Gracias a la web nipona Game Business se ha podido saber que el presidente de Platinum Games ha dimitido, cuando el décimo aniversario de la compañía ha sido justamente en febrero de este año.
No se sabe el motivo ni la razón de por qué Tatsuya Minami ha decidido abandonar el timón de la compañía que ahora dirige Kenichi Sato. Tampoco se ha clarificado si Minami está fuera totalmente de la empresa o mantiene algún otro cargo que no sea el de presidir a la compañía. Los rumores apuntan a que una enfermedad le ha apartado de sus funciones, pero no hay nada seguro en ello.
Minami tiene experiencia previa en el mundo de los videojuegos. Trabajó en Capcom para luego fundar su propia empresa, llamada ODD Ltd, la cual pasó a fusionarse con SEEDS Inc. Con el cierre además de Clovet Studios, los dirigentes de las compañías ya citadas decidieron aunar fuerzas y surgió así Platinum Games.
Apareció también en el especial que la revista Famitsu dedicó a la compañía por su aniversario y, como Kotaku comentaba, Minami ansiaba convertir a Platinum Games en una de las tres mejores compañías del mundo: «Si no tienes ese sentimiento, esas ganas, no puedes continuar. De aquí a diez, veinte años, quiero aspirar aún más alto«.
Poco se puede reprochar a la ambición de este hombre. A sus espaldas han nacido títulos que hoy en día marcan la actualidad del mundo de los videojuegos: Bayonetta fue el primero que marcó el «boom» de la compañía, allá por 2009. Vanquish y Metal Gear Revengance ayudaron a consolidar a Platinum como una compañía seria. Sus planes actuales pasan por Star Fox Zero, el título que sale a la luz mañana mismo en Wii U y el futuro Scalebound que tardará algo más: 2017 será cuando los usuarios de Xbox One puedan reventar el mando para matar a los enemigos.