Rainbow Six Siege – Análisis Xbox One

Desde 2011, con Rainbow Six Patriots, la franquicia de estrategias militares contra terroristas nos tenía abandonados. Bien es cierto que previamente había quedado relegada a un segundo plano, a favor de juegos como Call of Duty o Battlefield, pero aquella entrega fue el paso previo a lo que hoy conocemos como Rainbow Six Siege. Un juego escaso en contenido, focalizado en el online, pero muy divertido en su ejecución. Y difícil.

Rainbow Six Siege comienza con una espectacular secuencia de vídeo donde nos narran que un grupo terrorista anónimo tiene capacidad para atacar en cualquier lugar cuando les venga bien. Nuestra misión es liderar al grupo Rainbow para sabotear sus operaciones y de paso, darles pasaporte. Lo que parece el comienzo de un modo campaña espectacular, queda en un coitus interruptus al llegar a la pantalla de título, donde nos sorprenden las escasas opciones de juego: Situaciones, Multijugador y Caza al Terrorista. Iré desgranando uno a uno en base a sus particularidades.

Situaciones hace las veces de tutorial y modo campaña. El procedimiento siempre es el mismo: soltarnos ante un edificio cerrado a cal y canto y ponernos un objetivo. Éste puede ser desde acabar con todos los terroristas hasta rescatar a un rehén. Al comienzo de la misión nos muestran alguna habilidad a utilizar y ciertos objetivos extra, como puede ser acabar en X tiempo o no ser dañado, pero la solución solo depende de nosotros. Nos enfrentamos a un grupo de terroristas en 10 diferentes escenarios, y gracias a estas pequeñas misiones lograremos por un lado hacernos con el control y por otro ciertas recompensas para el modo multijugador.

El modo multijugador se trata de un evento PVP de grupos de cinco contra cinco, donde nos tocará ser atacantes o defensores. Al comienzo, los primeros deben buscar a los objetivos (los propios enemigos o bien bombas a desactivar) mediante el uso de drones, mientras que los segundos deben fortificar las estancias colocando barricadas y trampas que lo pongan más complicado. Una vez preparado el escenario, comienza la ensalada de tiros. Caer en combate es sencillo, bastan unos pocos disparos, y pasaremos al modo cámara, donde podremos observar la acción desde diferentes visores. No hay posibilidad de volver a la acción hasta la siguiente partida.

El modo Caza al Terrorista es sin duda donde más se disfruta en compañía de amigos, ya que podemos formar equipo con ellos y enfrentarnos a una serie de misiones contra enemigos manejados por Inteligencia Artificial. Las misiones son las mismas que en Situaciones, debiendo acabar con todos, rescatar a un rehén, o desactivar un número determinado de bombas. En este modo es tremendamente importante la coordinación, ya que lo menos interesante es acabar a tiro limpio.

Para afrontar estos retos, nos meteremos en al piel de un Operador. Son miembros de diferentes cuerpos especiales, (SWAT, Spetsnaz o SAS entre otros) cada uno con su habilidad única, y variaciones en velocidad y blindaje según el que elijamos. De primeras seremos un mero Recluta, y de nuestra labor online dependerá obtener Reputación, que se utilizará como moneda para canjear por el Operador que prefiramos. Hay ciertos Operadores con habilidades muy importantes, y otros con habilidades de carácter residual, por lo que las partidas acaban llenándose de los mismos personajes.

Las armas, aunque hay varios tipos de pistolas, ametralladoras o escopetas, se antojan escasas. Gracias a la Reputación podemos personalizarlas, pero nos limitaremos a añadir un silenciador o cambiar el color. Se echa de menos más variedad y más posibilidades. El Operador no puede ser modificado en ningún aspecto salvo el equipo inicial.

Rainbow Six Siege es un juego muy difícil. Todo aquel que haya jugado a alguna de sus anteriores entregas sabe que aquí no se destila ir de Rambo o salvamundos, ya que es el camino más rápido para acabar eliminado. En este juego prima la estrategia y el sigilo. Otro aliado es el propio escenario, donde prácticamente todo es destruible. Si tenemos el dispositivo adecuado, podemos formar un buen boquete en la pared, que además nos servirá para atacar al enemigo antes de que nos divise. Rainbow Six Siege es el paraíso del estratega.

Rainbow Six Siege tiene detalles soberbios, con una ambientación y momentos que no se encuentran en otros juegos del género. La tensión es constante, cada paso que damos es determinante, y exige una concentración y capacidad de anticipación como pocos juegos.

Gráficamente no logra destacar, plasmando en pantalla un buen resultado, pero las texturas o la iluminación precisan de una mejora. Todo ello no desmerece un brutal resultado en cuanto a lo que explosiones o tiroteos se refiere. Salvo en las secuencias cinemáticas, donde la música lo borda, son los efectos de sonido los protagonistas durante la partida. Es importante detenerse y escuchar, para así poder anticiparse. El sonido de Rainbow Six Siege es variado, realista y está tremendamente bien implantado.

Antes de acabar este análisis, una nota tranquilizadora: aunque el juego llegue de inicio con diez mapas y tres modos de juego, Ubisoft ya ha prometido contenido extra totalmente gratuito, algo tan bueno como necesario si queremos alargar la vida del título.

Rainbow Six Siege es el Rainboiw Six que muchos llevan años pidiendo. Su limitación gráfica y de modos de juego no lastra una experiencia intensa, difícil y tremendamente satisfactoria si jugamos con amigos. Las posibilidades estratégicas son casi infinitas y los combates 5 vs 5 son una gozada. Solo necesita de más contenido y más mapas para revitalizar la saga. De Ubisoft depende. El equipo Rainbow ha vuelto por la puerta grande.