Son malos tiempos para la lírica y para las empresas de videojuegos. En esta época de crisis, cuando vemos que se cierran estudios días sí y día también, incluso las compañías más grandes tienen malos resultados. Esta vez se trata de Nintendo, que ha publicado los resultados del primer semestre del año fiscal (de abril a septiembre de 2012) y que arrojan pérdidas de 270 millones de euros. Sin embargo, estos datos representan una mejora, ya que las pérdidas se han reducido considerablemente (en un 60%) en comparación con el semestre anterior.
Durante estos 6 meses, Nintendo ha distribuido 5 millones de consolas 3DS, un millón de DS, alrededor de millón y medio de unidades de Wii y 60 millones de juegos. Si los resultados de la 3DS lastraron los balances en ejercicios anteriores, en esta ocasión han contribuido a minimizar las pérdidas: las ventas de hardware se han incrementado en un 65% y las de software, en un 134%. Por otra parte, los cambios en el valor del yen japonés han tenido un gran impacto en los ingresos de la gran N.
La compañía confía en volver a tener beneficios a finales del año fiscal (marzo de 2013), aunque la previsión inicial ha pasado de estimarse en 190 millones de euros a cifrarse en 60 millones. Para darle la vuelta a los resultados y volver a la senda de las ganancias, Nintendo ha depositado sus esperanzas en el lanzamiento de Wii U, de la que esperan vender 5,5 millones de unidades desde su lanzamiento hasta abril.