Si eres de los que espera ansiosamente una sucesora de PlayStation Vita a la que Sony le eche la cuenta que le tiene que echar, mejor vete preparando lo mismo que para ver el Nintendo Direct que nos deje con la boca abierta y haga despegar finalmente a Wii U, porque no tiene punta de que vaya a suceder.
Y no lo decimos nosotros, que lo dice el propio Shuhei Yoshida, el presidente de Sony, cuando le preguntan sobre los planes de futuro para una supuesta nueva consola portátil de la compañía que siga la línea de PSP y PS Vita en una entrevista quele hacen por el 20 aniversario de la compañía.
La respuesta del muchacho es bastante clara y no deja demasiadas dudas al respecto de lo que piensa Sony:
«Es una cuestión difícil. La gente tiene dispositivos móviles y es muy fácil jugar a juegos en ellos. Y muchos juegos de smartphones son gratis, o al menos «free to start».
Yo mismo soy un gran fan de PlayStation Vita y hemos trabajado realmente duro en cada aspecto del diseño. Los juegos basados en el sistema táctis son divertidos (hay muchos juegos con un diseño realmente bueno), pero teniendo sticks y botones, las cosas se hacen de forma completamente diferente.
Por mi parte espero, como muchos de vosotros, que la cultura de los juegos de portátiles continúen pero el clima no es muy saludable para nosotros ahora mismo por el gran dominio de los juegos para móviles.
Como veis, Yoshida parece que no se plantea en absoluto la existencia de una PS Vita 2, y le echa las culpas al mercado móvil de todas todas. No habla en ningún momento de su más directa competidora, Nintendo 3DS o de la falta de cariño y HAMOR que le han dado a su propia consola, y estos son dos hechos irrefutables.
Cierto es que Nintendo ha visto cómo esta nueva consola no ha vendido tanto como la anterior, sin embargo, sigue manteniendo muy buenos números, pese al mercado móvil, lo que muestra que aunque las cosas se hayan complicado un poco, siguen saliendo juegos realmente interesantes y que pueden convivir con el mercado móvil.
¿Qué opináis, culpables? ¿Son el mundo de las portátiles y el de los dispositivos móviles tan incompatibles o realmente pueden convivir juntos?