Fue mucho el ruido que generó el ya pasado año la llegada de dos juegos como The Last Guardian y Final Fantasy XV. Casi 10 años tardaron en ver la luz unos juegos que se hicieron peculiarmente famosos por tener un desarrollo complicado. Entre la sombra de estos dos monstruos del hype a muchos se les ha olvidado que Nioh, juego que sale en pocos días, ha tenido un desarrollo aún más problemático y duradero: fue allá por el 2004 cuando se anunció. Casi 13 años han pasado desde entonces.
Y la cosa es que 13 años dan para mucho. Muchos problemas, varios cambios de diseño, (aunque menos de los que uno podría pensar) y una generación de consolas de por medio. 13 años son los que ha durado el desarrollo de Nioh desde que fuera concebido como una versión de un guion inédito de Akira Kurosawa hasta ser un videojuego que bebe directamente de todo un clásico moderno como es Dark Souls.
“El tiempo todo lo da y todo lo quita; todo cambia, pero nada perece”. La frase de Giordano Bruno (físico quemado en la hoguera por herejía en el siglo XVI) podría adornar la cabecera del Tumblr de un adolescente compungido, pero lo cierto es que viene como anillo al dedo para referirse al desarrollo de Nioh.
Corría octubre del año 2004 cuando Koei anunció, según leo en IGN, que estaba trabajando en un proyecto de, por aquel entonces, nueva generación. De hecho, Nioh estaba llamado a ser uno de los grandes juegos de inicio de Playstation 3. Koei buscaba un juego de aventuras y acción basado en Oni, una historia para una película de Akira Kurosawa que nunca se rodó. Es más, este Nioh iba a ser un proyecto transmedia: iba a llegar acompañado por la película que había imaginado Kurosawa y que iba a suponer el estreno como director de su hijo, Hisao.
Giordano Bruno tenía razón: todo cambia.
(Podéis encontrar este vídeo en el canal de YouTube de The Collective Group 7)
Y no tardó mucho en cambiar, de hecho. En 2005, a los meses de su anuncio, pudimos ver el primer tráiler de Nioh, “un juego que llegaría en los primeros momentos de Playstation 3” en pleno E3, nada menos.
(Este, en cambio, lo podéis ver en el canal de IGN)
Pasaron unos pocos meses cuando, en septiembre de ese mismo año, Kou Shibusawa (productor y fundador de Koei) confirmó que cancelaba Oni, la película que acompañaría al juego. Se ve que los chicos apuntaron demasiado alto y se fueron quedando sin fuerzas por el camino.
Tal y como leo en Gamespot, la cinta se canceló “por complicaciones”. Shibusawa no ahondó en mayor detalle. “Concentraremos nuestros esfuerzos en el desarrollo del videojuego de PS3. Planeamos que sea uno de los juegos que saque el máximo potencial de la consola”, insistía después. La intención seguía clara: sacar el videojuego para Playstation 3 en primavera de 2006, decía IGN. No iba muy bien encaminado el pobre hombre, no.
Sería él mismo el que paralizaría el proyecto. Es más, es culpa suya (o mérito, depende de cómo queramos mirarlo) que Nioh haya tardado tanto en llegar. Ya en 2008, tras un par de años en desarrollo, Kou Shibusawa decidió que el juego no estaba cumpliendo sus expectativas y que era aburrido. Así, tan fresco. Casi supuso la cancelación definitiva del proyecto.
Pero por suerte, siguió adelante. En la siguiente etapa de desarrollo (ya tras la fusión de Koei y Tecmo) el proyecto se lo asignaron a Omega Force, un estudio interno de la compañía encargados de Dynasty Warriors, Berserk o Dragon Quest Heroes. Ellos fueron los encargados de remodelar el juego y de enfocarlo más al RPG y no tanto a la aventura, dando lugar a un RPG de acción. Sin embargo, el juego no se distinguía de los otros juegos de Koei como, por ejemplo, el mentado Dynasty Warriors. Tenía mucho componente histórico y poseía un sistema de combate que no terminaba de convencer. Así que, efectivamente, el desarrollo se volvió a paralizar en 2010.
De esto apenas sabíamos nada. Pasaron los años, pero no se supo de Nioh tras una aparición fugaz en el Tokyo Game Show de 2006, como apunta Engadget. Fue en 2009 cuando Famitsu aseguró que el juego seguía vivo, en desarrollo, y ahora enfocado más al rol y menos a la aventura, pero sumido en un manto de misterio que no llamaba al optimismo. Pero aquello ya era algo personal. Reveló el ahora director de Nioh, Fumihiko Yasuda, en una entrevista de MCV hace apenas unos meses que “había un fuerte deseo por parte del fundador de Koei y productor de Nioh, Kou Shibusawa, de completar la misión de crear Nioh”. Y no nos vamos a engañar, el auge de “los juegos de acción difíciles” (Dark Souls, vaya) tuvo algo que ver en ese proceso de reimaginación y avance del proyecto.
Encargaron a Team Ninja la difícil misión de traer a Nioh de vuelta a la vida y como una renovada experiencia. Pero por aquel entonces, en 2010 cuando se decidió dejarle a Team Ninja todo el desarrollo y desestimar los cambios de Omega Force, el estudio se encontraba desarrollando Ninja Gaiden 3, por lo que Nioh tendría que esperar. Curiosamente, es ahora Ryu el que se encuentra descansando.
