Amigos, como muchos de vosotros, aunque seguro cada vez menos, yo soy un tipo amante de almacenar pilas de cajas de videojuegos en las estanterías de mi casa. Aunque si somos sinceros, cada vez estoy más abonado a lo digital.
La cuestión es que ayer sufrí un colapso que quiero compartir con vosotros. Ayer fui a una tienda a comprar un juego para PC, y que gran sorpresa cuando vi las estanterías de PC más despobladas que Ibiza en enero. Estuve en un par de sitios y el cartelillo de compatibles lo hallé arrinconado en una esquina dejado de la mano de dios, mientras que el resto del local lucía vestido azul Vita.
Pero ¿por qué tan pocos juegos de PC? ¿Quizá sea que al ordenador juega menos gente? Seguramente sí, pero la gracia de la historia es que de los que juegan al PC un bajísimo porcentaje se sigue desplazando a la tienda física a comprar nuevos juegos. ¿La razón de esto? Un bonachon pasado de kilos llamado Newell con una tienducha a la que dio en llamar Steam. Steam ha logrado con un servicio envidiable apartar a los compradores de las tiendas físicas. Ha mostrado lo que los usuarios más desconfiados veíamos imposible un par de años. Ha logrado imponer lo digital a lo físico.
PSP Go fue un fracaso, hasta ahí todos coincidimos, pero la razón del fracaso seguramente no haya sido que la gente no está preparada para la compra digital. El problema más bien tiene pinta de haber sido por un lado la piratería, y por otro un servicio de venta digital tirando a mediocre. De lo que no hay duda es que si las grandes compañías consoleras logran ofertar un servicio de alta gama como el de Valve, la gente sí que está preparada para dar el salto digital.
Si dudáis de esto, acercaos a vuestra tienda más cercana y buscad la sección de PC, ya veréis el lustroso surtido.