Durante los ultimos meses hemos tenido una gran cantidad de anuncios que vislumbraban el retorno de a la época dorada del «survival horror». The Evil Within era el claro ejemplo de ello. Y no porqué estemos ante una obra maestra (que de eso hablaremos aquí), sino porque refleja el intento de la industria de volver a ofrecer la tensión y el miedo que en su momento muchos vivimos en el primer Silent Hill, o cuando temíamos por nuestra estampa en la USG Ishimura de Dead Space.
El retorno de Shinji Mikami al género es el verdadero punto de inflexión que el survival necesitaba para volver a ocupar las portadas del mundo de los videojuegos. El hombre que creó la franquicia Resident Evil no es un tío cualquiera, y sin duda algunos en Capcom deberían tener más presente lo que hizo este hombre en su momento. Parece que a Mikami no le ha contentado lo que estos últimos han hecho con su obra y lo que en su día dejó para dedicarse a otras cosas. Por ello a través de su propia desarrolladora, Tango Gameworks, se ha sacado de la manga una nueva IP que podría definirse como la mezcla perfecta de lo nuevo y lo viejo.
Mikami no es solo un creador de juegos de terror. Ha participado en más de 20 proyectos entre los que también se encuentran Devil May Cry o God Hand. Títulos que nada tienen que ver con pasar miedo pero en los que también se puede apreciar esa capacidad para crear una atmósfera propia que nos atrapa. En The Evil Within esto es un hecho más que evidente y necesario. Ningún juego de terror que se precie puede salir bien parado si no es capaz de ahogar al espectador en cada escena. Hacerle ver al jugador lo valioso que es cada minuto que sigue vivo. Normalmente el survival suele ir precedido de muy poca acción, algo que lo hace ser un género con un público muy cerrado, que tiene claro lo que quiere y como lo quiere, no aceptando de buen gusto cualquier intento de casualizarlo o abrirlo a un público que necesita tener una metralleta en sus manos.
Mikami demuestra en este título mejorar el experimento que supuso la llegada de Resident Evil 4 a Game Cube y PS2 en su momento. Algo que no contentó a todo el mundo, y muchos veteranos se lanzaron al cuello del creador. Por desgracia parece que en Capcom se quedaron contentos viendo que un nuevo tipo de público llamó a la puerta de la franquicia y todos sabemos lo que pasó a partir de ahí. 10 años después, volvemos a encontrarnos en ese mismo momento. Tenemos ante nosotros un heredero espiritual de por donde deberían haber seguido en la desarrolladora japonesa sin necesidad de pisotear y humillar lo conseguido hasta ese momento. Porque aquí culpables míos, tendremos armas, pero balas las justas.
Y es que como bien cita uno de las frases que sirve para darnos consejos mientras vemos la pantalla de carga, correr en ocasiones puede ser la mejor estrategia. Podemos hablar de este juego como una nueva muestra de coger un poco de aquí y de allí en varios títulos del género. En lo que respecta a la parte de acción pura tenemos que pararnos en un punto que me ha gustado encontrar especialmente.
Y es que algunas de las mecánicas de The Last of Us que muchos hemos podido experimentar se muestran en el juego con gran acierto. En ciertos momentos no sabremos si estamos controlando al detective Castellanos o a Joel, ya que sus movimientos resultan similares. Además podremos usar objetos del entorno como armas. Para siempre nos quedará grabado lo eficaz que puede ser una botella de cristal, que aquí vuelven a adoptar el mismo papel que en el título de Naughty Dog.
Me cuesta catalogar a TEW como un survival horror y no como puramente lo primero. Pese a que tendremos muchos sustos, yo que soy una nenaza que no es capaz de jugar a P.T. he podido ponerme a analizar este título de noche y con cascos. Porque el miedo no será el sentimiento que nos invada en la mayor parte del juego, sino que será la tensión y los nervios por no tener balas o porque apenas nos queda salud con la que afrontar los siguientes pasos. En mi caso siento deciros que a mí los títulos como Slender y demás no son muy de mi devoción, y soy de los que también les encantó el Resident Evil 4, juego que sigue siendo a día de hoy el que más veces rejugué y que nunca me cansaré de hacer. Por lo tanto todo este análisis como es lógico gira en torno a ese gusto. A mí el que haya un poco de acción no me parece mal, y más sabiendo que tenemos ante nosotros unos «zombies» que a saber como, también usan armas, incluso escopetas. Y ojo, que he visto a alguno usar coberturas y todo. Pero no os asustéis, no estamos ante un TPS ni por asomo. Las balas brillan por su escasez, y entre resolver puzles, desactivar trampas, y andar de cuclillas para que no nos descubran ya vamos a ir más que servidos durante las más de 15 horas que le podemos echar sin problema.
