Ray Gigant – Análisis PC

Llevo viendo anime toda mi vida. Quizá esa sea la mejor frase para introducir este Ray Gigant, desarrollado por Experience Inc. y que gracias a Bandai Namco y Acttil ha llegado a nuestras tierras a través de Steam tras su (no muy exitoso paso) por las tierras niponas y PS Vita.

Un anime…

Con cada palabra de la sinopsis del juego o de la propia introducción de esta visual novel lo tengo más claro: “llevo viendo anime toda mi vida” es la frase correcta. Quizá es por eso por lo que no me sorprende en absoluto su premisa: un día aparecen unos seres muy poderosos y empiezan a destruirlo todo, entonces los humanos forman una agrupación para luchar contra ellos. Mejor aún, esta asociación es una Academia para que los adolescentes aprendan a controlar sus poderes. Excelente, esto será otra vez la misma historia de siempre, con personajes similares y momentos típicos que, por una razón que no llego a entender, me han acompañado toda mi vida entreteniéndome y llegándome.

Esta vez ese mensaje que tiene que calar en mí es la humanidad, como sustantivo y adjetivo, tanto en singular como en plural. Cada región del planeta se asienta en un núcleo desde el que se dan caza a “Los Gigantes”: el gran enemigo a batir. Cada asociación los enfrenta a su modo a través de un poder ancestral que son algo así como dioses y nadie sabe cómo ha llegado hasta sus manos, y por ello las asociaciones se llegan a enfrentar entre sí. Ese confrontamiento interno de la humanidad, esa que nos lleva a pelear entre nosotros en lugar de aunarnos contra un mal mayor. Sin embargo, estos mensajes no se llegan a transmitir del todo, pues al final siempre se acaba haciendo lo mismo por todas las partes, sin que cada individuo y organización tenga su propio procedimiento. Al menos se escuda en los otros.

En otros animes como Dragon Ball el mensaje es la superación a base del esfuerzo, en Death Note es la dicotomía de la justicia y los precios que hay que pagar por ella… Pero tal y como estos anime tienen otros mensajes (aunque nunca son los principales) este también los tiene. Y es que Ray Gigant también habla sobre la personalidad del individuo, sobre el adaptarse a un grupo que busca un fin mayor,…  Además tiene su buen componente de crítica, y lo gracioso de esto es que la crítica es autoconsciente, pues en muchos momentos Ray Gigant es consciente de que es un anime, y veremos muchos comentarios como: “Oh vaya, si esto fuera un anime pasaría x…” y, exacto, acaba pasando x. Digo que es gracioso porque, a pesar de que critica varias cosas del mundo del anime y es autoconsciente también cae en los mismos problemas.

… muy típico…

La historia está tremendamente mal construida, tiene una gran multitud de fallos y parece que el guionista se fue de vacaciones a la hora de ensamblar todo esto, además de ser muy grandilocuente y restregártelo por la cara. Se divide en 4 arcos principales donde conoceremos a los 3 personajes principales que estarán juntos en el cuarto arco. Y madre del amor hermoso, no había visto nada tan mal montado y tan predecible en mi vida. Resulta que los que los valientes llaman “puntos de giro” o más comúnmente “giros del guion” aquí los ves venir desde la sinopsis, y además están explicados y respaldados de una forma muy estúpida. «Oh vaya, qué sorpresa. Resulta que la que parece que era mala era mala, y después acaba siendo buena.», «Oh, qué sorpresa, resulta que al final los malos no eran tan malos y todos buscábamos lo mismo y el malo es otro.»

Y, precisamente, tendrás la sensación de que todo esto ya lo has vivido, la historia es muy similar a la de otros animes, los personajes (que al menos resultan mínimamente interesantes algunos) no dejan de ser bastante simples y típicos dentro del mundillo de la animación japonesa. El que parece perfecto porque tuvo un trauma familiar y la vida le ha hecho así, la chica amable con todos menos con el protagonista del que está enamorado, el profesor que es un maestro en todo y es tan exigente como burlón, el que quiere proteger a su familia por una promesa…

La esencia de este título es exactamente esa: la repetición. La historia es repetida de otros anime, los protagonistas son repetidos de otros anime, hasta la trama y cómo se desarrolla no es más que una repetición constante. Aparece un gigante, lo derrotan por los pelos, misión de exploración, y todo regado con escenas que intentan darte a entender que los protagonistas son humanos. No estaría mal si estuvieran bien pensadas y tuvieran un sentido, pero a parte de ser muy abundantes y tediosas, recuerdan a ese capítulo aciago de Dragon Ball en el que Piccolo y Goku aprenden a conducir.

