Apenas quedan unos días para su lanzamiento y algunos ya no podemos esperar a que llegue Metal Gear Rising, más con el aluvión de tráilers con los que nos han bombardeado el último mes. Que esto sea positivo o negativo, es otro cantar… Personalmente lo que si que no veo positivo es que no llegue esa edición especial con la figura de Raiden, pero esto es España, y ahora más que nunca, somos los últimos monos.
¿Pero qué camino ha tomado MGR desde que se anunció en el E3 de 2009? Ya hace un par de años, sí… Pues las opiniones fueron para todos los gustos. Las más benévolas lo calificaban como “prostitución de la saga”, mientras que otras se decantaban por expresiones tales como “mierda”, “basura”, “morralla” o haciendo referencia a su protagonista, “Raiden es una nenaza”. Y seguro que en aquel momento ninguna estaba muy desencaminada a la hora de describir lo que se veía en aquel infame vídeo. Lo que aquel tráiler mostraba era, en efecto, una nenaza que al son de gritos en plan “oh, yeah” daba espadazos, por llamarlos de alguna manera, al ritmo que lo haría mi pobre abuela. Un hack and slash con el ritmo de un RTS. La cosa pintaba muy, muy mal…
Pero antes de entrar a lo que fue el punto de inflexión del juego, quiero pararme en un concepto. El de “prostitución”, concretamente. Como fan absoluto y acérrimo de la saga Metal Gear y su mitología (si, mitología), a mi no me parece mal que se haga un spin off de este tipo. ¿Por qué no? Otra cosa es que nos hubieran presentado este Rising como Metal Gear Solid 5, otro gallo hubiera cantado entonces. Pero… ¿quién es realmente Raiden?
Raiden es un protagonista que en su momento fue tremendamente carismático, aunque para mal (algo al estilo del pobre nuevo Dante). Nadie entendió que MGS2: Sons of Liberty fuera protagonizado en su mayor parte por otro que no fuera Solid Snake. Bueno, era una decisión discutible, pero las críticas al personaje eran desmesuradas. La única culpa que tuvo el pobre fue estar en el sitio equivocado en el momento inoportuno.
Sons of Liberty nos presentaba al típico chaval que de pequeño había sido niño soldado (se dice que a los 6 años empuñó su primer arma y a los 10 se convirtió en capitán de la Unidad de Niños, ahí es nada) y que de mayor, tras pasar por el pertinente entrenamiento de Realidad Aumentada, era el típico personaje atormentado que rara vez muestra sus sentimientos. Una personalidad que recuerda al insufrible Squall, de FFVIII. Sin embargo, después del incidente de la plataforma Big Shell, mira por dónde, la sociedad conocida como los Patriots deciden utilizarle para recuperar los restos de Big Boss, y de paso, hacer “ciertos cambios” en su genética que lo convertirían en la jodida máquina de matar que se vería en MGS4: Guns of the Patriots.
Tras eso, se separó de Rosemary (la chica del códec en MGS2) y decidió buscar esos restos por su cuenta para entregárselos a lo que sería el grupo de “los buenos”, el ejército Paradise Lost. Personalmente, me hubiera gustado que Metal Gear Rising recreara estos acontecimientos, pero nunca llueve a gusto de todos…
Y llegamos al punto de inflexión, porque alguien acudió al rescate de Metal Gear Rising. Kojima es un tío al que le gusta que las cosas salgan bien: pueden gustar más o menos, se le puede acusar de que lo suyo son las películas interactivas, pero hay algo que no admite discusión: sus juegos son redondos en cuanto a acabado general. Claro, no podía permitir que esa bazofia que parecía iba a ser MGR saliera así, tal cual se había mostrado.
Y en ésto, apareció Platinum Games. Poco que decir de esta gente, salvo dos palabras: Bayonetta y Vanquish, por el cual siento especial devoción. Así que… ¿quién mejor para arreglar el desaguisado? Nadie, así de claro. Inaba y su gente se pusieron manos a la obra y crearon un hack and slash como tiene que ser: rápido, frenético y con un personaje, esta vez sí, chulo hasta decir basta. Curioso como el amigo Raiden recuerda al primer Dante, no solo físicamente, sino también en actitud, lo que me hace sospechar que Hideki Kamiya (creador original de la saga Devil May Cry) ha influido en cierto modo en el desarrollo, aunque no haya estado involucrado oficialmente.
Y por lo visto en la demo, un sistema de combate profundo y exigente, aunque esta parte la dejaremos para el análisis. Por lo pronto, animo a todos, fans o no de Metal Gear, que cojan este Rising sin complejos, sin prejuicios, y sin mierdas, y lo disfruten. Esta vez Raiden no se esconde detrás del tito Snake y promete dar mucha guerra. ¿No os lo creéis? El día 21 de Febrero saldremos de dudas, culpables…
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