Nuestro sueño nunca fue ir en tanque, pero lo cierto es que ha molado bastante. Os traemos nuestras primeras impresiones de Valkyria Chronicles 4.
La guerra no es divertida. Sin embargo, en cada videojuego que toca esta temática se empeñan en intentar demostrarnos lo contrario. Los hay con un enfoque más directo, como los Call of Duty, y otros más estratégicos, que nos hacen sentirnos como en una partida de Risk a gran escala. De estos últimos es de los que queremos llamar vuestra atención, así que ahí van unas primeras impresiones de Valkyria Chronicles 4.
Ni cortos ni perezosos, nos hemos metido de lleno en la guerra de Europia, un continente que nada tiene que ver con la Europa real. Si el mapa coincide prácticamente con uno de Europa es producto de vuestra imaginación. Habiendo aclarado este importante punto, sigamos con el despiece del título. Tras explicarnos la difícil situación de este entorno, que llevó al conflicto, encarnaremos el papel de Claude Wallace.
El mejor ejército del mundo
Este zagal se nos presenta como alguien que, junto a algunos amigos, se ha visto envuelto en la guerra. Por suerte, aquí no existen enchufes, así podemos comprobar como ahora es líder de uno de los escuadrones del ejército. Esto nos deja con la libertad de comandar a batallones de personajes bastante variados, lo que es de agradecer para darle entretenimiento al juego.
Por lo general, tanto el protagonista como el resto de compañeros no nos han parecido nada del otro mundo en cuanto a personalidad. Son bastante clichés, Claude parece un poco paradito, el chico bueno típico de protagonistas japoneses que intentan mantener una actitud «blanca» hacia el jugador para que se sienta empatía hacia él. El resto de personajes principales, por su parte, suenan un poco más interesantes, aunque como decimos, de lo que hemos visto hasta ahora, no parece que vayan a romper los esquemas en cuanto a personajes memorables.
De los secundarios poco podemos decir, pues sólo sabemos de ellos por los combates. Las distintas habilidades que pueden activarse en combate nos pueden mostrar un poco más de su personalidad. Sin embargo, esto no deja de ser un dato anecdótico, ya que realmente pocas interacciones podemos tener con ellos. Como mucho, puedes formarte la idea de tener un favorito por esos detalles. Por ejemplo, el endeudado por su obsesión al juego o la chica que pasa de curar a sus compañeros porque es bastante rata. La típica gente que querrías tener al lado en caso de que te metieran un balazo, vaya.
Un tanque para dominarlos a todos
Pero obviemos a los personajes mueble y centrémonos en lo importante del juego. A fin de cuentas, aquí hemos venido a lo que hemos venido: ver explotar cosas por los aires y disparar metralletas. ¿Parar la guerra? Bah, eso es secundario, lo que verdaderamente necesitamos es montar el tanque y darle gas a fondo.
O eso nos gustaría, ya que, por el momento, sólo hemos podido montar el tanque de Claude, el Hafen. Y lo cierto es que nos ha parecido bastante limitado en comparación con el resto de unidades. Sí, bueno, el poder lanzar bombazos a los enemigos, a la par que pasarles por encima parece llamativo en papel. Sin embargo, a la hora de la verdad nos hemos encontrado con mapas en los que literalmente el Hafen tenía que quedarse atrás sin poder hacer nada de nada. ¿Qué gracia tiene tener un tanque si sólo puedes quedarte mirando desde detrás de toda la reyerta?
La mayor parte del tiempo, de hecho, hemos usado el tanque de barricada para que pasasen otras unidades. Lo bueno es que no es necesario que pierdas un turno usándolo, ya que el resto de unidades desplegadas pueden valerse perfectamente sin él. Pero tener desde luego un peso muerto ocupando un hueco no es agradable. Cabe mencionar que esto sólo ha ocurrido durante los primeros compases del juego. Desconocemos si en el futuro este adquiere más protagonismo, pero de momento los tanques enemigos tienen más presencia que este.
Así que el peso de la diversión recae en los sudorosos soldados que se dejan la piel en tierra. Y lo cierto es que hemos encontrado sus acciones la mar de divertidas. Esconderse, hacer ataques por sorpresa, dispararles desde lejos y hacerles caer de un golpe, si atinamos con los francotiradores… Lo cierto es que la versatilidad de soldados sabe compensar el cero a la izquierda que es el tanque. Es gracias a ellos viviremos la verdadera estrategia.
Moverse lo justo para mantener los puntos de movimiento para poder tomar una posición mejor tras un ataque, saber qué unidades deben ir juntas y cuáles separadas para tener un fuego de cobertura, el activar las habilidades adecuadas en base a nuestros compañeros y entorno… con esto en todo momento nos sentimos como unos auténticos maestros estrategas. Toca conocer las tropas, saber lo que los motiva y actuar en consecuencia. Esto le da un toque de realismo la mar de acertado, aunque sea un poco caótico y confuso al principio. Memorizar todos es casi un logro reservado para las mentes más brillantes.
Los primeros pasos en la guerra
Lo cierto es que estas horas de juego nos han dejado bastante buen sabor de boca. El hacerse con los controles del juego es bastante sencillo. Sin embargo, dominar todo lo relativo al ejército requiere de la habilidad que sólo dan las horas del juego. Pese a ello, no nos hemos encontrado ninguna dificultad a la hora de superar las distintas fases propuestas.
El encanto radica, como hemos mencionado, en la capacidad y detalles de los personajes de infantería. Si a estos le sumamos un audio dual japonés/inglés a nuestra elección, junto a textos en castellano, el juego se hace bastante accesible para cualquiera. No parece una mala opción para aquellos que quieran dar sus primeros pasos en juegos del género.
Los veteranos, por su parte, quizás vean de buenas a primeras demasiadas facilidades en el terreno. Aunque la dificultad muy seguramente vaya aumentando progresivamente para ofrecer un reto en el que verdaderamente nos dejemos la piel. Vale la pena tenerle echado un ojo encima.