo fue bastante inquietante: Ayudarle a destruir el parque. Y esto no es lo que mas miedo ya, ya que cuando Ford se va, Dolores se comunica con alguien diciendo «No lo sabe, no le he contado nada». ¿Será la voz que oye en su cabeza verdaderamente la de Arnold? La cuestión es que Ford se huele algo, y si Dolores lo oculta es que no se trae nada bueno entre manos.
Todos queremos vivir en Pariah
La trama que más minutos ha ocupado en el quinto episodio es la de Dolores, William y Logan. Como el personaje interpretado por el Príncipe Caspian Ben Barnes se cargó al oficial que les iba a recompensar por capturar a Slim, este último les prometió presentarles a El Lazo, su jefe, para que les recompensara. Este habita en Pariah, una especie de ciudad del pecado donde las orgías y las borracheras están a la orden del día.
Cuando el trío llega al pueblo descubrimos que El Lazo es nada más y nada menos que Lawrence (aquí es cuando nuestro cerebro explota). Hay dos teorías que explican por qué el excompañero de El Hombre de negro está ahora en Pariah. La primera de ellas es que siempre ha sido El Lazo, y, al morir asesinado, su trama se ha reiniciado y ha aparecido en el lugar inicial, donde tras una serie de crímenes morirá ahorcado (justo donde lo encuentra El Hombre de negro). La segunda teoría es que hay diferentes líneas temporales dentro de Westworld, y mientras el Hombre de negro se encontró con él en el final de la suya, Dolores y compañía lo han conocido en otra línea temporal e incluso en un punto diferente de la misma línea. Sí, esto da para tesis doctoral.
Tras ayudar a El Lazo a robar un cargamento de nitroglicerina de la Unión para dársela a los Confederados, se celebra una super orgía en el pueblo (los programadores de los anfitriones y tramas de Westworld tienen que pasárselo súper bien en su trabajo). Aquí pasan muchos acontecimientos en paralelo. Por un lado Billy acaba hasta las narices de Logan y le planta cara por primera vez, mientras por el otro Dolores conoce a una extraña adivina que le habla del laberinto mientras sufre una serie de visiones extrañas.
Al final la fiesta se vuelve una matanza cuando los Confederados descubren que todo era un trampa de El Lazo. William, tras besarse con Dolores, decide dejar tirado a Logan mientras le pegan una paliza (la verdad es que se lo merece, siendo sincera). Cuando tanto él como Dolores están a punto de morir (bueno, él no puede, técnicamente), la rubia decide, con un par, que está cansada de ser la doncella en apuros y que, por primera vez, quiere cambiar su historia. Así que, sin pensárselo mucho, coge una pistola y se carga a todo Dios, huyendo con William y subiendo con él a un tren en marcha. Allí se encuentran con El Lazo, que huía como un cobarde con una caja en la que podemos ver el símbolo del dichoso laberinto. ¿Tendremos una nueva alianza entre Lawrence, Dolores y William? ¿Descubriremos por fin en el siguiente episodio qué sabe Lawrence y por qué fue importante para El hombre de negro? Please, HBO, necesitamos respuestas YA.