Tras un trabajo bastante interesante como fue Tales of Xillia llega el momento de juzgar a su secuela, Tales of Xillia 2 justo un año después de su salida en nuestras tierras. Y el hecho de que sea precisamente una continuación puede jugar tanto a su favor como en su contra ya que nos vamos a encontrar con cosas que han mejorado y otras que… huelen un poquito. Vamos a ver qué tal es este Tales of Xillia 2.
Pongámonos en situación. Si no te has pasado Tales of Xillia, primero, no sé a qué esperas y segundo, no sé qué haces leyendo este análisis de una segunda parte. No es que te quiera fuera de esta página, es que vas a ver destripadas muchas cosas de la primera entrega ya que, aunque no es necesario haberla jugado para entender Tales of Xillia 2, sí que es indispensable para disfrutarla al cien por cien.
Una vez hecho la purga, proseguimos para bingo. Tales of Xillia 2 ocurre, tanto dentro como fuera del juego, un año después de que el Cisma que separaba Rieze Maxia y Elympios desapareciese. Ambas naciones viven en una tensa «calma» salpicada por actos de terrorismo y desórdenes públicos porque muchos piensan que el hecho de que los «riezemaxianos» puedan usar su lóbulo de maná para controlar espíritus y hacer artes les convierte en monstruos.
Dentro de todo este embrollo entran nuestros protagonistas, Ludger Kresnik y Elle Marta. El primero un cocinerillo que fracasa en su intento de convertirse en alguien parecido a su hermano Julius y la otra, una pequeña muchachita que bien se merecería dos bofetadas en muchos momentos del juego que busca la mítica tierra de Canaan, donde se cumplen los deseos. Ambos ven cruzados sus destinos cuando el reloj de bolsillo de la pequeña reacciona con el cuerpo de Ludger haciendo algo que, si bien no os voy a explicar, sí que os va a dejar con el culo torcido un buen rato.
Y es que esto es Tales of Xillia 2: una historia mucho más adulta y llena de dramatismo y carga sentimental que la verdad es que tarda en arrancar… y bastante. Pero cuando lo hace ya os aseguro que os va a enganchar. En este sentido me recuerda al Lords of Shadow, que tiene un inicio muy pesado pero que luego se convierte en una verdadera joya. Todo es tener paciencia… más o menos.
Todo el argumento principal lo llevarán Ludger y Elle aunque los personajes del primer Tales of Xillia estarán presentes en la historia y tendrán mucho que decir. Esto es de agradecer porque la verdad pese a que Kresnik es bastante interesante a la hora de jugar con él, en lo referente a su personalidad Bandai Namco y el Tales Studio no han sabido darle el enfoque necesario.
Para empezar Ludger es mudito. Bueno, más bien es un experto en gruñidos, suspiros, rinquidos, gemidos, sonrisas sin vocalización y muchos «¡ey!». Cuando vaya a decir algo, el juego nos ofrecerá un par de opciones pero él no hablará. Al principio puede parecer algo gracioso pero luego es muy tedioso y está muy mal conseguido. A ver, chicos, si el muchacho ya tiene un doblador y en las escenas anime y otras habla, ¿por qué no simplemente tiene algo de diálogo menos en las decisiones? Es que, en serio, los gruñiditos cansan y mucho.
Tales of Xillia 2 se encuentra con el problema que tienen todos los juegos que se continúan directamente o que tienen personajes muy subidos de nivel: que hay que buscar la forma de que bajen de nuevo a niveles bajos. Esto crea al principio una sensación de situaciones forzadas que no me gustó nada, si bien posteriormente se soluciona, pero precisamente por eso os aviso.
Tampoco me termina de gustar nada el hecho de que reciclan mucho todos los escenarios y enemigos del primero. Vale que sea una continuación pero, señores, nos vendéis un juego al precio del primero por lo que también esperamos un trabajo que se pueda ver con nuevos escenarios, nuevos modelados y nuevos enemigos, pero muchas veces, y precisamente por el tema de la trama, nos veremos obligados a recorrer dos veces el mismo escenario, con un filtro distinto, y que además ya vimos en Tales of Xillia. Se hace un poco pesado, la verdad.
