La bonita historia de amor entre los modders y Steam parece que ha llegado a su fin de forma bastante brusca, y es que si la semana pasada os comentábamos que Valve había decidido darle la opción a los desarrolladores de mods de cobrar por su trabajo, hoy os contamos que lo retira.
La cosa no ha estado exenta de polémica, más que nada porque ha tenido que retirar mods por usar el trabajo de otros, o devolver el dinero en determinadas ocasiones. Finalmente, y tras un malísimo feedback de los usuarios, han llegado a un acuerdo con Bethesda para eliminar la modalidad de pago de estos productos.
La compañía lamenta mucho el cómo lo ha hecho ya que, pese a tener buenas intenciones, no han sido precisamente bien comprendidas. Según Bethesda, que también ha hecho un comunicado largo y extenso, y la propia Valve, desde su Steam Workshop, argumentan que los modders son desarrolladores, y como tal, tienen derecho a recibir una retribución por su trabajo. De hecho, la intención de Valve era la de conseguir que estos desarrolladores pudiesen dedicarle todo el tiempo que quisiesen a sus obras, de forma que finalmente pudiesen, no vivir, a lo mejor, pero sí tener unas ganancias por ello.
Sin embargo, lo que parecía una buena promesa, ha acabado volviéndose en su contra ya que muchos han interpretado que esto podía significar el final de un sistema de contenidos gratuitos o por amor al arte. Prueba de ello han sido las quejas de los usuarios a Valve y Bethesda y, ya en términos más macabros e incomprensibles, con amenazas de muerte a modders.
Por todo ello, las dos compañías lamentan lo ocurrido pero se reafirman en su posición inicial y en su reconocimiento a los modders que curran en serio, pese a eliminar el sistema.
En lo que a mi, personalmente, respecta, me parece perfecto que cada uno opine como quiera. Un modder es un desarrollador que añade a un juego ya hecho nuevas modalidades y desafíos que a la propia compañía no se le pueden haber ocurrido. Como trabajo, esta persona tiene todo el derecho del mundo a cobrar por él, y más aún si la propia creadora del juego da el visto bueno.
Evidentemente, luego está en tu mano la decisión sobre si pagar o no al desarrollador de mods. Si crees que merece la pena, recompensa su trabajo. Si no lo crees, no lo juegues y no pasa nada. Pero de ahí a llegar a las amenazas de muerte hay un buen trecho. Seamos serios (por una vez), señores, que un mod no es algo que nos vaya a solucionar la vida ni que sea tan importante como para atentar, aunque sea verbalmente, contra la liberta de las personas de usar los recursos que tienen a su alcance.
Una opción de cobrar por un mod no implica que todos vayan a seguir el mismo criterio y, muchísimo menos, a significar el fin del modder que lo hace de forma altruista. Sobre todo, cuando la mayoría de los mods de Skyrim, el primer juego que tenía esta opción, eran del modo «paga lo que quieras», por lo que seguían siendo gratuitos para los que quisiesen.
Fuente: Valve