El videojuego de kung-fu que está en boca de todos por su alta dificultad está de enhorabuena: las ventas de SIFU superan el medio millón de unidades.
Hace apenas unos días salió a la venta SIFU, un videojuego de acción que brilla por su dificultad y exigencia. El kung-fu es el late motiv, por así decirlo, de la obra. A través de este arte marcial el jugador deberá perfeccionar su control y dominio con el mando, agilizar sus movimientos y agudizar sus reflejos. No es un juego fácil, pero resulta satisfactorio una vez se domina. El estudio al cargo, SloClap, ha detallado que las ventas de SIFU han superado el medio millón de unidades.
A través de un escuetillo comunicado en Twitter, el estudio independiente ha asegurado: «Estamos muy orgullosos de que más de medio millón de personas se haya embarcado en el camino de la venganza. De parte de todo el equipo de SloClap, gracias«.
https://twitter.com/SifuGame/status/1492153978494271493?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1492153978494271493%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.3djuegos.com%2Fnoticias-ver%2F220152%2Fla-accion-kung-fu-de-sifu-logra-un-hito-en-ventas-tras-sus%2F
El juego, que bien recuerda a lo visto en OldBoy -esa escena en el pasillo combatiendo con decenas de enemigos… Delicatessen-, está contando con una muy buena recepción en términos generales. Algunos jugadores, por no decir virtuosos del mando -o del teclado y del ratón-, han logrado completarlo sin morir ni una sola vez. Eso es una proeza y no apuntarse al gimnasio el 2 de enero para luego no engañar a nadie.
De hecho, hace unos días mi compañero Cardona compartió una serie de vídeos donde se puede ver a ONGBAL, un conocido jugador de Sekiro por las virguerías que es capaz de hacer, destrozar a los enemigos del juego. Y, encima, el fenómeno lo hace sin morir.
¿Futuras consolas?
Viendo que las ventas de SIFU van bastante bien, igual los creadores se plantean diversificar y lanzarlo en otras consolas. Como salga en Switch, me tiro a por él como si fuese un billete de 500 euros: jugar a esto tumbado en la cama tiene que ser una experiencia superlativa. Deseando estoy.