Olivia Cooke, la actriz que interpreta a la adulta Alicent Hightower, habla sobre la escena más difícil de rodar de La Casa del Dragón.
Han pasado ya varios meses desde que la primera temporada de La Casa del Dragón tocase a su fin. La serie precuela de Juego de Tronos ha sabido, capítulo a capítulo, ganarse otra vez el cariño de los fans de la adaptación de las novelas de George R.R. Martin a la pantalla, un cariño que se había perdido por culpa de las últimas temporadas de Juego de Tronos y el poco cariño mostrado en ellas. Ahora vamos conociendo pequeñas curiosidades sobre esta primera tempora, y Olivia Cooke, actriz que interpreta a Alicent Hightower, desvela cuál ha sido la escena más difícil de rodar de la ficción.
La información llega directamente desde The Hollywood Reporter, dónde la actriz ha concedido una entrevista junto con Emma D’Arcy para tratar, entre otras cosas, el papel que desempeña en Juego de Tronos. Y es que esta primera temporada ha dado mucho de lo que hablar.
Y es que La Casa del Dragón tiene muchas escenas desagradables y difíciles de rodar. No obstante, Olivia Cooke menciona el episodio ocho como el más difícil para ella por dos razones cuando le preguntan qué escena fue la más difícil de rodar:
En el octavo episodio, la escena con Dyana en la que me dice que mi hijo la violó… y luego también, tuve que golpear a Tom Glynn-Carney muy fuerte en la escena. Y Tom, siendo Tom, decía: «No, pégame». La primera vez, le di en la barbilla. Y él me dijo: «No, pégame de verdad», y me lancé a por él hasta el punto de que resonó por todo el pasillo. Por suerte la cámara estaba enfocando a Tom, y me sacó completamente de la escena porque estaba intentando reprimir una risa realmente incómoda.
Sara Hess escribió ese episodio, así que hablé sin parar con ella y con Geeta Patel. La situación en la que se encuentra Alicent es muy desagradable porque, si realmente está apoyando a su hijo para que sea el heredero al trono, creer a esta mujer y echarlo, toda la dinastía se vendría abajo. Hay que pensar en ese momento qué es lo que realmente defiende la propia Alicent, y eso es por sus hijos y por el orden. Su primer pensamiento es amar y proteger a su hijo tanto como sea posible, lo cual es tan jodidamente sombrío. Pero al mismo tiempo, su humanidad se apodera de ella y no puede evitar sentir verdadera lástima por esta chica… pero entonces tiene que entrar en juego un escudo de hierro. Hay una tarea entre manos, y es, por un lado, reprender a Aegon, pero también callar a cualquiera que lo sepa. Fue una escena tan lúgubre de filmar, y ese día había una atmósfera inquietante, silenciosa y tenue en el plató.