En este mundillo estamos demasiado acostumbrados a que todos los días se nos agasaje con actos de vil ruindad, que ponen en duda que las grandes compañías tengan siquiera un atisbo de humanidad. DLC incomprensibles, demos de pago o la necesidad de tener cuatro cartuchos para jugar con amigos son algunas de las cosas que soportamos a diario, por eso Share Play, la nueva funcionalidad de PS4 que se incorporará en la actualización 2.0 Masamune, me ha dejado gratamente sorprendido, casi desarmado. Os cuento de qué va.
Gracias a ella, podremos hacer cosas impensables en las consolas de nuevo cuño: dejar que un amigo juegue a tu juego, cada uno desde su casa. Inaudito.
Share Play tiene tres modalidades de funcionamiento, que te explico a continuación:
- Compartir pantalla: Probablemente la funcionalidad más tonta de este Share Play, pues esto se puede hacer con Twitch, por ejemplo. Consiste en dejar a un amigo ver a qué juegas. Para esta actividad no se requiere PS Plus.
- Dejar mi mando: Empieza lo bueno. Imagina que estás jugando a un juego que solo tienes tú de tu grupo de amigos, y quieres dejárselo jugar. Imagina que tu vives en Lugo y tu amigo en Jaén. No problem, gracias a esto podrás dejarle, virtualmente, tu mando y podrá jugar para hacerse una idea de cómo es el juego. Tu colega no necesita tener el juego, ni siquiera descargarlo. Aquí el usuario poseedor necesita ser miembro PS Plus, pero «el gorrón» no.
- Deja un segundo mando: Imagina que quieres jugar a un juego de multijugador local, pero no conoces a nadie en mil kilómetros a la redonda. Con Share Play podrás invitar a tu amigo el de Lugo para que juegue como segundo jugador. De nuevo no importa que tu amigo no tenga el juego, porque podrá darle candela al título igualmente. En este caso ambos jugadores necesitan pertenecer a PS Plus.
Ya sabéis que yo soy muy cañero con todas las compañías por igual, pero en esta ocasión he de quitarme el sombrero ante Sony, aunque me queda la duda de saber cuánto tiempo podrá jugar el no poseedor del juego en la funcionalidad «Pasa el mando». Si es ilimitado, este sistema roza la perfección, ¿no os parece?