Westworld 1×03 – Crítica

En Westworld las cosas se ponen muy feas cuando algunos personajes empiezan a romper sus bucles y a rebelarse contra su programación y el diseño de su historia.

Todos los seguidores de Westworld esperábamos obtener esta semana algunas respuestas a los misterios presentados en el anterior episodio, pero nos hemos quedado con las ganas. Y es que el drama de ciencia ficción de HBO sigue introduciendo nuevos personajes y tramas y enredando todo cada vez más, para nuestra desesperación.

El tercer capítulo, titulado «El parásito», ha vuelto a seguir el esquema de centrarse más en uno de los personajes para que podamos conocer más sobre él. Si la semana pasada supimos más sobre Maeve, en esta entrega a tocado seguir de cerca a Teddy, el heroico anfitrión encerrado en un bucle de retorno sin fin. Por otro lado la ausencia más sonada del episodio ha sido la del Hombre de Negro, pero escenas inquietantes hemos tenido para rato…

Teddy y Wyatt

Teddy había sido un personaje bastante secundario hasta ahora, limitado a volver cada día al pueblo para tomarse una copa en el Saloon, saludar a Dolores, y salvarla de los bandidos que atacan su casa. Ya tocaba conocerle un poco más, y en este episodio seguimos de cerca sus aventuras y conocemos más sobre su historia. Bueno, esto último es relativo, ya que el pobre directamente no tiene ninguna trama detrás.

Ford decide, mientras le interroga, otorgarle un misterioso trasfondo para que tenga una razón por la que luchar. Le da un pasado en el que ha conocido a un villano llamado Wyatt, que aseguraba «escuchar la voz de Dios». Un coronel que desapareció y volvió con unas ideas muy extrañas en la cabeza. La razón por la que vuelve al pueblo es poder saldar sus cuentas con él.

Las cosas se ponen feas cuando Teddy es requerido para ir a buscar a Wyatt junto a un grupo de rangers. Tras llegar al último punto en el que se había visto al villano, caen en una emboscada y la mayor parte de ellos son asesinados. Los miembros restantes, entre los que se incluye Teddy, no sufren una mejor suerte, ya que son rodeados por unos misteriosos enmascarados y acaban siendo también asesinados. Creo que puedo asegurar que estos enmascarados, y aquí viene lo interesante, eran humanos. Antes de morir, vemos como Teddy les dispara y estos ni se inmutan. O llevan el mejor chaleco antibalas del Oeste o aquí pasa algo raro…

Antes de su trágico final, Teddy protagoniza varias escenas románticas junto a Dolores. Estas no son simple palabrería y besitos, ya que son importantes para explicar algunos aspectos de la trama. En la primera de ellas, Dolores expresa su deseo de huir con él de allí, de conocer un mundo más allá. ¿Es normal qué le pida esto, o tiene qué ver con los cambios que está experimentado? En la siguiente, Teddy intenta enseñar a Dolores a disparar un arma, pero vemos que esta es incapaz. Esto se debería a que determinados anfitriones no están programados para usar armas, o al menos eso creen…

¿Qué pasó realmente con Arnold?

Y aquí llega un nuevo misterio (please, stop). A través de una cámara de seguridad, se descubre que uno de los anfitriones retirados en el primer episodio hablaba solo mientras cometía sus atrocidades, y se dirigía a un tal Arnold. ¿Quién es este señor? Por suerte, Ford no tarda en darnos la respuesta: Arnold fue el cofundador de Westworld, su compañero y amigo. Este se obsesionó con dotar de conciencia a los robots para que fuesen más humanos. Como siempre, estas cosas no salen bien, y muchos creyeron que escuchaban «las voces de los dioses» y acabaron volviéndose locos (¿a qué os suena lo de «la voz de Dios? cofcofWyattcofcof). 

Finalmente, el proyecto de la conciencia fue descartado y se decidió que los anfitriones no recordarían nada del día anterior. Arnold dejó de hablar con los humanos y se recluyó en los anfitriones, hasta que un día murió por un supuesto accidente. Pero Ford cree que hay algo más, y seguro que no está contando ni la mitad de lo que sabe. ¿Tendrá su misteriosa nueva trama algo qué ver con esto? En este capítulo no se ha hablado mucho sobre el tema, así que tocará esperar a futuras aclaraciones.

Algo está pasando con los anfitriones

No es solo Dolores la que está recordando cosas y actuando de forma rara. Parece que algunos otros anfitriones están sufriendo extraños cambios en sus comportamientos. Maeve, al cruzarse con Teddy, tiene un ligero recuerdo de cuando vio su «cadáver» siendo limpiado en los laboratorios. ¿Cómo le irán afectando estas memorias a largo plazo?

Por otro lado, dos técnicos de Westworld (Elsie y Stubbs) se introducen dentro del parque para buscar a un anfitrión extraviado. Encuentran a su grupo, que se ha quedado atascado en un bucle al faltar él, y descubren unas misteriosas piedras talladas en su tienda. En estas se puede ver una constelación. Siguiendo la ubicación de estas estrellas encuentran al anfitrión en una estampa nada agradable. El leñador perdido está atrapado en un agujero totalmente ensangrentado y balbuceando cosas sin sentido. Al ponerlo en suspensión para salvarlo, este se despierta y ataca a los técnicos, aunque lo sorprendente es que acaba cogiendo un pedrusco gigante y matándose a sí mismo con él, a lo bestia. Sin duda esta es la escena más impactante del capítulo, y nos vuelve a generar un mar de dudas. ¿Qué narices está pasando? Si ni los propios trabajadores lo saben, es que la cosa está muy fea.

Dolores rompe su bucle

Dolores vuelve a tener un poco de protagonismo en este episodio, uno de los más determinantes para ella. Y es que, por primera vez, empieza a actuar sin seguir la programación de su personaje. Su historia está diseñada para que, cuando ella vuelva a casa con Teddy, unos bandidos hayan matado a su padre y a su madre. Se supone que Teddy tendría que salvarla de esta situación, sobre todo cuando uno de los bandidos intente violarla, pero por primera vez él no estaba al encontrase en la expedición en busca de Wyatt.

Cuando Dolores ve a su padre muerto recuerda por un momento a su padre anterior, y hay algo que no le cuadra. A partir de este momento algo cambia en ella (más aún), y cuando su agresor la lleva al granero para violarla, ella coge su pistola y le dispara. ¿No estaba programada para no poder disparar armas? Parece que los técnicos están demasiados seguros de sus creaciones y se han confiado demasiado. A continuación, la protagonista huye en su caballo para acabar en los brazos de Logan y Billy, los recién llegados presentados en el anterior capítulo. Estos se encontraban acampados mientras buscaban a un bandido por el que se ofrece recompensa.

¿Qué pasará si Dolores no se encuentra en el punto en el que debería estar a la hora del reinicio? ¿Si rompe su bucle, recordará lo que pasó el día anterior? Está claro que este ha sido un punto de no retorno, y lo que ha pasado tendrá enormes consecuencias para Dolores y para la mecánica del parque. Todo esto se suma a sus conversaciones secretas y cada vez más humanas con Bernard, que parece seguir los pasos del idealista Arnold. Una vez más nos quedamos con mil preguntas y pocas respuestas, y un poco apenados de que el Hombre de Negro no haya hecho su aparición en este episodio. Mejor, ya que eso significa que nos espera alguna escena memorable suya en el siguiente episodio.