Shadow Tactics: Blades Of The Shogun es un juego de estrategia en tiempo real desarrollado por Mimimi Productions en el que el sigilo es un componente principal.
Shadow Tactics: Blades Of The Shogun nos pone a los mandos de cinco expertos miembros del ejército del Shogun que deberán abrirse camino a través de las líneas enemigas para derrotar al enemigo de su líder. Mezclando a partes iguales estrategia y sigilo, Mimimi Productions nos ofrece un juego perfectamente ambientado en el Periodo Edo. Un ninja, un samurai, una artista del camuflaje, una pequeña ladrona y un anciano francotirador, cada uno con su particular estilo, serán los encargados de llevar a cabo las misiones necesarias para que su bando sea el triunfador en esta guerra.
La mayoría de escenarios son, además de enormes y muy detallados, un excelente campo de batalla para sacar a relucir nuestra capacidad estratégica y nuestra paciencia. De nada nos va a servir avanzar con las espadas en alto al grito de ¡Banzai!, sino que tendremos que examinar con calma el terreno, trazar la mejor ruta hasta nuestro objetivo y tener la habilidad para cumplirlo. Las sombras, las distracciones, los engaños y casi cualquier artimaña que se nos pueda ocurrir será necesaria para poder salir airoso y, preferiblemente, inadvertido.
Shadow Tactics cuenta con tres niveles de dificultad para que cada tipo de jugador pueda encontrar la mejor manera de disfrutar el juego. Sin ningún problema se podrían llamar Paseo, Jodido y Tortura China, porque el cambio de uno a otro es bastante notable. La mayor parte del tiempo la he pasado en el intermedio y me ha costado sangre, sudor y (casi) lágrimas ir avanzando. Según Mimimi Productions, el juego puede tener una duración de unas 25 horas, pero ya os aseguro yo que, al menos en mis manos, son unas cuantas más. Y ya no contemos si queremos conseguir todas las medallas y nos da por dominar todos sus aspectos y lo intentamos terminar en Hardcore.
Lo mejor, o al menos uno de los detalles que más me ha gustado, es que la primera vez que afrontas una pantalla, vas totalmente a ciegas con respecto a las medallas que puedes conseguir. Os puede parecer que no tiene ninguna importancia, pero si de entrada te dicen que provocar un «accidente» con el entorno tiene premio, te vas a poner a buscar como hacerlo desde el primer momento. En cambio, Shadow Tactics prefiere llamar tu atención sobre ciertos puntos del escenario a medida que vas acercándote a ellos, fomentando así que te muevas por el campo de batalla y explores el mejor camino para llevar a cabo tus acciones.
El único recurso «artificial» del que disponemos a la hora de enfrentarnos a los guardias es su cono de visión. Sólo podremos seleccionar uno, para poder controlar hasta dónde llega su vista y qué rutas van a delatar nuestra presencia. Puede parecer que es demasiada ventaja, pero aún así, esquivar las miradas de los enemigos va a ser como pasar desapercibido en un funeral con un traje amarillo canario. Complicado. Por eso, como ya he comentado al principio, la paciencia de un ninja nos será una aliada más que útil.
Y ahora que ya sabemos de qué va Shadow Tactics, veamos a ver cómo es y cómo se comporta, que hay bastante que contar al respecto. De entrada, el juego se ve y se oye de maravilla. Porque aunque los personajes no sean de lo más detallado que podamos ver en un título de estrategia, sus movimientos y animaciones sí son muy buenas. Además, los escenarios están llenos de vida, con muchos elementos que ayudan a dar credibilidad a las escenas y con un juego de luces y sombras muy bien trabajado.
El sonido está prácticamente al mismo nivel que los gráficos, con multitud de voces, sonidos y efectos que ambientan perfectamente los escenarios y ayudan mucho a situarse en medio de la acción. Quizás la música pase mucho más desapercibida, aunque tampoco hay que verlo como un defecto, porque tampoco tendría sentido que la banda sonora estuviera atronando mientras te desplazas en completo silencio entre las sombras. Lo que sí podría ser un handicap para muchos es que, aunque todos los textos están en castellano, las voces sólo podremos oírlas en inglés o en japonés.
Pero pasando a lo que quizás es más importante en un juego de estrategia, Shadow Tactics es divertido. A pesar de las muchas opciones que tienes para llevar a cabo tu objetivo, tampoco se trata de un título abrumador, de esos en los que doce ojos y cuatro manos seguirían siendo insuficientes para controlar todos los frentes. Que los hay que dicen que los RTS son juegos para relajarse, pero a mi me estresan mil veces más que cualquier otro. En este sentido, Mimimi Productions nos ofrece un juego mucho más parecido a los clásicos Commandos. Tendrás que aprovechar las virtudes de cada uno de los personajes con los que el juego te plantea superar la misión y planificar paso a paso el modo de actuar.
Jugar es muy fácil en PC, usando el teclado para seleccionar cada acción y el ratón para decidir dónde hacerlo, pero no me acabo de imaginar cómo será en consola (hay planeada una versión para Xbox One y PS4 para 2017). Detalles como poder girar la cámara son indispensables para poder encontrar hasta el último rincón para esconderse o para ver más clara la mejor ruta para sortear las miradas de los guardias. Realmente, a nivel de jugabilidad, es complicado encontrarle una pega. Es cierto que puede llegar a ser muy difícil, pero también creo que ahí reside la gracia.
Lo que sí me sorprendió, pero no positivamente, fue el tiempo de carga de cada nivel. De tres a cinco minutos esperando al principio de cada partida es la primera prueba de fuego para la paciencia del jugador. Eso sí, todo es mucho mejor con mi nuevo disco duro SSD de 250 Gb marca Acme, en el que los tiempos de carga apenas llegan a un minuto. El propio juego te avisa, que no es que se haya quedado colgado, sino que necesita un buen rato para poner en su sitio cada uno de los elementos que componen los escenarios y tal. Por lo demás, reiniciar el escenario o cargar la partida después de pifiarla no supone ningún problema. Ni en discos SSD ni en convencionales.
Shadow Tactics: Blades Of The Shogun cumple en todos los aspectos con buena nota
En definitiva, Shadow Tactics: Blades Of The Shogun es un muy buen juego que combina la «tensión» de la estrategia en tiempo real con la pausa de la infiltración y el sigilo. Las diferentes misiones, además de ser unas cuantas, son muy variadas entre si. Al menos teniendo en cuenta lo que pueden llegar a pedirnos. Desde robar unos documentos, hasta asesinar sin ser vistos, pasando por rescatar a nuestros compañeros. Siempre pasando de puntillas (en la medida de lo posible) y dejando el mínimo rastro a nuestra espalda.
Técnicamente el juego está muy bien resuelto, tanto para la vista como para los oídos, y el control de los personajes es lo bastante claro como para disfrutar desde el primer momento. Quizás el guión no sea su punto fuerte, pero tampoco deja de ser interesante conocer cosas sobre ese periodo de la historia. El único problema real del juego (aunque sea comprensible) es tener que esperar tanto al empezar una partida. Por lo demás, tanto los amantes de la estrategia como los que quieran probar a ver si les convence, tienen un buen título con el que echar un rato.