Por muy loco que parezca, sí: Resident Evil 7 iba a ser un juego como servicio con micropagos. Menos mal que todo se quedó en un «casi»…
Hace un tiempecillo yo mismo os contaba que Resident Evil 7 había alcanzado las 10 millones de copias vendidas. Es un hecho muy a tener en cuenta: la séptima entrega de la saga marcó un punto de inflexión, en la cual se decidió volver al terror clásico a través de una nueva perspectiva. Gracias a Dios -y a unos cuantos trabajadores de Capcom- Resident Evil 7 fue eso y no un juego como servicio con micropagos, que es lo que iba a ser en un principio.
Os he hablado de la conversación de Shinji Mikami y de Jun Takeuchi, figuras ambas relacionadas con Capcom. Este segundo es quien ha desvelado lo que os contamos. Recuerda: «Cuando empezamos a trabajar en el juego recuerdo que la idea era volver a: ‘¿Qué es el terror?’ Hablé mucho con el director, con Nakanishi, sobre qué íbamos a hacer. Habíamos hablado de este mismo incluso antes de ponernos a trabajar con el videojuego. Y en ese momento se produjo un gran ‘push’ publicitario de Capcom; nos decían: «Tenemos que hacer el juego que los fans están pidiendo».
Recuerda Takeuchi las directrices de las altas esferas de la empresa. «Fue muy difícil el papel de Nakashini en ese momento», cuenta Takeuchi. Y añade: «Multijugador online por aquí, contenido descargable por allá. ¡Juegos como servicio! ¡Micropagos! Hacer un Resident Evil que cumpla con todo… En serio, había mucha exigencia. Finalmente, nuestro presidente, Kenzo Tsujimoto, tomó cartas en el asunto. Había oído hablar de los inútiles intentos hasta la fecha. Nunca se me olvidará ese día… Era 4 de enero. Tsujimoto me llamó: ‘Resident Evil 7 está muy mal. Takeuchi, ¡Ayuda al equipo con él! Y así es como acabé trabajando en el videojuego».