The Crew ha suscitado cierta polémica entre los analistas por no tener copia hasta su salida a la venta. No temíamos lo peor y el resultado no ha sido tan malo, de hecho ha sido bastante bueno. The Crew es un juego que cumple, no es la estrella del equipo de lanzamientos de Ubisoft, pero si es voluntarioso y tiene buenos detalles.
Aunque The Crew tiene un marcado carácter multijugador (ya sea competitivo o cooperativo), el modo campaña no es un añadido prescindible. Encarnamos a Alex, un novato en esto de la conducción, que debe subir puestos en Los 510, una agrupación de conductores locos que tiene su sede en Detroit, pero encargos por todo el mapa de Estados Unidos. Por supuesto habrá miles de misiones desperdigadas por el mapa, pero casi todas serán repetitivas, que no aburridas.
Ante nosotros Estados Unidos, y contra nosotros la policía y adversarios varios. Los primeros andan siempre alerta ya que las carreras ilegales son algo que se está extendiendo a lo largo del país, y los segundos serán cazadores o presa, según la misión.
La Inteligencia artificial de los rivales tiene una idea clara: vamos a machacar al jugador. Y esto lo consiguen con todo tipo de tretas a cada cual peor, la cuales hay que asimilar y visualizar para actuar antes de frustrarnos, o de lo contrario el mando de la consola volará por los aires.
A estas jugarretas hay que añadir que el juego (quizá para evitar un evento aburrido) suele añadir un extra de velocidad a los rivales cuando les llevas mucha distancia en carrera, algo que es irreal y más de una vez sentiremos que se burlan de nosotros.
Con esta I.A. agresiva y esos trucos del propio juego se logra unas carreras frenéticas pero nada reales, y al jugador le corresponde valorar hasta que punto deja pasar esto en pos de una experiencia muy divertida pero injusta.
No todo va a ser correr sobre carretera, también hay hierba, montaña, playa… una variedad de superficie que afecta a la conducción (aunque no en exceso) y alivia la sensación de continuismo a lo largo del juego. Donde hay verdadera variedad es en la capacidad de tunear nuestros vehículos para mejorar sus prestaciones y adaptar su aspecto a nuestro gusto (dentro de los límites que establece el juego).
Para poder modificar nuestro coche hay que lograr puntos de experiencia en las diversas misiones que se nos plantean. Una vez conseguidos, tendremos acceso a cierto tipo de utensilios que podremos añadir al coche, llevándolo por una de las muchas ramas de conducción, siendo esta más agresiva o más táctica según decidamos.
Las mejoras son aplicables a Rally, Curcuito, Rendimiento, Calle y Todoterreno, y si no mejoramos en estas categorías no podremos acceder a nuevas misiones, por lo que tunear es parte obligatoria en la campaña.
Algo que permite The Crew es destinar el coche que que se quiera a cualquiera de las categorías antes mencionadas, de modo que la libertad en cuanto a la modificación y adaptación alcanza cotas muy altas. Las piezas para mejorar los vehículos aparecen de manera escalonada, y hay tal variedad, que uno no puede sino desear acabar eventos para recibir más y más mejoras.
Aunque la expresión «todo Estados Unidos» puede abrumar, el mapa de The Crew ha sido convenientemente reducido, siendo reconocibles las principales ciudades y con unas urbes medianas y pequeñas clónicas que dan el pego, sobre todo cuando pasas por ellas a 300 km. por hora y ni las miras.
Pero si te detienes, verás que hay mucho copiar pegar, algo entendible por otra parte. El radar es sencillo de utilizar y de entender, siendo muy útil en cuanto a señalización de baliza y marcando correctamente las distancias de giro, un radar muy en sintonía con el mostrado en GTA V. Si no eres de mirar a esa esquina inferior, hay indicadores en pantalla como la línea del GPS sobrevolando nuestro capó o las siempre útiles flechas guía.
Por último, cuando estés harto de hacer kilómetros para llegar a ciertas zonas, puedes tirar de Viaje Rápido y llegar instantáneamente Eso si, se perderán eventos por el camino. El mapa estará plagado de eventos, afectando así a una duración larga, pero desborda de primeras. Hay tanto por hacer que no se sabe por donde empezar, pero con algo de organización es perfectamente abarcable.
Las marcas de los coches son reales y su conducción se diferencia aunque sin llegar al nivel de la realidad. Es algo que se ha tratado por encima, llegando a tener pequeñas diferencias entre marcas. De este modo se ayuda a no saturar al jugador con especialidades, pero que decepcionará a un experto en la materia.
El multijugador del juego es la salsa de The Crew y desgraciadamente hay aspectos a mejorar. Para empezar el lobby, donde buscamos a jugadores, clanes o añadimos a amigos. Una vez añadidos los miembros de la banda, el sistema de elección de líder es confuso y muchas veces será algo al azar. Una vez ingame, nos sorprende que el juego no potencie la tarea y beneficio colectivo por encima de la marca individual.
Explicándolo de otro modo, Burnout Paradise (2007) sabía transmitir mejor el elemento cooperativo en sus numerosas pruebas mejor que The Crew, donde no hay una sensación de todos a una. Pero no quiero dar lugar a equívocos: The Crew mueve con mucha fluidez a todos los jugadores que comparten servidor, y no hemos detectado problemas en los eventos cooperativos.
Con lo expresado anteriormente no quiero decir que la vertiente cooperativa no se sienta ni aparezca en el juego, todo lo contrario, ya que habrá ocasiones en que gracias al buen hacer de un miembro del equipo lograremos recompensas que no estarían al alcance de otro modo.
Pero eso y poco más será lo que nos empuje a cooperar. En cambio, si queremos competir y demostrar quien manda en el barrio, habrá muchas opciones para saciar nuestra sed de pelea.
Gráficamente The Crew no parece un juego next gen. No sabemos si es por la cantidad de años que ha estado en desarrollo, pero no muestra nada que no hayamos visto ya en Ps3 o Xbox 360. El acabado de los vehículos no es ni medio parecido a lo que podemos ver en Forza Horizon 2, peor es que tampoco va a la zaga de los mejores juegos de la anterior generación.
Los retrovisores están de adorno y las colisiones no son realistas (aunque aquí entramos en asuntos de marcas y su poca simpatía a que aparezcan sus coches destrozados). Además, la interfaz de jugador tiene tal cantidad de notificaciones y avisos que uno acaba volviéndose loco, es recomendable por tanto activar una configuración personalizada para evitar confusión.
Por contra, los efectos días/noche están muy logrados, dando sensación de paso del tiempo, las principales ciudades están fielmente recreadas, el efecto difuminado del turbo está muy bien implementado y no se aprecia demasiada niebla en el horizonte.
Musicalmente el juego viene cargado de buenas canciones y de un doblaje de diálogos de gran calidad, pero con efectos sonores repetitivos e insulsos, como la intermitencia en el motor o el derrape chillón.
The Crew es un juego divertidísimo, con el que estar horas y horas pegado a la pantalla, si uno pasa por encima el tedio de sus repetitivas misiones, sus gráficos a medio camino de la generación actual y sus fallos técnicos traducidos en colisiones extrañas o errores de físicas.
Por lo demás es un buen MMO de coches, una alternativa a lo ya existente, con un escenario enorme lleno de secretos y detalles. The Crew es una experiencia que merece la pena vivir, a pesar de sus fallos.
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