La historia de Nintendo parece que está llena de sorpresas, y cuando la compañía saca al mercado algo como Super Mario Maker resulta que no se trata de algo que hayan sacado en el último momento, sino que tras ello ha habido muchas ideas y, varias de ellas, fallidas.
Algo así podemos ver tras la patente de Nintendo Factory, una consola (que no un juego), que nos hace entrever que los japoneses ya pensaban en un editor de juegos para gente que no tiene ni papa de programas desde hace tiempo.
Básicamente hablamos de un hardware que permitiría al usuario estándar [inserte aquí foto de friki básico] podría pausar el juego en determinados momentos para entrar en un modo edición, alterar los elementos y continuar jugando con esos nuevos elementos.
A priori parece algo descabellado y que podría hasta eliminar el curso de un juego sin embargo la patente afirma que el jugador [el de la foto de antes] solamente tendría acceso a aquella parte que el desarrollador original le diese permiso, de forma que esto garantizaría una experiencia de juego adecuada o, lo que es lo mismo, más quebraderos de cabeza para los desarrolladores porque si ya es difícil imaginarse un buen juego, imaginaos si encima hay que controlar las variables que las mentes enfermizas de los jugadores podemos llegar a crear.
Esta patente también sugiere que cualquiera podría desarrollar su propio videojuego básico, con unas herramientas y accesos directos para poder crear un… lo que sea que saliese de ahí, vaya. Incluso había un sistema para compartir con amigos vía línea telefónica. Lo que son las cosas.
Esta patente es de 1994 y en las imágenes se pueden ver elementos de Súper Nintendo y el mando lo que hace suponer a muchos que, pese a no haber salido adelante, era una especie de consola sucesora de la SNES o incluso una paralela a Nintendo 64.
Lo cierto y verdad es que esta consola de Nintendo no llegó al mercado pero sí que podemos ver que muchas de sus ideas fueron recicladas para Super Mario Maker que, aunque en formato de juego, nos ha dejado probar esta loca idea de los de Kimishima.
¿Os imagináis que hubiese salido al mercado? Uf… locurote ¿no?
Fuente: Nintendo Life