No me gusta tener que escribir este articulo de opinión, no porque me avergüence de lo que pienso, si no porque significa que los aficionados al mundo de los videojuegos volvemos a estar estigmatizados y en el punto de mira por un suceso que, ciertamente, ni nos va ni nos viene.
La tragedia perpetrada en Conneticut ha sido un episodio negro y falto de toda lógica que esperemos no se repita nunca más, pero también ha sido la enésima oportunidad de culpabilizar a la industria del videojuego y todo lo que le rodea con un aluvión de noticias referentes a la violencia en el mundo de los videojuegos y como influye en el comportamiento de los usuarios. Teniendo en cuenta que no existe ni un solo estudio serio que determine la relación de la violencia en los mundos virtuales con la real ya deberíamos empezar a restarle importancia a estas noticias.
Pero claro, cuando una información errónea se repite hasta la saciedad, no serán pocos los que den dicha información por cierta. Especialmente si son personas que desconocen el mundillo y todas su opiniones y creencias están formadas en base a lo que les han contado y/o han leído en los medios de comunicación, que una y otra vez demuestran su incompetencia y partidismo a la hora de informar yendo a la solución fácil y obviando, en la mayoría de los casos, los factores que si está demostrado que pueden ser más determinantes como: situación familiar, antecedentes psicológicos, facilidad al acceso de armas de guerra, etc.
Partiendo de la base de que cada videojuego está dedicado a un rango de edad, está claro que no vamos a darle a un chavalín de 14 años un GTA IV, al igual que no le llevaríamos al cine a ver Saw VI ni le regalaríamos el libro 50 Sombras de Grey. Algo tan aceptado en el mundo del cine y la lectura como la clasificación por edades, no lo es tanto en el mundo del videojuego y nos ahorraría más de una acusación injusta a los que disfrutamos de esta afición. Tampoco estaría de más conversar con los más pequeños para saber que piensan y ayudarles a discernir entre lo real y lo virtual por si, en algún caso, no lo tuvieran bastante claro. Esto lo podríamos resumir en 4 palabras: educar a nuestros hijos.
Yo he sufrido la estigmatización de los videojuegos en mis propias carnes. Hace ya bastantes años, cuando saltó a los medios el “asesino de la katana” hubo varios padres que “recomendaban” a sus hijos no juntarse conmigo porque jugaba al mismo videojuego que, según decían las noticias, había llevado a José Rabadán a dar muerte a su familia. Os podéis imaginar la cara que se me quedo.
He jugado a videojuegos toda mi vida, he visto películas violentas, incluso he practicado (y practico) artes marciales y soy la persona más normal y pacifica que os podáis imaginar. Creo que el comportamiento violento no se puede achacar a un solo factor, es un cumulo de la educación recibida, factores psicológicos, estímulos externos y un largo etc que a cada persona le puede influir de una manera determinada, está claro que una persona con sus facultades mentales “dañadas” puede que no interprete los estímulos de la misma forma que una “sana” pero aún así depende del trastorno en cuestión y no se debe generalizar con “es que estaba loco” o «es que solo jugaba a los marcianitos».
Para terminar, tengo que mencionar lo irónico que me parece que La Asociación Nacional del Rifle (NRA) acuse y culpabilice a los videojuegos cada vez que ocurre un altercado violento y al poco tiempo saque un videojuego para móviles destinado a menores(siendo una asociación que defiende la libre venta y posesión de armas os podréis imaginar que el juego de plantar flores no trata). Si tan firmemente creen que influye no entiendo esta decisión, claro que también son los mismos que piensan que la solución a las masacres acontecidas en los USA pasa por armar a profesores y alumnos hasta los dientes…
El caso es que al final, lo que provocan las matanzas y los actos violentos son las personas y las armas, y si hay una facilidad para acceder a estas últimas ya me pueden decir que el asesino jugaba a Call of Duty o a Duke Nukem que la pistola y el fusil de asalto no te la dan con el videojuego.