La verdad es que si alguien esperaba que Ouya revolucionara el mercado, así como otras consolas «alternativas», probablemente se haya llevado un chasco grande. Y si apoquinó en la campaña de Kickstarter aún más. En Ouya, que así mismo se llama la compañía desarrolladora del cacharro, son conscientes de que han hecho algunas cagadas y al menos no se les caen los anillos al reconocerlo en público.
Julie Uhrman es su CEO:
Hemos hecho muchas cosas mal, hemos cometido muchos errores, y creo que una de las cosas que nos hace únicos es que seguiremos cometiéndolos. Somos jóvenes, alocados, nos movemos rápido… Hemos creado este dispositivo en colaboración con todos vosotros y empezamos con vosotros. Somos mejores cada día porque os escuchamos.
Algunos de esos errores son el diseño del mando, ni bonito ni ergonómico, y sobre todo, la espera que sufrieron muchos de sus inversores en Kickstarter para recibirla, más tarde incluso de que la consola llegara a las tiendas.
Eso sí, tiene sus cosas buenas, como por ejemplo, el hecho de que todos y cada uno de los juegos disponibles tengan demo o versión gratuita o free-to-play, y alguna más, como… como…
Vía Polygon