Uno de los momentos más esperados del anime ha llegado por fin. One Piece 833 une al décimo tripulante a la banda del Sombrero de Paja. Y, cómo no, ha sido de una forma tan espectacular como inesperada.
El capítulo de hoy ha sido uno de esos capítulos que recordaremos durante mucho tiempo. One Piece 833 es el culmen de una amistad que se ha hecho esperar muchas, pero que muchas temporadas. Jimbei es, oficialmente, un miembro de los Sombrero de Paja. Y por supuesto lo ha hecho luciéndose y demostrándonos por qué es uno de los personajes más queridos del anime ahora mismo.
Pero no es el único que ha brillado con luz propia hoy. One Piece ha cogido carrerilla y pone la directa a un desenlace incierto y muy pero que muy loco.
Por fin, ya son diez
Desde el principio de One Piece sabíamos que Luffy quería una tripulación de diez miembros. Poco le costó encontrar los primeros. Bueno… «poco». Pasaron 133 capítulos hasta que se les unió la séptima tripulante, Nico Robin. Pero estamos 700 capítulos después y, ahora sí, se ha cumplido ese primer objetivo del capitán de los Sombrero de Paja. Ya son diez.
Mucho tiempo ha pasado desde que se unió Brook. De hecho, el bardo del grupo se les unió en la saga de Thriller Bark, mucho antes, incluso, de la Gran Guerra. Entorno al capítulo 380, aproximadamente. Desde entonces conoció a Jimbei, se hizo aliado de él y este le salvo la vida no una ni dos, sino varias veces. Lo protegió de los Almirantes, le curó las heridas cuando perdió a su hermano y le obligó a calmarse y a entrenar para hacerse más fuerte. Pero además, estuvo a su lado en la saga de los Gyojin, donó su sangre y le ha protegido también en Whole Cake Island.
Todo por la enorme deuda que tenía con él y con Ace por haberle hecho frente al Gobierno cuando no hacía lo correcto y por salvar a su pueblo. Todo por ser Luffy.
Ahora, después de prometérselo en la isla Gyojin, por fin ha podido cumplir su promesa. Por fin es un miembro oficial de los Mugiwara. Y, desde luego, ha demostrado lo que hace falta tener para entrar en el grupo: su fe más absoluta en Luffy.
A esas frases de «aquí no ha pasado nada», «quiero vivir» o «Luffy, ayúdame» creo que no me equivoco si decimos que hay que meter otra más. Esa en la que Jimbei dice que «voy a ser parte de la tripulación del próximo rey de los piratas. ¿Cómo me va a intimidar una simple emperatriz?»
El plan al garete
Pero mientras que Jimbei anda luciéndose contra Big Mom y sacándola de quicio, la cosa no se detiene. Luffy vuelve a hacer de las suyas y le planta cara a la emperatriz sin pensárselo. Genial también el momento en el que Lin Lin recuerda todos los desafíos que le ha hecho Luffy, que no ha sido solo uno. Vuelven a demostrarnos hasta qué punto Oda puede esperar para llevarnos a donde él quería con un climax insuperable.
Y precisamente eso es lo que está haciendo. Mientras dirige nuestra mirada a Luffy y Jimbei, casi sin darnos cuenta, nos está presentando todo lo que hay alrededor de la Yonkou.
Katakuri, por un lado, ya ha demostrado ser un hueso duro de roer poniendo a Luffy en peligro nada más aparecer. Pero también están por ahí los otros tres hijos de Big Mom. Y con lo que ello conlleva: peligro, mucho peligro.
Por su fuera poco, también hemos visto a los que ya derrotaron a Luffy en la explanada tras su batalla con Sanji. Todos los capitanes de la emperatriz están listos para enfrentarse de nuevo a los Sombrero de Paja. Vale que ahora mismo no está solo. ¿Pero serán suficientes como para poder escapar medianamente bien? ¿Funcionará su plan de escape?
Brook, te adoramos
Os he dicho que no solo uno ha brillado hoy por su actuación. Jimbei ha sido brutal en este episodio, sin embargo, entre las sombras, un genial Brook ha conseguido pasar desapercibido y hacer lo que nadie había hecho: sortear el ojo de Katakuri y romper la foto de Caramel.
Un movimiento simple, rápido y efectivo. Sin lucirse y sin liarla demasiado. Simplemente lo ha hecho. Ahora la pregunta es ¿conseguirá dejar K.O. a Big Mom lo suficiente como para meterle el disparo entre ceja y ceja? Hay mucho hijo de la emperatriz por ahí… Así que dudo que esto se acabe por aquí.