Tras darle un tercer lavado de cara, Microsoft vuelve a apostar por otra nueva interfaz de Xbox One. De esta manera, los menús de la consola se basarán en el diseño Fluent Design de Windows 10.
Hace su tiempo ya que Microsoft anda buscando la sinergia entre Xbox One y PC gracias a Windows 10. Como resultado, hemos visto cómo juegos y programas se volvían compatibles para ambas plataformas. No obstante, no todo es de color rosa para esta unión, ya que una vez más veremos un nueva interfaz de Xbox One.
Desde la página de noticias de Xbox se ha mostrado a la luz este lavado de cara de menús. En esta ocasión, los de Redmond han querido dar a su consola el diseño Fluent Design que veremos en Windows 10 próximamente. Es decir, que los tonos grises y las semitransparencias serán las reinas del cotarro.
Obviamente esto vendrá acompañado de mejoras más allá del aspecto del menú. Y es que tendremos la posibilidad de anclar cualquier juego o programa para tener un acceso directo a él más a mano, algo que sin duda alegrará a quienes suelan jugar a los mismos juegos. A parte de esto, se han establecido mejoras a la barra de juego, a los factores sociales y a la fluidez del menú. Eso sí, todo esto llegará a lo largo de este año sin fecha exacta.
Sí, todo esto puede sonar bien, y no hay nada mejor que recibir mejoras. Pero aun así, preocupa ver que estemos por el cuarto lavado de cara de interfaz en una consola con menos de cuatro años de vida. Sí, aquí la culpa la tiene Kinect y la integración con Windows 10. Pero aun así, da la sensación de que en Microsoft no acaban de atinar con su diseño. ¿Será está la definitiva, o volveremos a ver otro cambio en 2018?