Pasó otro año aún y en 2011 se confirmó “la resurrección”: Yosuke Hayashi, jefe de Team Ninja, afirmó en una entrevista para Siliconera que Nioh sería el siguiente juego en el que se centrarían tras el lanzamiento de Ninja Gaiden 3. Un año después y cerca del lanzamiento de este último, Team Ninja decía en su Twitter, casi con más ilusión que un fan que llevara siguiendo las andaduras del juego desde sus orígenes, las siguientes palabras: “¡El proyecto Nioh ha progresado en Team NINJA!”. Unas crípticas palabras que resultan graciosas si te las imaginas saliendo de la boca del director mientras grita y corre por toda las oficinas del estudio, casi sin creérselo. 8 años separaban el anuncio del juego y este momento. Por fin y se empezaba a ver la luz a un desarrollo bastante oscuro.
Podríamos decir que todos los miembros del equipo de Team Ninja son los héroes de este desarrollo. Con la base de diseño que tenían empezaron a trabajar y a desarrollar el juego, enfocado hacia la acción pero con toques de RPG. Querían lograr un juego difícil pero justo, que resultara satisfactorio de completar pero que fuera imposible de hacerlo en el primer intento.
En otras palabras, el estudio bebió de la saga Souls que se encontraba en pleno auge. Esta etapa fue la que marcó irremediablemente los derroteros que seguiría Nioh como videojuego. Lejos quedaba ya la idea de un producto transmedia basado en una película de Kurosawa. En ese mismo año, algo más tarde, Yoichi Erikawa aseguraba a Famitsu, según veo en el portal Andriasang, que ya se había alcanzado la fase alfa del desarrollo.
¿Y por qué tuvimos que esperar hasta 2015 para saber más del juego? Ya lo dijo Giordano Bruno: todo cambia. Y las consolas cambiaron. Ahora había que remodelar Nioh y adaptarlo a, ahora sí, la nueva generación: había pasado por alto toda la vida de Playstation 3 y ahora tendría que nacer en Playstation 4. Bueno, eso y que Kou Shibusawa volvió a meter las narices de por medio para ralentizarlo todo. Primero desechó un prototipo del juego porque se parecía mucho a Ninja Gaiden y luego quería que el juego se adaptara bien a la nueva generación. Fue un poco pesado durante el desarrollo, pero gracias a él ha quedado un mejor juego, eso seguro.
Por fin en la Playstation Experience de 2015 pudimos volver a ver algo del juego y cómo había cambiado. Es más, era la primera vez que se veía el juego en movimiento, ya que el lejano anuncio de 2005 no era más que una cinemática. Todos los cambios del desarrollo saltaban a la vista: nueva consola, nueva firma del estudio, más difícil, con toques de rol pero enfocado a la acción… Hubo muchos cambios, pero por fin vería la luz en 2016, tal y como se anunciaba.
No, en realidad no. Hubo otro retraso. Total, ya puestos. Se buscaba el feedback de la comunidad y ver cómo podían terminar de pulir el juego, así que llegaron las tres demos en 2016 y los últimos retoques. Ahora sí, el juego ya estaba terminado y listo para salir en este mismo febrero. Tras 13 malditos años, por fin ya estaba listo.
El caso es que, tras este inmenso desarrollo lleno de problemas y deficiencias encontradas por el bueno de Shibusawa y solucionadas por el equipo de Team Ninja, aún podemos encontrar varias similitudes entre aquel lejano anuncio y el juego que se estrenará en unos días. “Todo cambia, pero nada perece”, decía Giordano Bruno. Y hay cosas que no perecieron. Nioh iba a estar ambientado en un Japón del mismo siglo que Giordano Bruno, el XVI, y protagonizado por un samurái rubio llamado Oni, igual que el trabajo inédito de Kurosawa y que su hijo, Hisao Kurosawa, y el bueno de Shibusawa iban a llevar al cine y a las consolas.
La ambientación y la intención de poner a un protagonista exótico para los japoneses, desde luego, se ha respetado. Aunque ese protagonista ya no se llama Oni. Se llama William Adams y se basa en un marinero del siglo XVI del mismo nombre que, supuestamente, fue el primer inglés en llegar a Japón. En la vida real, Adams asesoró al shogún Tokugawa Ieyasu, construyó barcos occidentales para los japoneses, e impulsó el comercio con barcos.
Sí, quizá la imagen se ha manipulado un poco por eso de que ahora es un samurái que tiene espadas de fuego y pelea contra yokais, pero la idea de basarse en el Japón del siglo XVI y tener un toque histórico se respeta. No solo en la ambientación sino también en la aparición de otros tantos personajes que existieron realmente en el juego.
Por lo demás, el juego ha cambiado mucho, por mucho que se le vean las raíces. La ambientación tan nipona, folclórica y oscura y el gusto por la acción se han mantenido. Pero Nioh ya no es una aventura, ahora tiene más toques de RPG. Tampoco será un proyecto transmedia al que acompañará una película. Ni siquiera saldrá para la consola en la que estaba prevista. Sí, 13 años dan para mucho, desde luego.
Una generación de consolas entera, 3 equipos de desarrollo, una fusión de su desarrolladora, un cambio de director, de género, de estilo, un productor empeñado en sacar lo mejor del juego y varias modas. No son pocas cosas.
Sin embargo, dije yo en su momento, hace ya casi cosa de un año, que el mayor mérito de Nioh es que recreaba perfectamente las películas de samuráis del maestro Kurosawa. La referencia de Dark Souls, el perfeccionismo de Shibusawa y el buen hacer de Team Ninja no han conseguido privar a Nioh de su esencia. Una esencia que, pese haber pasado 13 años y un sinfín de obstáculos, sigue tan japonesa, vigente, pura y atractiva como el primer día. Al final el pobre Giordano Bruno tenía razón: «todo cambia, pero nada perece».
Esperemos que Nioh no arda en la hoguera.
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