La recaudación de taquilla de Blade Runner 2049 ha comenzado por debajo de las expectativas de los tiburones de Hollywood. Nos importa bien poco…
La industria cinematográfica norteamericana se basa en números, números, más números y pasta. Si el fin de semana de estreno las cosas no salen como se habían planeado, los productores se ponen nerviosos. Este caso me hace especial gracia, porque la película de 1982 sí que se pegó un buen castañazo. Eso no impidió, no obstante, que se convirtiera en un referente. El caso es que la recaudación de taquilla de Blade Runner 2049 ha comenzado por debajo de los números previstos, aunque sea un peliculón del quince.
Y no lo digo yo, lo dicen los críticos y espectadores que han disfrutado con el filme de Dennis Villeneuve. La mayoría de ellos tachan la obra de nuevo referente del cine de ciencia ficción. Pero los números hablan y, de los 45/50 millones que se esperaban del debut norteamericano, solo se han conseguido 31,5.
Aún es pronto para saber si la peli arrasará o no en taquilla, pero a Sony le ha costado mucha pasta. Su presupuesto es de 150 millones, sin contar la promoción, y supongo que querrá ver resultados verdes lo antes posible. Por otro lado hay que entender que Blade Runner 2049 no lo pone fácil. Dura casi tres horas, lo cual se traduce en menos pases al día, y tiene una calificación R, con lo que menos espectadores pueden ir a verla.
El debut en el resto del globo ha contribuido a que la recaudación ascienda a 50,2 millones. Como curiosidad, el mercado español ha aportado 2,6 millones de dólares, una cifra nada desdeñable.
Creo que la pelea de Blade Runner 2049 no es auparse en las listas de recaudación, sino forjar un nuevo incunable del género, tal y como hizo la obra de Ridley Scott hace 35 años.