Pero qué original…

Pero eso es precisamente lo que esperaba. Como con cualquier anime, soy capaz de ver esto y reconocer que tiene fallos a raudales, y aun así disfrutar medianamente alguno de sus grandes momentos. Pero hay un problema: Ray Gigant no es un anime. Ray Gigant es un videojuego.

… forzado a ser un juego

Esto va así, resulta que por algún motivo a esta historia de siempre que se podría haber contado como siempre y quedar como un anime potable y entretenido, o a las malas como una visual novel con los mismos adjetivos, Ray Gigant ha querido “experimentar”. Entre trozo de historia y trozo de historia hay una especie de minijuego que Ray Gigant piensa que vale como juego: una suerte de dungeon crawler al más clásico estilo con toques de RPG.

Hay mazmorras, algunas tienen puzles, otras son un laberinto, otras van por niveles, y además tienen enemigos. El sistema de combate tiene mucho de RPG y, pese a su simpleza, cumple bastante bien. Da bastante posibilidades y puede resultar hasta entretenido. Pero volvemos a lo mismo: Ray Gigant no tendría que haber sido un videojuego. Está muy mal diseñado (dificultad, habilidades, progresión) y sus propios pros los vuelve en su contra. El juego se queda largo de errores de este estilo, y corto en lo bueno que tiene.

Hay un contador llamado AP que te limita los movimientos en un turno, los enemigos tienen un montón de tipos distintos, nunca queda establecido cómo se establecen los turnos al uso, la dificultad es tal que se lo puede pasar una piedra… Lo peor de todo, es que la parte jugable no solo no está muy bien llevada, sino que por su culpa se pierde la parte de anime. Los personajes son exactamente eso: personajes. Pero por el hecho de querer ser un videojuego han tenido que hacerlos por momentos como avatares y no como personajes. Hay preguntas forzadas para que haya interacción “porque esto es un videojuego” cuyas respuestas no llevan a nada ya que el personaje en cuestión se acaba sobreponiendo a lo que quieras decir, y encima echa por tierra el mensaje de humanidad y autoexploración personal que intenta transmitir.

Además, el momento de jugar también se ve bañado en su esencia: la repetición. Es siempre lo mismo, la misma misión, el mismo enemigo. No solo tengo aguantar que me estés contando lo mismo de siempre durante todo el rato, sino que lo haces varias veces y además me propones un juego repetitivo en sí mismo. Lo mismo pasa con todo lo “artístico”: son buenas ideas pero muy mal ejecutadas por culpa de la repetición. El juego tiene una banda sonora bastante buena, además de unos diseños muy bien logrados, pero las 5 canciones no paran de sonar de fondo en un momento que no es adecuado, y los diseños no están animados: veremos los 3 mismos dibujos durante las innecesariamente excesivas 30 horas de juego.

Conclusiones

Pero seamos positivos: lo cierto es que el juego es entretenido por momentos aunque sea muy simple y fácil, y lo mismo pasa con su historia. Una historia que, si eres aficionado al anime, te podrá llamar y entretener, así como sus personajes a los que les acabarás cogiendo cariño, y puede que hasta te emociones con algún que otro sacrificio. Aunque da mucha rabia que sea siempre lo mismo, una y otra vez.

Ray Gigant tiene bastantes fallos para unas ideas tan interesantes, unos fallos que lastran y mucho. Pero, al menos yo, he querido tomarme Ray Gigant como una visual novel con una historia para pasar el rato mientras hay unas mazmorras por ahí con bichos a los que matar. En resumen, he querido tomarme a Ray Gigant como un anime, como ese anime entretenido sin más que tampoco quiere cambiar el mundo, sino quedarse un poco contigo. Es una lástima que no lo sea, porque llevo toda mi vida viendo anime, y el mayor fallo de Ray Gigant es no ser un anime.

Gráficos
6
Sonido
7
Historia
6
Jugabilidad
6
Diversión
6.5
Nota de lectores0 Votos
0
PUNTOS CLAVE
Un anime decente que ha sido forzado a ser un juego
Simple, repetitivo, pero entretenido en sus momentos
Si te gusta el anime esto ya lo habrás vivido... para bien o para mal
ALTERNATIVAS
¿Videojuego anime? Saga Persona
¿Anime videojuego? Típicos de peleas: One Piece, Dragon Ball...
¿Experiencia de anime? Venga ya, seguro que los conoces ya todos y ya los has visto
6.5
Un anime forzado a ser un juego
Zebenzuy Duque

Estudio juntaletrismo crítico videojueguil. Lo que viene siendo Periodismo para ser crítico de videojuegos pero sin enterarse de nada. Estoy aquí porque me dejan soltar bilis y creerme importante a partes iguales.

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