Hoy los desarrolladores independientes que han invertido su esfuerzo y recursos en sus juegos para Ouya ya pueden respirar tranquilos, ya que Razer ha anunciado que pagará los aproximadamente 600.000 dólares que se les debe, ya que se comenta que hay deudas por parte de la consola basada en Android oscilan entre los 5.000 y los 30.000 por empresa desarrolladora, que quizás para una grande no significa mucho, pero para una de corte independiente puede significar tranquilamente la bancarrota.

El acuerdo que había entre Ouya y los desarrolladores era que este primero iba a financiarles hasta el 50% de sus juegos cuando se les entregue la primera beta jugable, otro 25% se les entrega cuando el juego se lanza al mercado y el último 25% se les entrega cuando la exclusividad termina. Pero claro, en las previsiones de Ouya no entraba vender menos que una tienda de barcos en Andorra, así que como dijo Rita Barbera hace poco: «¡Qué hostia! ¡Qué hostia!».
Para añadir más leña al fuego, a principios del año pasado Ouya les envió a los desarrolladores un nuevo contrato en el que se incluía una cláusula en el que figuraba que si Ouya entraba en bancarrota, se les cancelaría el pago para los juegos prometidos… Muy listos, tratar de quitarse el marrón de encima cuando están con la mierda el agua hasta el cuello.
Fuente: VG24/7