La saga Civilization vuelve una vez más gracias Beyond Earth, con el objetivo de dejar de lado la Tierra para llevar toda su estrategia a lejanos planetas repletos de aliens y tecnología sacada de la ciencia ficción. ¿Estaremos ante un segundo Alpha Centauri, o esta estrella no brilla tanto su antecesora?
Tras cuatro años desde el genial Civilization V, nos volvemos a encontrar con la estrategia de Sid Meier, quien nos ofrece en esta ocasión un cambio de aires en su saga estrella, dejando de lado la evolución de la historia de un imperio desde sus primeros pasos hasta el momento en el que domina el mundo. No obstante, antes de hablar a fondo de este viaje espacial, hay que explicar bien de qué trata la saga Civilization, y es que no estamos ante un juego de estrategia en tiempo real como son Age of Empires o StarCraft, sino ante uno por turnos, siendo lo más parecido a éste la saga Total War a simple vista.
De esta manera nos encontramos ante un mundo del que no sabemos ni papa, donde nos toca expandir nuestra civilización empezando por una pequeña ciudad, mientras que vamos explorando y descubriendo qué nos depara esta tierra desconocida. Para ello, debemos ampliar nuestros horizontes. ¿Y cómo hacemos eso? Pues como en la vida real: ampliando nuestras fronteras y creando nuevas ciudades mientras vamos desarrollando nuevos conocimientos.
Con estos mismos cimientos, nos encontramos en Beyond Earth, que vuelve a repetir el exitoso y eficaz sistema de tablero de hexágonos, los cuales componen el mapa de juego. Nuestra interacción con ellos es el pan de cada día, ya que cada unidad puede moverse un determinado número de casillas por turno. Además, cada una de estas casillas cuenta con diversos tipos de recursos o de terreno, que afectan a las partidas de una manera abrumadora, como podréis leer más adelante.
A parte de ello, también tenemos que estar pendientes de la producción, y es que cada ciudad solamente puede estar pendiente de una construcción nueva, estando englobados en ello edificios y unidades. Esto es muy importante, ya que tenemos que ser conscientes de que no solamente tardaremos X turnos en tener nuestro nuevo edificio o un soldado, sino que este tiempo no tendremos nada nuevo que crear. Esto hace que las partidas sean realmente lentas, pero una vez pillado el tranquillo es esta lentitud la que hace que estemos horas seguidas pegados al monitor enganchados.
Durante nuestros pasos por intentar ganar la partida, deberemos procurar que nuestra civilización crezca lo mejor posible, cosa que lograremos gracias a la gran cantidad de recursos que deberemos recolectar. A diferencia de otros juegos de estrategia, aquí cada recurso tiene como objetivo mejorar un campo espécifico. Con esto me refiero a que tendremos un recurso para aumentar la velocidad de crecimiento de los ciudadanos, otro para que las investigaciones sean más rápidas o para que nuestra produccion se creen a mayor velocidad, entre otros usos. Al corresponder cada uno a un campo podemos centrarnos en recolectar uno con más ímpetu que el resto si queremos desarrollarnos en una parte de nuestra civilización, algo que hace sentir el juego lleno de posibilidades a la hora de hacer crecer nuestro pequeño imperio.
Respecto al tema de unidades, contamos con varias tipos, estando los trabajadores que nos servirán para explotar los recursos de las casillas, así como exploradores y unidades militares, entre otras. Estas últimas cuentan con varios tipos, teniendo soldados a distancia, buques de guerra, vehículos lanzamisiles y demás. Conforme vayamos ganando batallas con ellas -las cuales no son en tiempo real-, subirán de nivel, pudiendo asignarles mejoras, como son más ataque, una curación instantánea, etc.
Si os estáis preguntando si estamos solos, la respuesta es no, ya que también hay otras civilizaciones en el mapa con las que podemos interaccionar, tanto para bien o para mal, pudiendo hacer tratos con ellos, a parte de alianzas o guerras. Si encima tenemos en cuenta que cada una tiene su forma de pensar, pues es sencillo no agradar a todas y acabar teniendo piques, aunque sea posible ser amistoso con todas teniendo una lengua más final que la del pequeño Nicolás.
Finalmente, llegamos a las diferencias que nos encontramos con Civilization V, el anterior juego de la saga. Y es que no es casualidad que haya antes de este apartado tan importante una parrafada considerable, ya que Beyond Earth no es que solamente cuente con pocos cambios, sino que parte de éstos son a peor. Un ejemplo de ello es que tras venir de un juego con una gran cantidad de civilizaciones distintas, aquí nos encontramos solamente con 6, las cuales encima tienen muy pocas diferencias, perdiendo así de golpe la carisma de los imperios de Ghandi y compañía. Un servidor al ver esto se ha encontrado sin duda con un campo en potencia de DLC para añadir nuevos bandos.
Otro de los cambios sustanciales es la rama de investigación, que se vuelve caótica. En vez de encontrarnos con una especie de árbol que se va ramificando, tenemos una tela de araña que va expandiéndose de una manera que deja al jugador saturado, y es que el ver tantas investigaciones conectadas y expandidas hacen que sea difícil ver las diferencias entre unas y otras.
Siguiendo con el tema de novedades tenemos por fin algo bueno, y es el nivel orbital. Sencillamente se trata de una segunda capa de casillas, pero que simbolizan la atmósfera. Su utilidad es la de colocar en ella los diversos satélites que lancemos, que tienen efecto en diversas casillas de la superficie, dándonos distintos beneficios mientras estén en órbita.
Otra de las novedades es la afinidad. Durante las partidas, realizaremos distintas acciones que podrán beneficiar a una de las tres ramas, siendo la modificación para nuestra comodidad (supremacía), adaptarnos al entorno alienígena (armonía), o un paso intermedio entre ambas (supremacía). De esta manera iremos subiendo niveles en estras tres especialidades, consiguiendo así mejoras para nuestro imperio y evoluciones en las unidades. En el tema virtudes nos encontramos ahora cuatro ramas distintas: poder, prosperidad, conocimiento e industria, pudiendo activar una mejora en ellas conforme avanza el conocimiento de nuestra civilizacion. cuantas mas mejoras de cada rama tengamos, iremos desbloqueando mejoras mas poderosas, ademas de una serie de bonus si tenemos X numero en cada rama.
Una de las novedades mas interesantes son las operaciones secretas, las cuales podemos realizar una vez consigamos su edifico especifico. con ellas, mandaremos espías a ciudades contrarias para realizar misiones, como robar energía, conseguir una revolución, etc, a parte de dejarlos en nuestras capitales para defendernos de los espías enemigos. Si tenemos en cuenta que cada operación tiene una dificultad de éxito y que duran varios turnos, pues tenemos aquí un factor original y entretenido que añadir a nuestras partidas.
Tras todo esto, la conclusión de Civilization: Beyond Earth es que parece más bien una entrega anterior de la quinta parte. Eso no significa que sea un juego aburrido, pero si venís de haber jugado a la entrega anterior esta puede decepcionaros. Si por el contrario sois nuevos con la saga, igual la estética espacial es motivo de sobra para elegir este más que entretenido juego de estrategia.
Gráficos: 83
Sonidos: 80
Jugabilidad: 78
Modos de juego: 76
Total: 79