Lo confieso, soy culpable de ser un gran aficionado a la lucha 2D. Son juegos que, bajo su aparente sencillez, necesitan multitud de horas de práctica para dominar las diferentes técnicas de los personajes y que requieren un gran nivel de concentración, estrategia, reflejos y nervios de acero para ser un gran jugador.
Por esto, como amante del género, las recientes declaraciones de Capcom señalando que las ventas de Street Fighter X Tekken han sidoinferiores a las esperadas debido al «canibalismo» provocado «por el alto número de otros juegos en este género que se han lanzado en un espacio de tiempo muy pequeño» han disparado mi indignación ante el episodio tan lamentable que hemos vivido esta generación con la lucha 2D y que podríamos resumir en la expresión “del cielo al infierno”.
Aún recuerdo el día en que descubrí, en un famoso Salón de mi ciudad (desaparecido hace años), la recreativa de Street Fighter II: The World Warrior. Sus enormes sprites, el carisma de los personajes, sus temas musicales, el efecto tridimensional del suelo… todo era espectacular. Sin embargo, entre todas sus virtudes destacaba por encima de las demás su increíble jugabilidad a base de 6 botones y movimientos del stick. Este juego marcó el inicio de una escuela que tuvo a la propia Capcom y a SNK como principales maestros y que enganchó a millones de jugadores de todo el mundo durante varias generaciones de consolas.
La llegada de esta generación, en cambio, con el salto a la Alta Definición y el dominio de los FPS, parecía indicar el ocaso del género y que este se vería relegado a reediciones de clásicos a través de las plataformas de descarga.
Entonces, para éxtasis de la FGC (fighting game community), apareció Capcom para anunciar en octubre de 2007 que estaba desarrollando Street Fighter IV. El subtítulo que se le dio entonces al juego fue el de “Un nuevo comienzo” y, efectivamente, al ser lanzado en febrero de 2009, este título supuso literalmente el renacer del género. Conservando la jugabilidad clásica y dotándola de un acabado técnico de esta generación la lucha 2D volvía al “cielo” de los videojuegos.
El enorme éxito de SFIV demostró que aún había un enorme mercado para estos juegos que, como no, podría generar grandes beneficios. Pronto aparecieron otros títulos dispuestos aprovechar el filón como The King of Fighters XII o Blaz Blue: Calamity Trigger.
Sin embargo, fue la propia Capcom, con su “especial” modelo de negocio, la que vio más clara la posibilidad de sacar tajada. Enseguida llegó el anuncio del DLC de pago con trajes adicionales para los personajes de SFIV que, a pesar del enfado de la comunidad de seguidores, no era más que la antesala del horror que nos esperaba.
En tres años, Capcom ha querido que pasemos por caja hasta dos veces más (y a precio de juego nuevo) con nuevas versiones de Street Fighter IV que incorporaban algunos personajes y ligeros retoques jugables para equilibrar la plantilla. Todo ello acompañado, por supuesto, con los típicos trajecitos y, lo que es peor, estúpidas vestimentas para el avatar en la versión Xbox360.
Siguiendo la estela del dinero, Capcom recuperó también para la causa su otra franquicia estrella de la lucha 2D con Marvel vs Capcom 3.De nuevo la misma actitud rastrera: DLC´s de vestimentas “a saco” y ¡¡en menos de 6 meses!! versión Ultimate con más luchadores.
Este “descenso a los infiernos” ha culminado recientemente con el mencionado Street Fighter X Tekken en el que la compañía ha decidido llevar su política de descargables hasta el extremo de pretender cobrarnos 1600MP/20€ por un pack de 12 personajes adicionales que, bloqueados, ¡¡ya se encuentran en el propio disco!!. Por suerte, los aficionados ya andamos demasiado escarmentados con esta política como para “pasar por el aro” una vez más. La consecuencia es que un juego de ensueño que, con la unión de estos pesos pesados de la lucha, lo tenía todo a favor para ser un hito histórico en el género se ha pegado un buen “batacazo” y ha quedado condenado al olvido prematuro debido a la bochornosa obsesión de Capcom por el dinero.
Y ahora, para finalizar, digo yo: Señores de Capcom, ¿cómo pueden tener la desfachatez de hablar de canibalismo del género cuándo ustedes son los responsables de este esperpento? Ahora enterrarán de nuevo los juegos de lucha porque los han exprimido tanto que ya no les reportan beneficios. ¿Cuál es ahora el próximo género que destruirán ustedes con su codicia?