Podría estar hablando muchas líneas sobre las sensaciones que me ha transmitido en su conjunto, pero vamos a centrarnos en lo mejor y lo peor que he visto bajo mi punto de vista en el título. La buena cara la vemos sin duda en la ambientación. El apartado artístico es sin duda sobrecogedor. Un auténtico PEGI +18 en todos los aspectos y que no se cortará a la hora de mostrar escenas totalmente viscerales y sangrientas. Todo ello ataviado por una mezcla entre lo que vemos y lo que oímos que nos pondrá en tensión durante prácticamente toda nuestra aventuras y los capítulos que la componen. Para todos aquellos amantes de ambientaciones asfixiantes, de la oscuridad, de la necesidad de llevar siempre el candelabro para ver lo que tenemos a nuestro alrededor, y de todo lo que se supone que debe de tener un título de este género, encontrará aquí una de sus joyas de estantería más preciadas.
Jugablemente ya os hemos comentado que rescata mecánicas de otros grandes del género. De nuevo, y ya no sé por cuantas veces, me encuentro con un título que coge un poco de cada juego y lo mezcla para crear su esencia propia. En este caso no ha conseguido crear del todo su propio sello y muchas veces nos parecerá estar jugando a título que prácticamente copia movimientos de Dead Space, The Last of Us o Resident Evil 4, el cual como veis no nos cansamos de nombrar. Pese a ello, funcionan ciertamente bien, y más cuando le sumamos la posibilidad de mejorar habilidades que harán que nuestro camino no sea tan de pesadilla como en un principio podíamos pensar. Aunque el juego invita más de lo que debería a apretar el gatillo cuanto más avanzamos en la historia, siempre recomendaré en este caso pensar bien si es mejor utilizar el propio entorno antes que gastar una bala innecesaria. Una cerilla a mano a veces es mejor que una granada, avisados estáis.
No podemos terminar el análisis sin darle el tirón de orejas correspondiente y del que muchos ya tendréis constancia. Y más analizando la versión para PC. Estamos ante un port tremendamente chustero, con bugs y glitchs por doquier. Popping, clipping de segundo plato, y la guinda del postre comandada por la limitación de los 30 fps y las graciosas bandas negras. Si por si esto fuese poco, la cámara no es que sea la mejor que hemos visto en un videojuego, y el tenerla pegada a nuestro cogote lo único que consigue es que estemos más perdidos de lo que deberíamos. Yo entiendo que Mikami y compañía han querido hacer, que es establecer la vista como si de una película de miedo se tratase. Es lo único que puedo pensar para entender de las cusas que les han podido llevar a incluir dos barras negras como si estuviésemos todavía en la época de PS2. Por que sino es difícil de entender. Es una pena que todo esto lastre la experiencia de juego, porque si no llega a ser por esto, tened por seguro que la nota le haría más justicia al resto de apartados jugables.
The Evil Within es sin duda un título muy a tener en cuenta por los jugadores que buscan en un juego ese punto de adrenalina y tensión que no muchos juegos son capaces de ofrecer hoy en día. Sentir el aliento de un bicho raro en el cogote, la necesidad de correr por patas porque las balas escasean, explorar los escenarios en busca de esa pieza necesaria para abrir una puerta y avanzar. Podemos criticarle fallos técnicos, gráficos o que el juego es en ciertos puntos demasiado lineal. Podemos estar horas sacándole puntillas. Pero de igual forma también nos pasaríamos bastantes alabando el buen hacer de Tango en devolvernos un género que ha sufrido como pocos en este sector.
Entrando en materia personal, he salido más satisfecho de la experiencia. Para mí, que el tema gráfico me viene al pairo y no es algo que marque mi nota más que el resto. TEW no me ha entrado por la vista, tampoco por sus mecánicas. Pero sí he vuelto a revivir esas sensaciones que ya había experimentado con Leon perdido por algún recóndito pueblo español. Creo que todos aquellos que quedaron satisfechos en aquel momento no podrán quitarle los ojos de encima a esta nueva propuesta de Bethesda. En versión de compatibles, parece que a los modders les tocará emplearse a fondo, por lo que si estáis leyendo este análisis dentro de unos meses, podéis subirle un buen puñado de puntos a todos aquellos que miráis la nota por encima de todo, aunque siendo sincero, yo en este caso concretamente, no le haría mucho caso.
Gráficos: 60
Sonidos: 80
Jugabilidad: 85
Modos de juego: 75
TOTAL: 75
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