La compañía estadounidense ha presentado dos nuevos proyectos: un ordenador portátil multi-monitor bastante potente y un un sistema de videoproyección.
La compañía de hardware Razer ha estado en el CES 2017, en el que ha enseñado no uno, sino dos nuevos productos en los que ha estado trabajando. El primero es el que ocupa nuestro titular: un ordenador portátil con tres pantallas «para una experiencia inmersiva gaming y trabajo portátil multitarea para profesionales», según sus propias palabras. Una propuesta que seguro será interesante para aquellos que deseen utilizar varios monitores, aunque cabe plantearse cuántas personas le pedirán eso a un portátil.
Este, llamado Project Valerie, se encuentra formado por una pantalla central y dos adicionales que se mueven a cada lado. Sus dimensiones son de 17,3 pulgadas y poseen una resolución 4K, además de estar equipadas con tecnología Nvidia G-Sync. En cuanto a su potencia, su hardware está compuesto por una tarjeta gráfica Geforce GTX 1080, un procesador Intel Core i7 6700HQ y 32GB de RAM. Vamos, lo más puntero de lo puntero.
Este ordenador todavía no tiene precio ni fecha designados por la compañía, pero teniendo en cuenta todas sus características está claro que no será precisamente barato. Min Lian Tan, confundador y director ejecutivo de Razer, justificaba así un producto tan lujoso: “Los equipos multipantalla de sobremesa cada vez son más necesarios para profesionales, creativos y jugadores. Por primera vez hemos diseñado una solución que tiene un fácil transporte. “Project Valerie” promete la funcionalidad de 3 pantallas y ninguna molestia».
El segundo proyecto presentado por Razer es un sistema de videoproyección para videojuegos, llamado Ariana. Está basado en la plataforma de iluminación RGB Razer Chroma y su intención es la de proyectar en alta definición efectos de iluminación y vídeo en tiempo real durante la partida. Todo esto adaptado a los elementos del juego y características del entorno físico. Para ello utiliza dos cámaras de detección de profundidad en 3D. Junto a un software de calibración que detecta muebles y otros elementos del entorno, se combinan para ofrecer el mejor resultado posible. O eso dicen, claro.