Sin embargo, voy a dejar ya mi vena hater para pasar a elogiar el juego, porque se lo merece. Si os gustó Tales of XIllia, este juego os gustará aún más. Ya os digo, dejad que despegue, dejad que os expliquen las cosas y dejad que aparezcan todos los personajes porque si hay algo bueno que tiene el juego son los malos. Da gusto ver una historia así porque, sinceramente, las últimas no brillaban precisamente por su originalidad.
Vale, sí, Trigleph seguramente os recordará mucho a Midgar, y el sistema de crecimiento os recordará a cosas como Tales of the Abbys mezclado con un poco de Final Fantasy VI. Incluso al principio os podrá parecer que el inicio es muy parecido a Final Fantasy VII pero ojo, no os quedéis en la superficie. Tales of Xillia 2 se disfruta con la verdadera trama, los enemigos y desarrollando los personajes.
Esto último se hace de muchas formas. Tomando decisiones correctas, haciendo sus misiones secundarios o en combate, que se hace dándole habilidades. Ahora habrá que conseguir puntos elementales en cada una de los seis elementos que componen el juego (fuego, tierra, agua, aire, luz y oscuridad). Cada uno de ellos ofrecen una serie de habilidades y se obtienen a través del mineral elemental. Cuando nos equipemos una piedra elemental, seremos capaces de absorber el elemento de esa piedra. Al principio solo será uno, por ejemplo, agua, o tierra, pero posteriormente aparecerán piedras que nos permitirán absorber dos o más a la vez. Cuando consigamos los puntos necesarios, desbloquearemos una habilidad o arte.
Los enemigos también se prestan a que te los cargues mil veces ya que cada uno de ellos tendrá un bonus de PH (puntos de habilidad) para un personaje si lo derrotas X veces. Ideal para bestias del «lo quiero todo al máximo», como yo.
También habrá misiones porque el pobre de Ludger contraerá una importante deuda que debe pagar. Dichas misiones nos ayudarán a hacerlo, además de darnos importantes recompensas. Aquí hay controversia porque pese a que el mundo está al principio completamente abierto, cuando tengamos la deuda, al principio, todo se bloqueará, y solo podremos acceder a los sitios pagando parte de esa deuda.
Si eres un ansias y vas follado a terminarte el juego, te joderá. Si eres de los que explora todo, sube de nivel tranquilamente y habla con la gente, no te darás ni cuenta porque enseguida tendrás el dinero suficiente para desbloquearlo, antes incluso de que te lo pidan.
No, no he dejado el combate para el final al azar sino porque es algo a lo que tampoco quiero dedicarle un gran apartado en este análisis. Sí, es muy fluido (arreglan las bajadas de frames de Tales of Xillia) y es muy continuista pero también es cierto que aparecen elementos desde el principio muy útiles.
Tenemos la vuelta del paso lateral, lo que nos permitirá escapar de ataques frontales con mucha facilidad. Ahora todas las artes harán artes combinadas, pero muchas de ellas serán básicas y se repetirán. Eso sí, se mantienen las del anterior y se añaden nuevas. Esto es para que sea más fácil encadenar artes cuando lleguemos al modo liberado.
También habrá nuevas artes para los personajes. Ahora casi todos curan (pobre Jude, ya no es el mejor) y lo mejor de todo es que, pese a las carencias en personalidad y sonido de Ludger, el individuo es bastante apañado en el tema del combate ya que podrá usar bien pistolas, martillo o espadas dobles. No entremos en detalle de cómo aprende a usarlas porque seguro que os entran ganas de pegarle a Hideo Baba por sus ocurrencias pero la verdad es que gana en combate.
Además, cada arma que empuñemos tendrá sus propias artes por lo que el propio Ludger tendrá equipadas, a la vez, más de 30 artes, lo que se dice pronto. Esto, más el sistema anterior de Tales of Xillia, hacen que los combates sean aún más frenéticos y tácticos a la vez, por lo que, sinceramente, ganan enteros.
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